La CIA dio cobertura a las múltiples actividades criminales de Vladimiro Montesinos ,el omnipotente jefe de la Inteligencia peruana y el entonces jefe del FB de Miami, Héctor Pesquera, conspiró luego con José Guevara, un ex policía venezolano asesino, para sacarle ganancia.
Es lo que se debe concluir al analizar revelaciones del Miami Herald donde un ex agente de la CIA acaba de denunciar como la Agencia Central de Inteligencia encubrió durante años los delitos de narcotráfico, lavado de dinero, tráfico de armas y violaciones de los derechos humanos de Montesinos, el hombre fuerte del régimen Fujimuri.
Según el diario, el “empleado” de la CIA Franz Boening, se quejó en el 2001 de que la agencia nunca investigó alegaciones según las cuales Montesinos estaba implicado en operaciones de tráfico de drogas y de lavado de dinero.
Más aún. La CIA clasificó de inmediato la denuncia de Boening como “secreta” para neutralizar la difusión de la queja pero fue forzada a desclasificarla en febrero último por una demanda presentada por el propio denunciante ante los tribunales.
Montesinos fue el interlocutor exclusivo y el coordinador de las actividades injerencistas de la CIA en Perú durante los diez años de la presidencia de Alberto Fujimori (1990-2000).
HECTOR “FBI” PESQUERA EN EL MEDIO DEL “SHOW”
Llama la atención como la prensa “libre” de Miami y en particular la filial de la cadena McClatchy ha ignorado hasta ahora como, en el mismo caso Montesinos, el ex jefe local del FBI, Héctor Pesquera, se hizo socio del ex agente secreto venezolano José Guevara, cómplice del asesinato del fiscal Danilo Anderson, para sumarse a sus planes de chantaje.
El 23 de junio del 2001, los hombres de Héctor Pesquera, famoso por su complicidad con la mafia cubanoamericana de Miami y el arresto de cinco antiterroristas cubanos, arrestaban en un centro comercial de esa ciudad a Guevara, cuando intentaba, con su primo Oto Daniel "Otoniel" Guevara recuperar millones de dólares de una cuenta bancaria de Montesinos.
Secuestrado en el reparto 23 de Enero, de Caracas, donde "Otoniel" y José Guevara lo llevaron para estafarlo, Montesinos trataba desesperadamente por intermedio de estos ex agentes de la DISIP, recuperar alguna parte de los 38 millones que tenía depositados en la filial miamense de un banco de las Islas Caimán, el Pacific Industrial Bank.
Según la versión distorsionada que daría más tarde Pesquera a la prensa de Miami, Guevara, después de tres horas de interrogatorio en las oficinas del FBI en North Dade, fue autorizado a ponerse en contacto con sus cómplices en Caracas y pronto se puso de acuerdo con él para entregar a Montesinos, no a la policía venezolana – como tenía que ser - sino a la Embajada de Perú en esa ciudad.
Pesquera dio apoyo a la operación del chantajista para entregar a su víctima, estableciendo contactos con el Gobierno peruano, sin alertar al Gobierno de Venezuela. Sin embargo, la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) de Venezuela, se enteró entretanto de la presencia de Montesinos, y frustró los planes de Pesquera y Guevara al detener al peruano para expulsarlo un día después.
Por razones que quedan por esclarecer, Pesquera no sólo dejó a Guevara en libertad sin acusarlo de extorsión, sino que también le otorgó el status de testigo de crimen, el cual le permitió quedarse en Estados Unidos... mientras trataba de recolectar la recompensa millonaria ofrecida por el Gobierno de Perú por la captura de Montesinos.
En noviembre del 2002, la parlamentaria venezolana Cilia Flores había declarado en una entrevista con el sitio web europeo Voltaire que "Montesinos había sido 'sembrado' en Venezuela por la CIA".
EL ASESINATO DEL FISCAL QUE INVESTIGABA AL GOLPE
El fiscal Danilo Anderson murió en Caracas, el 18 de noviembre del 2004, en Los Chaguaramos, luego de que su automóvil fue destruido por una bomba compuesta de explosivos C-4 y de un potente imán, un tipo de artefacto usado en numerosas oportunidades por terroristas cubanoamericanos.
Entre los presuntos autores del asesinato, fueron identificados parientes de José Guevara, los también ex agentes de la policía política, la DISIP: los hermanos Rolando y Otoniel Guevara, capturados, el 26 de noviembre, y su primo, Juan Bautista Guevara.
Poco antes de su muerte, el Fiscal asesinado había citado a declarar a unas 400 personas que apoyaron el golpe de Estado del 2002, encabezado por el empresario Pedro Carmona, ahora asilado en Colombia.
Según un artículo del periodista venezolano Gerardo Hernández, publicado por el diario venezolano Panorama en el 2005, la organización que dirigía el primo de José Guevara, el también ex policía Rolando Guevara, realizó el asesinato por la cantidad de 1 millón 200 000 dólares que los autores intelectuales del crimen entregaron a José Guevara en Miami.
Seis cientos mil dólares se quedaron entre las manos de este ex policía de la Inteligencia venezolana.
Fuentes aseguraron luego que Pesquera participó en una reunión en Panamá en la que se planeó el asesinato del alto funcionario venezolano. Varios sospechosos de esta conspiración, entre otros la periodista Patricia Poleo y los ex "DISIP" Johan Peña y Pedro Lander, radican hoy en Miami, bajo protección de la CIA y del FBI
Rolando y Otoniel Guevara han sido condenados, en el 2006, a 27 años y 9 meses de prisión por homicidio calificado con incendio, y a Juan Bautista Guevara se le impuso pena de 29 años de prisión, José Guevara sigue en Miami bajo la protección de sus amistades de la CIA y del FBI.
Pero hay más. En una decisión que caracteriza el nivel de Justicia que tiene curso en Miami, la jueza Marcia G. Cooke de esta ciudad condenó en diciembre del 2008 al gobierno de Perú a pagar a José Guevara los 8.2 millones de recompensa prometidos para la captura del ex hombre de confianza del presidente Fujimori.
Pesquera es el mismo oficial del FBI de Miami que, en 1998, arrestó y organizó el juicio político y la condena a cinco cubanos antiterroristas infiltrados en grupos extremistas miamenses. Durante años, ha gestionado, el plan de impunidad otorgado por la Casa Blanca a favor de los grupos terroristas cubanoamericanos.
traficó y el FBI intento sacarle ganancia