Lo primero que quiero aclarar es que este artículo para nada es una defensa del programa político de televisión que conduce y produce el camarada Mario Silva y que es conocido con el titulo de la Hojilla. Esto lo dijo por dos razones; la primera es que el señor Silva no necesita que lo defiendan, ya que tiene casi 10 años defendiéndose y lo hace muy bien; y el segundo aspecto, es porque jamás defenderé la ofensa a una madre; la madre es sagrada, y siempre, pero siempre, debe quedar al margen.
Este artículo tan solo quiere poner en la palestra un solo detalle, tan solo un muy pequeño detalle que ha pasado casi desapercibido en la gran mayoría de los artículos que se han escrito al respecto, y mire que se han escrito miles, y que para mí y para el que lea este articulo, al final del cuento, es la mejor defensa del programa en cuestión.
Empecemos por el principio, y ya lo dije, jamás justificare el ataque a una madre, y al emitir HDP a quien se ataca, no es a la persona a la que se dirige la ofensa a quien se ofende, sino a la madre de este, y por ende, ofendemos a nuestra propia madre, porque la traemos de manera directa a la disputa en cuestión; de ahí, que muy mal, pero muy mal, mi estimado Sr. Silva; pero, y siempre hay un bendito o maldito (según sea el punto de vista) “pero”, y el pero no es otro que el detallito, muy insignificante, que les quiero contar.
Para que nos entendamos mejor y dejemos todos los cabos sueltos muy bien atados, comparemos la ofensa de nuestro camarada Mario Silva, con las publicaciones de la foto de la morgue aparecida, ya hace un tiempo, en el periódico del injuriado por el señor Silva, y la más reciente portada de ese pasquín que se hace llamar “6 Poder”.
Si bien es cierto que el Sr. Silva ofendió a una ilustre dama, y lo que es peor, a una madre, no es menos cierto que la foto publicada, mucho tiempo después del suceso, donde aparecía un NIÑO en una de las mesas de la morgue no es menos atroz y es, por mucho, más deleznable que la ofensa proferida por el Sr. Silva. Porque si bien el señor Silva se mete con una madre, me pregunto yo ¿Qué es lo que hace el señor director del Nacional?, acaso no se mete con una madre también, no se mete con un dolor inmenso como lo es la muerte de un hijo al traer el hecho, muchos meses después, nuevamente al escarnio publico; mire señor Otero, quien a hierro mata no muere a sombrerazos.
Ahora recordemos el otro hecho noticioso, como lo es la primera página del pasquín, que no voy a volver a mencionar, donde las dignas MADRES venezolanas, que ostentan altos cargos en la cosa publica, aparecen bailando, cual cabaret, con minifaldas y se las tilda de vulgares cabareteras, y en donde nuestro presidente es el regente máximo de dicho cabaret; y para aquellas “damas bien” que se que me leen, cabaret y BURDEL o PROSTBULO son exactamente lo mismo; y entonces me vuelvo a preguntar yo, ¿no se ha vuelto a ofender a las madres?; y aquí el señor del Nacional no le parece así, ya que sale en defensa del personaje que dirige dicho pasquín, y entonces cabe una nueva pregunta: ¿y no es lo mismo?.
Pero a todas estas no les he dicho cual es el pequeño detallito que se ha pasado por alto, no en todos los artículos, pero si en un muy buen numero; pues bien, el detallito es: el alcance, el publico que tiene acceso a estas noticias, no solo en cantidad, sino en calidad; aclarémonos, La Hojilla es un programa que si bien es televisivo, por lo que su alcance es masivo, no es menos cierto que se pasa a las 11 de LA NOCHE; no solo en horario supervisado, sino que es un horario donde un joven, y con toda seguridad mucho menos un niño, están al frente del televisor, ya que los poquísimos que estén en la televisión a esa hora, de seguro, para nada están viendo La Hojilla.
Repito, este es un programa que no solo se pasa en horario supervisado, sino que es un horario de MUY LIMITADO acceso a los jóvenes y los niños, seres fundamentales que debemos proteger ante todo y debemos formar para la vida. Ahora bien, si bien es cierto que el tiraje del Nacional y con más razón el del pasquín ese, no llegan ni siquiera a números de 5 cifras bajas, y por ende, en su defensa saldrían diciendo que la televisión es masiva, no es menos cierto, que estos, al estar colgados en TODOS los kioscos venezolanos y al ser las fotos en cuestión antes mencionadas las portadas de dichos diarios, estas pasan a tener un nivel de alcance INMENSO en nuestros seres más jóvenes, que jamás tiene, y que se de cuida de no tener, el programa La Hojilla.
Es así de claro, los hijos de nuestra fiscal, de nuestra procuradora, de nuestra jueza suprema, y de todas las demás dignas damas ahí ridiculizadas y tratadas como PUTAS, tuvieron acceso de PRIMERA MANO a la foto y a la noticia, ya que esta no venia acompañada de un letrerito protector que dijese “Esta noticia no es apta para menores de edad”, y como no trae el letrerito, todos los niños de Venezuela, sin necesidad de comprar el pasquín, tan solo con verlo colgado en el kiosco y notar la foto, tenían acceso a la tamaña grosería y ofensa.
Imagínense por un momento la burla que tuvo que soportar el hijo de una de estas damas al llegar ese lunes a la reunión con sus amiguitos; bien en el colegio, bien en un parque, en fin, el lugar es lo de menos; que de seguro tenían muy en claro el articulo, y por ende la burla a flor de labios; porque a diferencia de La Hojilla, de acceso muy limitado, este pasquín era de libre visión por todos los niños de Venezuela.
No nos olvidemos del dolor del hermanito, o del primo, o del familiar, o del amiguito del niño muerto que fue retratado en la morgue por los reporteros del Nacional, y que muchos meses después, cuando el dolor comenzaba a mitigar; si eso fuese posible; volver a ver esta foto, de acceso totalmente libre y al alcance de TODOS los niños de Venezuela; esto seria como una enorme daga que les desgarrase nuevamente las entrañas; y que decir de la MADRE; ¿verdad señor Otero?, porque madre es madre, la muy digna suya, la muy amada mía y la de ese niño.
No
me extiendo mas porque creo haber dejado en claro mi posición, que
para nada exculpa al señor Silva del insulto que jamás debió
proferir y que espero jamás vuelva a proferir; pero mis muy señores
míos del Nacional y del pasquín ese, con que cara piden Uds. justicia,
NO JODA.