Para ser irónico se necesita ser muy talentoso y culto. O lo que es lo mismo la ironía, ejercitada por seres que no posean estos dos atributos, pasa de ser una broma fina y de arto coturno a una payasada de mal gusto; dicho en cristiano, a una morisqueta.
No es irónico quien quiere sino quien tiene como hacerlo. La ironía tiene su dosis de autenticidad y de sarcasmo sutilmente camuflado. Además. El buen irónico debe manejar bien las palabras y sus tiempos. No es lo mismo ser irónico en invierno que en verano. Como tampoco es lo mismo un libro escrito en primavera que en otoño. Ni tampoco en tiempos de paz que de guerra.
Grafiquemos un pelo el concepto. Tengo un amigo que estudió Filosofía y Letras en París. Camarada él y todo un poeta. Para más señas, margariteño y buena gente. Cuando aterriza en Porlamar el hombre andaba mal económicamente sólo tenía como ingresos 400 bolívares que le pagaban como director de cultura. Vestía muy mal y sus zapatos, con el tacón desgastado y huecos en las suelas. Un día. Un amigo, de esos que no son amigos un carajo sino envidiosos, lo vio en el Bulevar Guevara y le dijo:
-“Poeta lo veo muy mal. Se nota que estás bien jodido”.
-“Si mi hermano. Estoy bien jodido. Fíjate que estoy casi ciego”.
-¡Ciego! No puede ser. ¿Y cómo es eso?
-“Pues si buen hombre. Estoy ciego de a bola. Fíjate cuando vi que venías hacía mí yo pensé que era una bola de excrementos que venía rodando”.
Otro ejemplo. Un día un amigo de Churchill, pintor mediocre él, le dio dos tarjetas para una exposición en un museo londinés diciéndole: Una es que para asistas a la inauguración y la otra es para un amigo, si es que tú tienes amigos”.
Y Churchill le respondió. “No creo que pueda ir a la inauguración. Es más. Es casi seguro que no vaya. Trataré de ir el segundo día, si es que hay un segundo día”
Otro ejemplo de fina ironía. Ronald Reagan. En una oportunidad dictaba una conferencia en un parlamento europeo y al ver que las tres cuartas de legisladores abandonaron el hemiciclo. El mandatario estadounidense dijo: “que se vayan, en mi país es igual. Allá son muy pocos los congresantes que trabajan. Generalmente son flojos y perezosos. Con este poquito que se quedó podemos sacar la tarea”.
Otra. Un alemán entró al taller de Picasso en París y al ver el Árbol de Guernica, le dijo al pintor español: “¿Y eso lo hizo usted?”. Y Pablo le respondió “No. Eso lo hicieron ustedes”.
Todo estos comentarios vienen al caso porque tres irónicos de la Revolución Bolivariana de Venezuela, los dos Roberto y Pérez Pirela (Cómo ustedes pueden ver y Cayendo y corriendo) están dictando clases de fina ironía). Hasta el punto que el Presidente Chávez, entrando en la onda irónica de Cómo ustedes pueden ver ordenó sacar el programa de VTV por malo y porque no lo veía nadie. Y los pendejos del escualidismo mediático se comieron la coba. Por allí Carola Chávez escribió algo sobre el particular en aporrea.
TINTERO I
Con estos tres personajes, los dos Roberto y Pérez Pirela, gozo una esférica y parte de la otra. Y, por supuesto, aprendo más. Algo muy importante. También la ironía, para causar esguace, obligatoriamente tiene que ser muy humilde.
TINTERO II
En Entre periodistas, programa matutino de entrevistas de Televén, aunque sus moderadores tratan de presentarse como equilibrados e imparciales, su odio visceral antichavista se les nota a leguas; por más que se tongoneen siempre se les ve el bojote. Hay semanas donde los entrevistados son puros enemigos del proceso revolucionario. Y cuando entrevistan a un chavista (una vez por la cuaresma) no le dejan hablar, le interrumpen y le repreguntan. En cambio, con los escuálidos se vuelven una mantequilla. Sería bueno que la Gerencia Informativa de ese canal o los dueños aplique correctivos.
americoarcadio@yahoo.com
