Ya el periódico dejó de ser referencia escolar; y, salvo rarísima excepción ya no es confiable que los niños lo utilicen como fuente informativa para hacer sus tareas de la escuela; todo lo contrario, hay que alejar a los niños, de esa fuente de contaminación mental el periódico maledicente-salvo excepción notable y no hay que ir lejos, pues “Coreo del Orinoco” y “DiarioVea” sí son alternativas para el niño investigador-.
Nos lo dijo una maestra compatriota esta mañana; por pura casualidad, ella topó con nuestra patrulla o acaso viceversa. Fue bien bueno, no andábamos patrullando sino en otra cosa non sancta; la compatriota, además, nos echó tremendo regaño por algo que no viene al caso.
El periódico, en sentido lato, viene con una sarta de embustes y de peores cosas, he ahí lamentablemente a Últimas Noticias, El Nacional y El Universal -campeones mundiales embusterosos-, entre otros; no obstante, he ahí que desde el embate de la guerra económica desatada por esos periódicos y sus anunciantes, contra el pueblo, y la consecuente acentuada escasez de papel higiénico, dichos periódicos han servido para que nuestro ingenioso pueblo se saque el clavo, es así que lo recorta y lo enrolla en un tubito de cartón ya reciclado y lo guinda en los baños inclusive, sin leerlos.
Ojalá esa prensa maligna reflexione, deje de agredir al pueblo trabajador y, asuma decir la verdad porque hoy por hoy su estrategia es suicida y tarde o temprano, por desestabilizadores y golpistas caerán aplastados bajo el peso de sus propias maldades.
Poco les importan ya sus respectivas reputaciones; no aceptan que el país está en un proceso de cambios y que ya el clásico concepto de periodismo, tan manido, no sirve para definir una realidad en trance de cambiar.
Pero no podrán contra la revolución bolivariana, no podrán, tienen que ir a lavarse ese paltó.