Entendemos que los modos en que se produce la comunicación en una sociedad no son separables de las batallas que se libran en el terreno político, y ello obliga a desnudar la estrategia comunicacional imperante.
Entendemos que los modos en que se produce la comunicación en una sociedad no son separables de las batallas que se libran en el terreno político, y ello obliga a desnudar la estrategia comunicacional imperante.
En el caso de los medios impresos nacionales, esta estrategia se sustenta primordialmente en 4 líneas informativas:
1. La evaluación de la gestión de gobierno, en dos versiones: una valoración positiva desde el Sistema Nacional de Medios Públicos y una negativa por los medios privados de oposición. Ambos bloques manejan políticamente sus propios criterios de noticiabilidad, ocultamiento, neutralización y filtración de la información. La evaluación negativa abarca prácticamente todas las áreas, mientras que el tratamiento de los medios públicos no logra desprenderse de su imagen oficialista y se concentran fundamentalmente en la difusión de la actividad oficial.
2. La articulación de intereses, estrategia preferida por los medios privados de oposición que juegan a demostrar el fracaso de la concertación y consenso de los diferentes intereses sociales.
Los medios públicos descuidan este aspecto que podría ser abordado desde la perspectiva de los movimientos sociales y de la participación y protagonismo de la sociedad organizada.
3. el termómetro político, suerte de clima político resultante de la gestión de gobierno y de la articulación de intereses. Los medios privados de oposición concluyen en el fracaso de la gestión de gobierno y de los mecanismos de concertación de intereses sociales y en la inevitable conflictividad social.
Acuden a la evaluación de instancias supranacionales y, en el plano nacional, a académicos, expertos y encuestadoras. Suerte de democracia de opinión que pretende suplantar la realidad.
Concluimos en la necesidad de repensar la política comunicacional reactiva y enfocada en la pequeña batalla frente a la posibilidad de una política guerrera y creativa que trascienda el status quo. Debemos deslastrarnos de la concepción oficialista hacia la consolidación de una política comunicacional pública garante de los derechos de comunicación de la sociedad en su conjunto.
maryclens@yahoo.com
