En Cuba sí existe represión fascista

     En un programa en la televisión española titulado “Debate” se produjo una entrevista a cuatro personajes de la política española, representantes de los partidos: PSOE, PP, PNV y CiU. En verdad, en las palabras y en los conceptos, casi no se percibe diferencia entre los mismos. En España, mientras perdure la monarquía  y el beso de amor no se lo den a cualquiera, los partidos podrán acusarse unos a otros en relación con problemáticas internas, pero cuando se trata de criticar o condenar a un gobierno no español que  se tilde de socialista o en la defensa de un personaje aunque haya tenido destacada participación intelectual en genocidios –caso Aznar-, todos se unifican, afilan sus garras, mueven sus talones y músculos, se alteran las células nerviosas y atacan como una fiera con una mezcla de las facultades del zorro –para olfatear bien el objetivo- y el león –para desarrollar fuerza física para el exterminio de la víctima.

      Por estar ocupado en una labor de limpieza no pude escuchar la parte dedicada a los análisis sobre el totalitarismo del presidente Chávez. Sin embargo, me dio oportunidad de escuchar las intervenciones dedicadas contra el totalitarismo del gobierno cubano. Incluso, allí dijo uno de ellos –creo que el dirigente del PP- que “En Cuba sí había represión fascista”, y los demás reconocieron la represión pero sin llegar a hacer uso del término “fascista”.

      Los españoles, los de mayor edad a los cincuenta años y especialmente de izquierda, conocen perfectamente lo que significa, en vivo o en directo, en el cuerpo o en el pellejo, lo que es la tortura o represión fascista que en España se denominaba “falangista” bajo el gobierno del generalísimo Francisco Franco, aunque ya muerto continúa siendo la inspiración política e ideológica de los pepetistas españoles y de muchos otras organizaciones políticas de la antigua “madre” patria. El PP (Partido Popular) nace de las entrañas del falangismo y por eso está acostumbrado hacer sus análisis, sus meditaciones, sus estudios, sus conclusiones y reflexiones apegado a los principios del falangismo. El PP tiene bien definida su teoría que con relación a la realidad de Venezuela o a la de Cuba viene siendo la misma del PSOE, del PNV y de La CiU. Sólo se diferencian los últimos del primero en que actualmente no están solicitando el rompimiento de relaciones diplomáticas con Cuba o con Venezuela.

      Para  los partidos antes mencionados no existe una base en Guantánamo donde se vejan, ultrajan, humillan, torturan y violan los más elementales derechos de los presos –incluso se ha demostrado que la mayoría nada tiene que ver con actividades de terrorismo- de guerra traídos arbitraria e inhumanamente desde Afganistán o Irak, porque el gobierno de Estados Unidos se da el lujo de juzgar a quien le venga en gana mientras que hacen una defensa irracional de sus militares torturados y asesinos para que no puedan ser juzgado en ninguna otra región del mundo por crímenes de guerra. Nada, absolutamente nada, han dicho esos partidos de la crueldad de los organismos de seguridad estadounidenses en perjuicio de los prisioneros de guerra de otras nacionalidades; no han dicho nada, absolutamente nada, de condena a la administración de justicia estadounidense por el encarcelamiento de cinco cubanos que lo único que hicieron fue poner al descubierto o alertar a las autoridades de Estados Unidos sobre macabros planes de terrorismo por ciudadanos que tienen su residencia o sede habitacional en ese territorio. Pero sí crean un coro –armonioso y celestial- para acusar al gobierno cubano de represivo.

      Los voceros de los cuatro partidos políticos antes mencionados sí  saben cuánto de represión y de tortura es capaz de aplicar el Estado español contra los etarras o contra quienes se opongan al colonialismo español en una región que lleva décadas su pueblo aspirando a su derecho a la autodeterminación. No se está criticando el hecho que soliciten la libertad de determinados presos en Cuba. No, ellos tienen el deber de hacerlo como nosotros exigir la libertad de los cinco cubanos presos injustamente en Estados Unidos por denunciar planes de terrorismo o de los etarras que se encuentran en prisión por hacer valer su derecho a la soberanía del país vasco. Pero de allí a jurar y perjurar, mediante campañas mediáticas, que en Cuba se tortura es una posición miserable y repugnante de los enemigos de la revolución cubana y de la verdad verdadera. Si algún gobierno en este mundo dominado por el capitalismo ha dado demasiadas pruebas de humanismo, tanto en lo interno como en lo externo, es precisamente el de Cuba. Incluso, contrario al Estado español que se ha complotado para invadir y oprimir pueblos que nada le han hecho de negativo, el cubano ha practicado el ejercicio del internacionalismo revolucionario para contribuir a liberar pueblos oprimidos como han sido los casos de Angola y de Namibia. ¿Acaso el gobierno español podría señalar un solo ejemplo de ayuda a liberar pueblos de las dictaduras despóticas y antipopulares que les oprimen?

      Si el gobierno del presidente Zapatero retiró a los soldados españoles de Irak, por considerar que su envío fue una política criminal del expresidente Aznar, entonces preguntamos: ¿qué han hecho los socialistas españoles en el gobierno para que Aznar sea juzgado y condenado en base a las leyes de la república española por crímenes de lesa humanidad? ¿O es que acaso esos soldados fueron a Irak realmente a luchar por la redención social del pueblo iraquí o a servir de lacayos del imperialismo estadounidense?

      Se puede no estar de acuerdo con el régimen cubano y respetarse las ideas expuestas para argumentar esa posición, pero lo inaceptable, lo reprochable, lo condenable es que los  voceros de los partidos que hemos nombrado traten, mediante mentiras y desinformaciones de la realidad, venderle la idea al mundo que en Cuba existe represión fascista. Ni siquiera, es la verdad verdadera, esos personajes de la política española tienen el menor respeto por las categorías históricas que identifican correctamente las realidades de Cuba.

      Sepan los voceros de los partidos antes mencionados y sepa el mundo que ningún pueblo teniendo acceso a las armas, como es el caso de Cuba, se cala una represión de más de medio siglo. ¿Por qué, preguntamos, el Estado español no coloca todo el armamento bélico que posee en lugares donde libremente el pueblo pueda tomarlas y hacer uso de ellas?

      En verdad, el fracaso de la revolución española vencida por las huestes de Franco con ayuda de países imperialistas, ha dejado una herida, hasta ahora, incurable en la sociedad español y en el resto del mundo. Y el profundo dolor de esa herida es la gran libertad que le falta a la sociedad española, a los vascos y a muchos pueblos aún sometidos a los más salvajes rigores del capitalismo.

      Sépase, es también la verdad verdadera, que con todo el cúmulo de necesidades que vive el pueblo cubano y que no podrán ser resueltas muchas mientras no triunfe el socialismo en toda la faz de la Tierra, en Cuba sí se respetan los derechos humanos y no se tortura absolutamente a nadie. 


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Freddy Yépez


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