Lo que sorprende no es que un medio como el mencionado periódico publique, con la mala intención del caso, una supuesta foto del Comandante Chávez en pleno acto quirúrgico. Ya sabemos que publicarían cualquier cosa, por muy escabrosa o inmoral que fuese, siempre que les permitiera ejercer el oficio que se han impuesto casi como un designio celestial, es decir, despotricar de Venezuela.
Lo que sorprende, a decir verdad, es que se dejen meter semejante caliche quienes se presentan como avezados periodistas. Tan avezados dicen ser, que supuestamente conocen mejor que los venezolanos mismos la dictadura feroz que padecemos, el hambre infinita que pasamos y el deterioro irreversible de todo lo concerniente a la República del cual somos testigos.
Pues bien, esos brillantes señores se dejan pasar un fotograma sacado de un video que tenía más de una semana rodando por cuanta página web se dedique al divino oficio de demonizar a Chávez. Y para rematar, por si fuera poca viveza la demostrada hasta ese instante, estos ases del periodismo pagan a precio de oro un refrito chambón que en Venezuela hubiese rechazado hasta un niño.
¿Quién dudaría de la vista de águila de estas estrellas de la información veraz? Vista de águila claro que tienen, solo que no pueden levantar la mirada de su propio ombligo.
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