Nunca olvidaremos cuando ese golpista que sólo tiene basura en la cabeza, con la curita pantallera en la cara, mandó cerrar a VTV, durante el famoso golpe de Estado: el gobierno cayó, justamente cuando la imagen del Canal Oficial desapareció de la pantalla del televisor.
Lógicamente, además de los medios mencionados, incluyendo a Aporrea, el espacio virtual más importante del proceso socio-político de cambios que está viviendo Venezuela, cambios que representan, oficialmente, al Gobierno Bolivariano, hay que agradecerle, total o parcialmente, a los medios comunitarios, a ciertas emisoras privadas fieles a la verdad, y a programas como DOSSIER, dirigido excelentemente por Walter Martínez, quien nos ofrece uno de los noticieros más importantes del mundo, en cuanto representa un estilo periodístico auténtico y caracterizado por una objetividad muy difícil de hallar, hoy, en los medios de información.
Programas como los de Kiosco Veraz, Cayendo y Corriendo, Zurda Conducta, Alberto Noria, José Vicente Rangel (pasado, principalmente, por Televén), Los Robertos, para mencionar sólo a algunos, cumplen con el deber de extraer la verdad de esa manipulación mediática que caracteriza la ideología como falsa conciencia, expresada principalmente a través de los titulares, denunciando a sus autores.
Sin medios propios repetimos la obra de este gobierno no existiría: existiría su imagen manipulada por esos ideólogos, al servicio de los intereses de aquella burguesía que representa la derecha extremista, pervertida por todo lo que representa el neo-imperio angloparlante que predomina en Occidente, principalmente por la necesidad de que sus intereses político-económicos prevalezcan por encima de todo.
Es bueno recordar que la burguesía representa a aquellas clases, económicamente acomodadas, que poseen los medios de producción social, aunque insistimos existe un sector de esa burguesía, digamos una minoría, que está consciente de lo que significa la justicia social, formando, excepcionalmente, eso que podríamos denominar un capitalismo equilibrado. También es conveniente insistir, en que en Venezuela no existe, como lo ha afirmado, irresponsablemente, la derecha extremista, ningún comunismo, pues el comunismo auténtico (una sociedad sin Estado) no ha existido, como tal, jamás sobre la Tierra, sino un socialismo abierto, democrático y respetuoso de los derechos humanos.
En la Unión Soviética lo que existió fue, hay que repetirlo, un socialismo Marxista-Leninista, mal llamado Socialismo Real, que sólo duró 70 años, a pesar de sus logros, entre otras cosas y aparte de los errores que haya podido cometer, porque el Neo-imperio Angloparlante (oligarquía estadounidense-inglesa, lamentablemente secundada, hoy, por la Unión Europea y su bendita OTAN) le enfocó todo su poder para destruirlo, satanizando al comunismo, utopía que no fue alcanzada, jamás, por este breve ensayo socio-político, a pesar de que Lenin denominó comunista al único partido político que llegó a conformarse, oficialmente, durante el experimento soviético.