Este miércoles 9 en el Estadio Santa
Laura de Santiago, el Colo-Colo consiguió su estrella número 29, después
de un accidentado año donde llegó a estar bordeando el descenso, cuestión
a simple vista inaudita para un equipo que es base de “La Roja”,
selección que llega a Sudáfrica como segunda de Sudamérica, a un
punto de Brasil, y con el colocolino (actualmente en México) Chupete
Suazo como mejor jugador de la eliminatoria, según encuesta de la FIFA
develada en Sudáfrica dos días antes del sorteo. (Esa encuesta también
dijo que el mejor entrenador de la eliminatoria era el ché Marcelo
Bielza, entrenante de la Selección Chilena).
Además de la irregular campaña, con
escandaloso cambio de entrenador, con lesiones como para cambiar toda
la defensa (así el venezolano José Manuel Rey se incorpora
a Colo-Colo), al partido de este miércoles El Cacique llegó con desventaja
frente a Universidad Católica, que ganaba hasta con el empate a uno,
además de todo eso el partido donde es visita se juega en un estadio
en reparaciones al cual sólo se le aceptaron dieciséis mil personas,
de las cuales sólo tres mil cupos fueron asignados para los seguidores
del equipo más popular de Chile. Como si todo fuera poco, la Católica
pica adelante haciéndole el primer gol a los ¡23 segundos! de iniciado
el encuentro.
La situación colocolina, sus altibajos
en las alegrías y tristezas que le ha llevado a su pueblo en este año
2009 tienen que ver, sin embargo, con cuestiones políticas que
afectaron y afectan al club más popular de Chile, quizás corroborando
como una verdad lo que indica uno de los gritos de guerra de los colocolinos
cuando dicen “¿Quién es Chile..?: ¡Colo-Colo!”
En 1973, entre la CIA, la oligarquía
chilena y los fascistas proyanquis de las Fuerzas Armadas de Chile,
le dieron un golpe de estado a la democracia chilena, derrocando al
Presidente Salvador Allende, quien muere en combate defendiendo el Palacio
de La Moneda, casa de los presidentes de Chile.
A poco andar, la dictadura de Pinochet,
encaramada como gobierno nacional, interviene a Colo-Colo y desahucia
a una directiva elegida democráticamente por sus socios, en el sano
esquema de las asociaciones civiles, un socio, un voto. A quienes habían
incendiado la sede del gobierno democrático y constitucional
chileno estaba como que demás preguntarles con qué derecho traspasaban
al club más popular de Chile a una empresa privada, cual si quisieran
ratificar que, como Colo-Colo es Chile, al club del pueblo chileno,
al equipo de los pobres, había también que darle un golpe de estado
tan golpe como el que le habían dado a todo el país.
Tuve la oportunidad de hablar con un
asistente del gerente del Colo-Colo intervenido, en momentos en que
por la celebración de los cincuenta años del club yo había preparado
un álbum de barajitas que se negociaba con entusiasmo con la directiva
anterior, la legal. Cuando le dije al chicago boy que mi álbum resumía
el corazón, el cariño, el sentimiento colocolino, el tipo me interrumpió
diciendo que ellos na´que ver con esos sentimentalismos colocolinos,
que ellos eran una empresa y venían a gerenciar entradas y salidas
porque business is business y no lo hiciera perder el tiempo con
novelas del corazón...
De ahí en adelante, ese deshumanizar a Colo-Colo parece haber sido el objetivo político de la intervención al club, lo cual nos recuerda al ejército gringo invadiendo a Iraq y quebrando a culatazos los milenarios cántaros de greda y quemando los papiros que encontraban a su paso en museos y lugares históricos, porque en la medida en que a un pueblo le rompas sus raíces, su historia, sus valores, será más fácil derrotarlo, fregarlo. Así también al pueblo chileno le dieron en el corazón de su sentimiento futbolístico, en un país donde la escuela primaria de Chile, y esa mágica forma de transmitirle cultura
--inclusión-- a los pobres, la Central
Única de Trabajadores, CUT, y su unidad, honestidad y combatividad,
y los partidos políticos de izquierda, todos juntos se habían
sumado a la competencia en los estadios, para hacer pedagogía política
en favor de las clases populares, ya que en la cancha se notaba mucho
la lucha de clases, los equipos de los pobres ganándoles a los equipos
de los ricos eran la venganza dominguera por una semana de explotación
de sus patrones, y un aliciente para ir entendiendo el valor de ser
mayoría, el valor de la unidad, unidad que un día se transformó en
Unidad Popular y llevó a la presidencia a Salvador Allende.
