¿Por qué no se aplica, de oficio, el artículo 60 de la Constitución Bolivariana?

El honor y dignidad de una persona y la de su familia era lo más preciado, sagrado, que puedo tener el ser humano, es por ello que en anteriores épocas la gente se cuidaba de vociferar sobre determinado señor o su gente, y quien se atreviera hacerlo sabía que le cobrarían la ofensa y que tendría que pagar. Se conoce que en muchos momentos de la historia numerables personas prefirieron arriesgar sus vidas, y hasta morir, por no haber permitido que impunemente se le ofendiera y humillara: Sin embargo hoy en Venezuela existe un pequeño grupo de sujetos que no se cansan de ofender a quien se les ocurra, con las peores expresiones y epítetos, solo porque esos señores lograron conseguir una concesión del gobierno para operar algún medio de comunicación escrito, radial o audiovisual creyéndose tienen una patente de corso para publicitar cualquier barbaridad, insulto, difamación y ofensa a personas, organismos oficiales y hasta al mismo pueblo; escudándose en la bendita libertad de expresión del pensamiento.

No es anormal observar como esos concesionarios, propietarios de medios de comunicación, son inmunes a cualquier sanción administrativa o judicial que de acuerdo a nuestras leyes les tocaría, y ello es así porque a medida que ha pasado el tiempo la libertad de expresión se dejó se transformara en libertinaje de expresión, y los culpables de tal aberración fueron, y son, estos dos Poderes del Estado, Ejecutivo y Judicial, ya que al pasar del tiempo no actuaron contra esas perversidades; y por lo tanto se hicieron cómplices de esa perversión. No, no es correcto que en Venezuela alguien se pare tras un micrófono, cámara televisiva o la redacción de un periódico y a viva voz o por escrito propague un infundio a los cuatro vientos, y que la autoridades administrativas y las judiciales dejen hacer y dejen pasar; estando esas autoridades convencidas que aquello es perjudicial a la salud mental de la ciudadanía. Pero como aquí no le paran mucho a la prevención de la salud mental, ahora se ve y se oye cosas atroces y todo por seguirse el patrón implantado por el capitalismo que decidió que los escándalos significan para los concesionarios de algún medio de comunicación una buena entrada de dinero, y sin importarles a ellos el daño enorme que hacen a la comunidad, difunden todo cuanto se les ocurre, por considerar puede convertirse en un best seller: libros, películas, reality show y opiniones televisivas, prensa, Internet, etc. A estos concesionarios no les importa hacer cualquier apología a las miserias humanas, y ellos se atreven a justificar tal perversidad porque carecen de probidad y ella ha superado a la moral y buenas costumbres.

Está científicamente comprobado que algunos programas transmitido por los medios de comunicación influyen perniciosamente en la mente de la niñez y juventud venezolana. Entonces, ¿Cómo es posible que en Venezuela haya estaciones televisoras y radiales que con su gente enferma de odio y envidia pasen todo el día lanzando al aire consignas subversivas e infamantes? ¿Es que acaso el difundir notas escandalosas no desestabilizan al país? ¿Es que se va a dejar que definitivamente la niñez y la juventud se corrompan por mensajes que confunden sus pensamientos? En Venezuela es común que medios de comunicación radioeléctricos durante las 24 horas del día vomiten veneno en forma descarada, burlándose de las leyes y dañando la voluntad del niño, del adolescente, del adulto joven y del adulto mayor; igual pasa con los medios impresos.



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José M. Ameliach N.


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