Un compromiso político comunicacional

Resultaron ser amantes de la radio y de los sueños. Poseen demasiada conciencia sobre este mundo cínico por el cual les ha tocado transitar. Apuestan a lo imposible, a eso que llaman la oniria posible: la utopía concreta, que dijera Marx. Son abundantes las ganas de construir un mundo distinto. Viven en una patria cuyo nombre deriva de Bolívar: Bolivia, concretamente en la capital que lleva el nombre de Sucre. Poseemos una heredad histórica similar aunque nuestros años sean diferentes. Participantes en un colectivo llamado FRAPA, que significa Foro Radio Fónico de Programas Alternativos. De igual manera están de lleno en el Taller Radiofónico Popular (TARPO). Los quijotes de la producción radial, desde Bolivia para la Patria Grande.

Los spots que han realizado tienen el sugerente título: Escenas de la Vida Salvaje y son trasmitidos por Radio América, La Voz del Sur. Algunos los tildan de irreverentes, iconoclastas e insolentes pero su pasión por la radio deja su estela de furia, denuncia, compromiso y aprendizaje.

En alguna pared una mano escribió:

Si el voto cambiara algo, sería ilegal.

Seguramente otra mano fémina expresó:

Si los hombres parieran, el aborto sería legal.

Precisamente en las paredes de CNN, la siguiente mano dejó constancia:

Si los medios comunicaran, la verdad sería ilegal.

Bien lo dijo León Felipe en aquel trabajo intitulado: La Palabra de los Necios:
Vendrá la historia ¿Por qué no? en que no existan periodistas que hagan pasar por docta su palabra necia y en que las estaciones de radio no están ya a cargo del que ladre mejor. En esta época feliz que ha de llegar- a costa de la sangre de los mejores ¡claro está!...porque en nombre de las libertades democráticas no se puede dejar al necio al frente de un periódico ni delante de un micrófono desvirtuando y desgarrando la historia. No hay más pecados que los que se comenten contra la verdad. ¡Cuesta tanto ganar la verdad! Estamos aquí para averiguar unas pocas verdades y para precisar cómo y por qué se mueven los hombres (y las mujeres). Es tan difícil describir lo que acabamos de ver que el hombre de responsabilidad tiembla siempre ante las afirmaciones aparentemente más inofensivas. Buscar la verdad con reverencia debe ser uno de nuestros grandes oficios. Y ciertos menesteres de este oficio se le encomiendan hoy a hombres (y mujeres) incapaces y sin escrúpulos sobre los que no han hecho ninguna investigación ni ningún examen. Estos hombres (y mujeres), que tienen la tácita del viajante de comercio, la psicología del anunciador y la moral del mercader, son los informados y los educadores del gran público.

Recordemos: la memoria es una actitud política. Apaga la radio y hazla tú mismo. En este sálvese quien pueda, estos jóvenes afirman:

Los funcionarios no funcionan. Los políticos hablan, pero no dicen. Los votantes votan, pero no eligen. Los medios de información, desinforman. Los centros de enseñanza enseñan… a ignorar. Los jueces condenan a las víctimas. Los policías no combaten los crímenes porque están ocupados en cometerlos. Las bancarrotas se socializan. Las ganancias se privatizan. Es más libre el dinero que la gente. La gente está al servicio de las cosas. Quien no se hace el vivo, va muerto. Estás obligado a ser jodedor o jodido.
Mentidor o mentido.

Dos poderosas razones nos exigen nuestra participación creativa, comprometida y militante en los medios comunitarios, alternativos y populares: la guerra de cuarta generación encabezada por los Estados Unidos, la oligarquía mediática, la jerarquía católica, los militares gorilas y los políticos reaccionarios con el claro objetivo de derrotar al proceso venezolano. Resulta perentorio enfrentar esta guerra mediática con la verdad. La segunda razón está relacionada con la importancia de la historia de nuestras microlocalidades, consejos comunales y comunas, y las localidades, parroquias y municipios. Es importante proyectar su memoria histórica, su cultura popular y residencial, su presencia protagónica en la vida cotidiana de los pueblos como una forma de resistencia cultural. La historia matria y la lucha comunicacional convocan.

efrainvalentutor@gmail.com


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Efraín Valenzuela

Católico, comunista, bolivariano y chavista. Caraqueño de la parroquia 23 de Enero, donde desde pequeño anduvo metido en peos. Especializado en Legislación Cultural, Cultura Festiva, Municipio y Cultura y Religiosidad Popular.

 efrainvalentutor@gmail.com

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