Tal como humillaron la dignidad de todo
Chile, Colo-Colo en dictadura debió sufrir el tener al asesino
y ladrón de Augusto Pinochet como su “Presidente Honorario”. Pero
al igual que no abandonó su bandera, su dignidad ni su futuro, el pueblo
chileno no abandonó a Colo-Colo, aunque es evidente el daño que la
pasantía fascista le ha causado.
En primer lugar, si bien el país hace
esfuerzos por terminar de sacarse el golpe de Pinochet, el indio Colo-Colo
no se lo ha podido sacudir y ahora es una Sociedad Anónima, sin que
nadie explique con qué autoridad se lo quitaron al pueblo de Chile,
sin que nadie explique por qué no ha sido devuelto a su verdadero dueño,
el pueblo chileno, todo esto con la complicidad de la FIFA, que es súper
quisquillosa cuando los gobiernos se meten con el fútbol de sus países,
pero que con los fascista de Pinochet tuvo las mejores relaciones.
El asunto es que en este nuevo esquema,
un empresario que se hizo millonarísimo al amparo de la dictadura de
Pinochet, Sebastián Piñera, dueño de medio Chile, es el primer accionista
de Colo-Colo mientras anda en campaña intentando ser presidente de
Chile, para apoderarse de la otra parte del país que todavía no es
na de él...
Con esta “filosofía capitalista”
como propietaria de un club en un país donde no había dueños privados
para los equipos de fútbol, el primer atentado a los valores del equipo
es el mercantilizar al extremo su razón de ser. En un año Colo-Colo
llegó a vender prácticamente todo su precioso plantel, todo
con tal de ganar plata, de que cuadren los números sin importar la
idea matriz del club, que siempre ha sido representar al pueblo chileno.
Cuando el 19 de Abril de 1925 un grupo
de jugadores del Magallanes se separan de ese club, lo hacen para asumir
el profesionalismo, porque, según argumentaban, ellos eran pobres y
tenían que financiar su presencia en el equipo con sus modestos sueldos
de profesores. Para poder competir con los equipos de los ricos, decían,
debían de tener un nivel económico que les permitiera llegar
a la cancha con la misma oportunidad de los equipos de la gente pudiente
de Chile. En el bar “El Quitapenas”, cercano al cementerio, hicieron
su acuerdo de crear un nuevo club y en su primera práctica, en el centro
del campo, con el liderazgo de los hermanos Arellano, en la idea de
representar los valores del pueblo chileno, acordaron tomar el nombre
el cacique jefe de los indios de esa tierra austral cuando llegaron
los conquistadores españoles. Colo-Colo fue el cacique que eligió
a los mejores capitanes de los indios para enfrentar en batalla al invasor,
dando comienzo a una gesta quizás única en el mundo, que duró trescientos
años sin que el conquistador consiguiera vencerlos, porque quien
vino a derrotar a las huestes indígenas fue la naciente República
de Chile, en una guerra al más puro estilo del far west de los gringos,
completando, con la justificada excusa de definir y cuidar el territorio
de la naciente república, el genocidio que comenzaron los ibéricos,
y de lo cual quedan aún heridas abiertas y evidentes porque son noticias
a diario hoy por hoy en Chile los enfrentamientos de los mapuches, defendiéndose
de la represión de las fuerzas del orden del gobierno, siempre encompinchadas
con los grandes hacendados de la zona.
El nombre elegido fue un acierto y el
pueblo, los chilenos pobres y pata en el suelo se identificaron de inmediato
con el orgullo de sus raíces aborígenes como imagen a la hora de ir
a enfrentar a otros equipos, muchos de ellos luciendo su anglicanismo,
como el Green Cross, como el Badmintong, etc. Es decir, el Colo-Colo
nace utilizando la modernización del profesionalismo, ya bien avanzado
para entonces en Uruguay y Argentina, como un mecanismo para asumir
la representatividad de un pueblo, de un sentimiento, de unos valores,
y no por el dinero en sí, como parecen entenderlo los gerentes de Piñera,
que han tenido al equipo del timbo al tambo, salvándose de un peor
destino no por la plata de Piñera, sino por el corazón de sus jugadores,
siempre empujados, respaldados por el pueblo chileno que copa los estadios
y financia el negocio de los traficantes del fútbol.
Algún día, esperamos, se escribirá
la historia de estos tiempos de dictadura y post-dictadura y del cómo
se aprovecharon de Colo-Colo, al igual que del cobre, de la madera,
del carbón o de las frutas o los peces del pueblo chileno.
