A la llamada “prensa amarilla” se le dice tal por más de una razón; por una parte porque es hija putativa de la oligarquía que encabeza´e ñema o mejor dicho, que enfrenta con su cara bien lavá y con tal frente en alto el llamado Julio Borges de Borbón y Borbón y etc saga.
Mas, otra razón, entre muchas también, es que esa llamada prensa amarilla sirve para poner un fax heterodino o un telegrama profilotemático, además de que puede pasarse por ciertas zonas alógenas extraterrestres obsoletas periclitadas y untuosas tal que puede impregnarse de sustancias ocres o tal vez de amarillo jipato, éste, también conocido como xfnv#077klw&%$color de PJ -Primero Julio (Borges)-.
Prensa amarilla como El Nacional-El Universal-Últimas Noticias-Talcual y etc llegó al apogeo escatológico el 11 de abril de 2002 cuando publicó expresa o solapadamente que “La batalla final será en Miraflores” y a la distancia es bueno recordar a todos que antes, entonces y después de esa fatídica fecha esa prensa amarilla no ha dejado de ser tal, amarillo a(gua)ca(te).
Para fortuna, a la crisis del periodismo, que es la crisis ética de editores y de periodistas, les salió su tomate, la prensa alternativa; pero, además, hay la mar de periodistas dignos, no obstante que de la vieja escuela, que dicen la verdad y mantienen la esperanza del pueblo trabajador. Valga decir que no todo está contaminado dentro del periodismo, algunos caballos son dignos de admiración, son los que no se rinden y, contra viento y marea dicen la verdad y reciben las bendiciones del pueblo.
Llegará un día en que el “periodismo amarillo” caiga aplastado bajo el peso de su propia vileza pero, nosotros, el pueblo, tenemos que mover los remos mientras llegue ese derrumbe.
