En
estos últimos tiempos he dejado de escribir. Tantos “Como lo veo lo
escribo” con llamados a la conciencia, propuestas e ideas. Miles de
lecturas en APORREA; llenas de pasiones y de lucha, pero con la
ignorancia de cómo encausarlas y convertirlas en realidades productivas y
satisfactorias para la Patria y su Pueblo. Siempre pensando que algún
día, una gran mayoría comprendería que la revolución es de todos y que
el estimulo de sus luchadores debe ser constante y creciente para
arrastrar en ese huracán revolucionario a los incrédulos y contrarios,
para juntos construir el país que Bolívar dibujo en el Congreso de
Angostura. Nada de eso ha sucedido y ante la evidencia de una dirección
que perdió el
camino, que no escucha realmente, que para mí es ya incapaz de corregir
el rumbo; produce en mí una decepción tan grande que me lleva de nuevo a
continuar mi lucha solitaria.
Sólo
escribo para felicitar a los que hoy rompen el silencio, aunque esto no
sea suficiente para encender la llama que ilumine el camino. Entre
ellos a Aporrea, que valientemente abrió las puertas para el debate de
la entrega insólita de un camarada; que las fuerzas oscuras o alacranes
impidieron que se siguiera discutiendo. Diez años escribiendo en su
página me acredita para confirmar ante el mundo, que es la única ventana
en la red que llena el vacío de la crítica verdaderamente libre y por
lo tanto la más respetada con que cuenta la Revolución Bolivariana.
Por
eso al leer algunos articulistas puedo confirmar, que la conciencia del
pueblo ha sido anulada de nuevo, mentiras van y vienen unos para
perjudicar a la Patria y otros por no reconocer las verdades del engaño,
la falsedad y la debilidad de los que después de una ocurrencia se
eligen a dedo y aceptan la responsabilidad, sin tomar en cuenta sus
limitaciones y a la larga la misión se mengua. Que menosprecio para los que se ofrecen a luchar por la Patria y a su Pueblo, y a tantos que lo hicieron sin pedir nada a cambio, solo
el respeto a su dignidad y a sus ideas.
Fueron muchos los escribidores que advirtieron lo que hoy hace
peligrar esta nueva oportunidad de dignificar a la Patria. Las tres i:
incapacidad, indolencia e ineficiencia pareciera que están venciendo a
las tres erres “revisión, rectificación y reimpulso de la Revolución” a un elevándolas al cuadrado; situación que está hundiendo nuestros sueños desde hace un largo tiempo.
Por un verdadero socialismo; que logre la mayor suma de felicidad posible, que respete y juzgue por igual al ser humano y que reconozca el talento y la probidad de los venezolanos gritaría con gusto y por siempre ¡Patria Socialista o muerte! ¡Felicitaciones a la valiente Aporrea!
luisdiaz152@yahoo.es