Ojalá un día sepamos la verdad
de cuando murió Pinochet y los fascistas querían que el gobierno
chileno decretara duelo nacional y se le rindieran honores de héroe
al general traidor... Michelle Bachelet, que volvía a Chile de una
gira internacional respondió a la presión de los fascistas yéndose,
al otro día del entierro del pinocho, al Estadio Nacional, donde Colo-Colo,
que ha sido campeón de la Copa Libertadores, jugaba ahora la final
de la Copa Sudamericana después de haber empatado con el Pachuca ¡en
México! a un gol por lado. El mensaje de la Bachelet parecía
estar claro: mientras ustedes me exigen
duelo por el Pinochet, mi respuesta, al otro día de haberlo enterrado,
es irme al estadio para celebrar con el pueblo el evidente triunfo continental
de Colo-Colo... Ojalá y un día sepamos qué pasó, porque Colo-Colo,
ganando uno a cero en el primer tiempo, después de la llegada de la
presidenta al estadio terminó perdiendo increíblemente dos por uno,
y así no hubo celebración popular que interrumpiera el duelo de los
fascista por su viejo ladrón, y el mensaje de la presidenta Bachelet
no se pudo consumar...¿Será que la dirigencia Piñerista/Pinochetista
de Colo-Colo habrá permitido la intromisión de una mano peluda en
esta extraña final, con un estadio nacional con 85.000 personas haciendo
temblar la tierra con su gritadera, y viendo luego perder al equipo
que iba ganando ya en el primer tiempo..? Ojalá algún día sepamos
si además de todo, Colo-Colo ha tenido que sufrir también las movidas
políticas del fascismo chileno. Y no me digan que estoy desvariando,
porque ni más ni menos eso hicieron los fascistas para cuando la eliminatoria
con Brasil en el Maracaná, por el mundial de Italia, lo cual le costó
una larga suspensión al fútbol chileno, al poner al Cóndor Rojas
a simular una herida, luego de pagarle diez mil dólares a una ciudadana
brasileña para que lanzara una bengala a la cancha donde jugaban Brasil
y Chile. Además de esquivar el fútbol, donde sí le habíamos ganado
a Brasil, en la reciente Copa América de Argentina, por nada menos
que cuatro goles a cero, los fascistas no consiguieron su propósito
de clasificar con maula, pero si lograron que la reciente democracia
chilena no tuviera un mundial como vitrina y quedara, el país, aislado
ante los ojos de los pueblos del continente por tamaña cochinada. Tratándose
de nuestra fascista derecha, como verán, la realidad supera cualquier
ficción.
Por supuesto que liberar de todo esto
a Colo Colo no será posible si Chile cae ahora en manos de la oligarquía
chilena y sus gerentes pinochetistas. Piñera dueño de los destinos
de Colo-Colo y dueño de los destinos de Chile es lo peor que nos podría
pasar.
Es de esperar que a pesar de los malos
gobiernos de la Concertación, a pesar de una política que estimula
la apatía de los jóvenes (hay más de cuatro millones de jóvenes
que no quieren inscribirse en el registro electoral), es de esperar
que a pesar de todo el pueblo chileno le cierre el paso a la derecha
fascista, impidiendo que ésta se lleve a Chile a una movida distinta
a los vientos de unidad continental que soplan gracias a la Revolución
Bolivariana, ya que por lo menos, en eso, la Bachelet dio más de lo
que podíamos esperar, incluso, más que algunos gobiernos que traían
como un pedigree izquierdozo pero que a la hora de las chiquitas han
dado menos de lo que esperábamos.
Y, si no fuera mucho pedir, ya que Jorge
Arrate, el candidato de los allendistas, del Juntos Podemos y del Frente
Amplio, el candidato del Partido Comunista de Chile, ya que este ex
ministro de Allende se ha atrevido a levantar un programa que incluye
la nacionalización del cobre, la educación gratuita y hasta
una Asamblea Nacional Constituyente, para seguir hablando de cosas
que hasta hace algunos años parecían un pecado nombrarlas en Chile,
ojalá que seamos, como sociedad, capaces de sacar al indio Colo-Colo
de Chile de ese golpe de estado que le dió la derecha chilena, que
le significó tener a Pinochet como presidente honorario y que significa
tener al pinochetista Sebastián Piñera como patrón de hacienda mandando
en sus finanzas, todo lo cual es lo contrario de los valores nacionales
y ancestrales que dieron vida a ese sentimiento nacional que se llama
Colo-Colo y a ver si el próximo año celebramos un nuevo campeonato,
la estrella número treinta, con el indio Colo-Colo liberado de los
pinochetistas de ayer y de hoy.
A los pinochetistas de ayer y de hoy,
de dentro de Colo-Colo y de fuera de él, ojalá y seamos capaces de
cerrarles el paso, derrotando a Piñera, así no sea en segunda vuelta.
¡Y nos vemos este 2010 en la Copa Libertadores,
en el partido del Deportivo Italia - Colo-Colo, aquí en Caracas..!
El Tano / Abrebrecha-UCV
abrebrechaucv@yahoo.com