La televisión capitalista es un arma de guerra político-ideológica que justifica y está al servicio de un sistema económico-consumista que destruye la naturaleza y es aliada del imperialismo, que impone dicho sistema a sangre y fuego.
La televisión capitalista entra libremente en los hogares venezolanos, con su contrabando de valores e ideología, con sus imágenes, estética, lenguaje, narrativa, formatos, ritmos y productos (publicidad, novelas, series, realities, deportes, noticieros, etc.).
Esta potente herramienta propagandística en manos de poderosas corporaciones económicas y financieras ha impuesto la lógica según la cual “somos lo que vemos”, en consecuencia construyen en sus narrativas realidades-espejos de nuestras vidas, donde nos venden un sistema que propone el consumir y el tener para cambiar lo que somos.
No es con la lógica del mercado -oferta y demanda- que la Revolución va a superar la debilidad comunicacional y entretenimiento audiovisual; es con medidas que van desde la aplicación de la ley, hasta acciones revolucionarias como por ejemplo: socializando los medios, expropiando o cerrando las cableras, revocando concesiones, limitando la oferta satelital sólo a Cantv, etc.
El enemigo más poderoso del Socialismo del siglo XXI es la televisión capitalista, nuestro proceso tiene que crear espacios reflexivos para desaprender y deshacernos de la cultura, valores y modo de vida capitalista. ¡El socialismo se gana y se pierde en la cabeza de los pueblos!