¿Para qué sirve leer libro El capital de Carlos Marx? Ante esta pregunta el filósofo Vladimir Acosta respondió: “…Para complicarnos la vida, para enredarnos, para sacarnos de la ingenuidad, para sacarnos de la ignorancia en cuanto a la imposibilidad de entender el mundo donde vivimos”.
Los medios de comunicación en Revolución deben servir para ese mismo fin.
Nuestros medios parecieran haber perdido el mapa de la Revolución, su significado, viven el mundo de lo descriptivo, lo superficial, la incoherencia y dispersión de contenidos dejan al pueblo en el mundo de la apariencia, de los efectos.
El Comandante Hugo Chávez se empeñó en enseñarnos por todos los medios posibles y en cada intervención pública a identificar los problemas –hechos sociales–, las contradicciones, los intereses de clases en sus contextos históricos y descubrir las relaciones entre causas y efectos.
El presidente Chávez insistía –palabras más, palabras menos– en que se trata de transformar la realidad, la sociedad, erradicar el capitalismo como sistema de producción, distribución y modo de vida entendido este como: relaciones sociales, organización social, sistema jurídico, valores, cultura, aspiraciones, ideología, etc.
Esas enseñanzas (legado) y esa metodología, salvo puntuales excepciones, están ausentes en la mayoría de nuestros medios; y ni hablar del mapa cultural: comunicación, (formas y contenidos contra hegemónicos), valores, modo de vida, imaginarios, etc.
La construcción de un mapa estratégico es una tarea multidisciplinaria, una conjugación de saberes, que visualiza las identidades e imaginarios socialistas y diseña los escenarios para el combate ideológico.
Sin teoría revolucionaria y sin un mapa estratégico no habrá salto cualitativo. Se trata de pedagogía, construir juntos la conciencia política.
¡El socialismo se gana o se pierde en la cabeza de los pueblos!
