Así como hay núcleos
o zonas de progreso y paz, en donde reina el desarrollo y se busca la
armonía social, única garantía sólida de paz; así existen
núcleos reaccionarios, en donde se ha radicado el oscurantismo, la
propiedad privada (Desigualdad y exclusión), la desigualdad que conlleva
a la muerte y el aislamiento del otro, sobretodo del débil por el fuerte,
en donde el conocimiento y la producción son acaparadas, por una minoría
privilegiada y las grandes mayorías son sometidas a la escasez.
Esos núcleos reaccionarios,
lo podemos ver en México, Colombia, Perú, Chile y en Centro-América,
el núcleo más oscuro y retrógrado, lo encontramos en un círculo conformado
por Guatemala, El Salvador y Honduras, pero la zona oscura más fuerte
está ubicada en Honduras.
Ahora bien, cuando digo
que estos núcleos reaccionarios están, por ejemplo en México; no
me estoy refiriendo a todo México, por supuesto en ese país predomina
el factor regresivo, pero hay zonas o “núcleos” que son zonas de
luz o zonas de justicia y paz. Igualmente cuando nos referimos a Venezuela,
como zona de luz, no nos estamos refiriendo a toda Venezuela como zona
de luz, existen puntos negros de hollín, en Venezuela, como el este
caraqueño, la zona de Lecherías en la gran Barcelona (Zona metropolitana
del norte Anzoatiguense) o la zona de Alta Vista de Ciudad Guayana o
el norte de Valencia y el centro-este de Maracaibo, allí se han constituido
núcleos duros, en donde impera el crimen, el resabio y el retroceso.
Pero aunque en líneas generales Venezuela forma parte de las zonas
de luces, no lo es toda Venezuela, igualmente pasa con México y Honduras,
con respecto a los núcleos de tinieblas; no es todo México, Colombia
u Honduras.
En el caso que nos ocupa,
la hermana República de Honduras, a pesar de ser la tierra de nacimiento
de Francisco Morazán, héroe de la Independencia de Centro America
y primer presidente de mesoamerica unida y a pesar de haber sido la
nación que acabo con el pirata gringo Walker desde la década de los
40, del siglo pasado, para acá esa nación no ha tenido tradición
de lucha; sirvió de plataforma, al igual que la Nicaragua Somocista,
en los 60 para invadir a Cuba por bahía de cochinos y en los 80, sirvió
de plataforma de agresión a la Nicaragua Sandinista, allí radicaban
y de allí partían, los precursores del paramilitarismo moderno, la
“contra” nicaragüense, Honduras también sirvió de plataforma
para impulsar los escuadrones de la muerte (Grupos de “manos blancas”)
tanto en El Salvador como en Guatemala, en donde se asesinaron decenas
de miles de dirigentes sociales, sindicales, campesinos e indígenas
mayas; desde las bases de El Aguacate y Palmerola, aun existente con
otro nombre, el virrey John Dimitri Negroponte, quien fue representante
de USA en la ONU y embajador gringo del Irak invadido de Bush, hijo;
comandaba las agresiones y los crímenes que se cometerían en la atribulada
Centro America.
Con la caída del muro
de Berlín, y la decisión gringa de imponer la paz en Centro America,
cuando vio que tenía la situación controlada en esas zonas y que esa
zona no era de importancia estratégica; en Honduras se implantó una
democracia limitada y militarizada, al estilo puntofijista, y así habían
ocurrido las cosas sin ninguna novedad.
Hasta que Honduras por
intermedio del Presidente progresista Manuel Zelaya, se incorpora al
nuevo amanecer que está viviendo nuestra America y así empezó a reactivarse
el núcleo reaccionario y resabiado de los 80..
En Honduras, están pulseando
las fuerzas imperialistas monroistas, por un lado, resabiadas y regresionistas,
y por el otro, están las fuerzas revolucionarias bolivarianas y morazánicas,
progresistas y de nueva era.