Los medios nos dibujan un país que se bifurca en dos medias verdades contradictorias, aparentemente irreconciliables y que gozan de legitimidad para sus respectivas audiencias políticas. País mediático y dicotómico que se debate entre la gobernabilidad/ingobernabilidad, estabilidad/ inestabilidad, eficiencia/ineficiencia. Para unos, democracia débil que se desborda hacia la inestabilidad. Para otros, democracia fuerte que camina hacia el socialismo de la mano del poder popular.
Hallazgos recientes de la encuestadora Hinterlaces (julio 2013), disparan las alarmas en cuanto a la estrategia político-beligerante que vienen jugando los medios en este país, confiados en su credibilidad y rol de instituciones políticas. Destaca el sondeo que “7 de cada 10 confía poco o nada en los medios de comunicación como fuente de información”. Reseña un descenso del interés en el conflicto político, en tanto tema central de las preocupaciones de la ciudadanía, mucho más intranquila por “la escasez, el desabastecimiento y la economía en general.”
No sabemos si en la procura de mayor credibilidad, la agenda informativa de algunos medios privados desdibuja el conflicto político, para abordar la disfuncionalidad e ineficiencia de la gestión gubernamental, en tanto apuesta a la ingobernabilidad. De acuerdo a medios y sectores de oposición, “los 100 días de Maduro” son ejemplo de una gestión ineficiente, incapaz de satisfacer las demandas y canalizar los conflictos. Descansa en un marco institucional con alto nivel de burocracia y corrupción, incompetente para mantener la estabilidad del sistema en general. La agenda del conflicto político pasa a manos de Capriles, convertido además en embajador itinerante del fraude.
Mientras tanto, los medios públicos se centran en consolidar la imagen del presidente Maduro, abocado al Gobierno de Calle, al Plan Patria Segura, a la defensa de los intereses de la nación ante enemigos internos y externos. Anuncia un “sólido sistema de defensa antiaéreo”; da por terminadas conversaciones con Estados Unidos” y plantea política “cero tolerancia”. Alerta sobre planes de la oposición de cantar fraude el 8 D; denuncia intenciones políticas de la derecha interesada en traer, de la mano de Capriles, un modelo educativo privatizador. En resumen, unos medios públicos abocados en mantener el conflicto político como línea informativa.