Entonces, Mario Silva, te sacaron del aire

Adiós a La Hojilla. Al fin hubo alguien dentro del alto gobierno que no te perdonó. Se fue Chávez el que te mantenía y te apoyaba y hasta te consintió a placer en su deleite.

¿Te das cuenta, Mario Silva, cómo son las cosas? ¿Cuándo no hay un líder que se respete y ponga orden con autoridad, cualquiera manda? Y vaya usted a saber de quién fue la orden. A lo mejor yo sí sé. Te agarró –Mario- un Gx fuera de base y sin oír tu defensa: dictaminó: donde manda capitán no manda marinero y, es que ese supuesto capitán a donde llega hace de las suyas con un poder que ninguno de nosotros le ha dado.

Nada es eterno y como tal hay que acogerse al refrán: El amor y el interés se fueron al campo un día y más pudo el interés que el amor que tenía. Recuerda Mario, hoy por ti y mañana por él. No hay nada escrito sobre el particular. Y, el que te traicionó es un vendido. Te confiaste. Y eso que tú creías que vivías en revolución y en revolución vives. Vaya casualidad.

Entonces, Mario Silva, sólo te queda, pedir como cualquier ciudadano: un crédito e irte al campo a sembrar rencores que a lo mejor recoges buen fruto. Coño, Mario, te aplicaron la consigna de Rómulo Betancourt: Disparen primero y averigüen después con algo de severidad que si metimos la pata qué más da. Y así fue. Te jodieron.

La vesícula de tus agallas se las llevó Ismael García con el diagnóstico preciso: muere callado y, todo lo que puedas decir, será tomado en tu contra y, de vez en cuando distráete con Chávez cantando el Himno Nacional que a lo mejor te da la fuerza moral que necesitarás en lo adelante.

Todo el tiempo que duró el programa, La Hojilla, el lunes en la noche y parte de comienzo del martes siguiente: estuvimos pendiente de la llamada de apoyo que el señor presidente Maduro, hijo de Chávez, te haría como un desagravio al compañero –supuestamente-implicado en la grabación difundida por la oposición y, cuando finalizó él mismo, te dije, adiós, Mario Silva, eres un cadáver sin la Hojilla, y fue más importante esa noche, la entrevista primero con Gustavo Cisneros de Venevisión, cuyo personaje no ha dejado de conspirar contra los chavistas y, es una de sus compañías la encargada de montarle en el país los espectáculos al ahora vago-fascista-asesino Capriles y, después le correspondió a Omar Camero de Televen.

Qué de recuerdos le pudieron haber pasado por la mente al presidente Maduro al estar frente a esa gente que siempre odió a Chávez. Eh, Mario Silva, has un ejercicio de precaución a ver qué te imaginas y, qué le pudo haber dicho Sancho a don Quijote en tal caso.

¿Por cuánto le saldrá al país esas dos entrevistas si esos son hombres de negocios como buenos capitalistas que son? Acaso soy temerario. Alguien, Mario Silva, sabe o puede explicar con lujo de detalles lo tratado –recuérdese que estamos en democracia revolucionaria. Y el pueblo chavista está ávido de motivos revolucionarios aleccionadores.

Vendrán muchos amaneceres –amigo, Mario Silva- y, ojala no te pierdas en el camino, mira que el camino está allí y, aunque hay muchas corrientes buscando desahogo que se mueven dentro de los chavistas que en cualquier momento parece sr que se han dado cuenta que el único líder que siguen los chavistas es a Chávez, aunque esté reposando en paz en el Cuartel de la Montaña.

Se sabrá algún día: quién fue el responsable de sacar a Mario Silva y a La Hojilla del aire y por orden de quién. Creo que deberían decírnoslo de una vez antes que Mario se internalice vesicularmente de superfluo.

Y, ahora quién podrá defendernos de tantos ataques cómplices, nacional e internacionalmente, de la canalla mediática.

estebanrrojas@gmail.com


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Esteban Rojas


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