¿Y quienes
son los protagonistas de esta tragedia? mayormente ciudadanos habitantes
de asentamientos, caseríos y pueblos con el único recurso de un pedazo
de tierra cultivable para el mínimo sustento de vida, con difícil
acceso a la educación, a la salud, al agua potable y a otros elementales
derechos que jamás estos ciudadanos gozarán, dado el camino ético
emprendido por los discípulos del general Santander de entregar lo
que quedaba de República colombiana a las pretensiones colonizadoras
del imperio USA.
Hay desplazados
por todo el territorio colombiano: desde las zonas cafetaleras, en las
rutas del Magdalena, en las fronteras colombo-venezolana, y colombo-ecuatoriana;
en los departamentos del norte, del centro y del sur; en las zonas urbanas
de Cali, Medellín y Bogotá; en fin, todo un drama humano que ha puesto
en alerta a las autoridades de la ONU a través de un programa de asistencia
de refugiados por conflictos armados con despliegue importante en territorio
venezolano, por ser éste, según el parecer de muchos desplazados,
como sitio seguro. En el registro de noticias del programa de las Naciones
Unidas para la atención de los desplazamientos forzados se cuentan
en los últimos tres años hasta 630 casos.
(www.eltiempo.com noticias. Lunes 23 de noviembre 2009)
La tesis que
manejamos es que, en primer lugar, el desplazamiento forzado de campesinos
es una estrategia de tipo militar del Estado colombiano, con claros
objetivos de ocupación y de reconquista de extensas porciones de tierra
cultivable, aunada a la ya tradicional política de tierra arrasada
aplicada por bandas paramilitares para el control territorial.
Ciertamente,
todo conflicto bélico genera situaciones de desplazamientos humanos.
Recientemente en la Guerra de los Balcanes las masas humanas de Bosnia
y Kosovo se movilizaban hasta fronteras relativamente seguras, muchas
veces con el amparo de organizaciones como la Cruz Roja o ACNUR, precisamente
para resguardar la retirada de la población civil de los escenarios
de guerra.
Sin embargo,
hay una abismal diferencia entre cualquier grupo de desplazados de cualquier
conflicto, con los desplazados “que huyen del conflicto armado en
Colombia”: éstos jamás regresarán a su lugar de origen en
razón de que la solapada estrategia del Estado colombiano es ocupar
y ganar vastos espacios agrícolas con el fin de desarrollar proyectos
acordados ya en los Tratados de Libre Comercio con los Estados Unidos
y recientemente con el Estado de Israel, además de que los emergentes
jefes paramilitares también buscan granjearse un espacio en el generoso
negocio de la producción de narcóticos. Para ello, sencillamente,
necesitan abundante tierra cultivable.
Con esta estrategia
militar, asimilada de los asesores israelíes, la elite guerrerista
colombiana mata dos pájaros de un solo tiro: 1) se queda con la tierra
de la población desplazada. 2) y le endosa a su enemigo estratégico
(Venezuela) las masas humanas desplazadas hacia las fronteras de los
estados Apure, Táchira y Zulia; generando una carga social que debe
ser cubierta por el Estado receptor; pues en calidad de refugiados de
guerra, el país estará en la obligación de alimentarlos y de alojarlos
como ciudadanos.
Acertadamente,
el gobierno del presidente Chávez ha dado garantías de seguridad a
los desplazados colombianos que además de alimentación, el gobierno
busca absorberlos e integrarlos a programas sociales como la Misión
Barrio Adentro y las misiones educativas. Esta generosidad venezolana
la saben los asesores israelíes, generando en consecuencia, una sistemática
política de desplazamientos forzados hacia zonas fronterizas con el
fin de sacar la guerra de Colombia y llevarla a territorio venezolano.
Cómo sabemos,
la “guerra con Colombia” ya comenzó. Mejor dicho: la guerra contra
Venezuela hace rato comenzó y uno de los elementos considerados en
esta elaborada estrategia está representada en los desplazados que
a diario se mueven en las zonas fronterizas.
El Diario Vea,
a través de un reportaje de Jessica Sosa, (29 de noviembre de 2009),
acaba de ofrecer unos interesantes números, dando cuenta sobre los
migrantes colombianos que ingresaron al país durante 2008. Según estos
datos la cifra alcanzó a 93 mil ciudadanos en situación de desplazados,
con proyecciones para el cierre del año 2009 en unos “110 mil más”.
La organización
Colombianos en Venezuela, a través de su vocero Juan Carlos Tanus,
estima que la cifra de nacionales colombianos en el país está
alrededor de cuatro millones y medio. Para el Estado venezolano, hay
una cifra superior considerada en unos seis millones, representando
un tercio de la población venezolana.
La ocupación
fronteriza según la revista Panorama Alternativo
A propósito,
y en ese sentido, la revista on line Panorama Alternativo, acaba
de publicar en el sitio www.rebelión.org un artículo titulado “Ocupación
fronteriza, desplazamiento forzado y biocombustibles” donde da cuenta
de los objetivos trazados por el gobierno de Uribe de convertir a Colombia
en un productor seguro de etanol, fundamentalmente para cubrir la demanda
interna de combustible, además de abastecer progresivamente la necesidad
de carburantes en los Estados Unidos, recordando las últimas estimaciones
del ya ex JW. Bush, de buscar mercados alternativos para no depender
en demasía del petróleo venezolano.
Según el mencionado
artículo, quienes están detrás de esta estrategia figuran empresas
de Israel de la cual “el primer proyecto se concretará en Colombia
y consistirá en una planta de procesamiento a base de caña de azúcar.
El cultivo tendrá una extensión aproximada de 25.000 acres. Así,
el gobierno busca transformar a Colombia en el mayor productor mundial
de combustibles agrícolas y los ministerios de Agricultura y de Minas
y Energía trabajan en varios proyectos para conseguir esa meta. Las
autoridades han dado prioridad a la producción de combustibles agrícolas
a partir de la caña de azúcar, palma africana, yuca y maíz y considera
otros relacionados con la papa y la higuerilla”.
Otros datos
aportados por Panorama Alternativo señala que “Colombia produce
actualmente un millón de litros de alcohol carburante que abastecen
sólo a Bogotá y al sur occidente del país, pero la producción deberá
elevarse en medio millón de litros más para cubrir otras regiones
importantes del norte y del oriente, según cálculos oficiales, en
especial en los Llanos Orientales, una extensión de sabanas de unos
17 millones de hectáreas fronterizas con Venezuela y Brasil y utilizadas
hoy sobre todo para la ganadería. Allí también se adelantan proyectos
de biocombustibles a partir de la yuca”.
En fin, con
el acuerdo firmado entre el presidente Álvaro Uribe y el gobierno de
los Estados Unidos para el establecimiento de siete bases militares
en territorio colombiano, el drama humano de los desplazados se agravará,
pues tanto los marines, como los mercenarios de guerra contratados,
necesitarán un cierto nivel de autonomía y de desplazamiento sobre
vastas regiones campesinas.