Este Domingo 6 de agosto, como es normal ya en Venezuela me encontré con un ejercicio de pleno uso de libertad de expresión en el cual a veces se ven a opinadores y periodistas dando saltos triples y en pleno proceso de volteretas, se observa el vació que tienen en el área de ejercicio, pero con sus "movimientos" increíbles, estos señores logran superar el obstáculos y se dejan ver como perfectos acróbatas.
Hay voces con cabezas, que nos vienen diciendo que el cierre de la frontera no es la solución. Saben que no es la solución, pero estando seguro de eso, no ofrecen una solución. ¿Cómo saben entonces que no es la solución?
Yo creo que el cierre no puede ser la solución, que no es lo mismo que afirmar, que no es la solución. Si las autoridades colombianas respetaran a los colombianos decentes y Venezuela; el cierre no sería la solución.
Este domingo Eloi Yagüe Jarque da uno de estos saltos triples mortales. Prepara la ponzoña y luego introduce el veneno, haciendo uso de la libertad de expresión, que posiblemente ha puesto en duda alguna vez. "Analiza" la situación y para ello nos trae el caso de la escritora Laura Restrepo y no pica adelante hablando de su "excelente novela de la multitud errante" donde la escritora aborda la situación de los desplazados. No dudo de la calidad de la novela; dudo de la condición de periodista de Eloi Yagüe, pero no puedo ignorar que tiene el título de periodista.
Luego se pasea por la ONU, El Tiempo de Bogotá y termina apostando (hábilmente) a favor de Colombia. En esa apuesta nos dice : "habría que preguntarse si deportando personas de origen colombiano se combatiría efectivamente el gran contrabando". Más adelante y con mucho veneno dice: "En cuanto a la seguridad se acusa a los vecinos de exportar la criminalidad que nos azota". Pone en duda ese hecho, como el que no quiere la cosa. Ese "se acusa", se nos da, como si todos y todas fuéramos muy brutos.
Finalmente, para dejar el veneno sin posibilidad de salir libre de él, nos ofrece una especie de conclusión, usando el comodín nada más y nada menos que su pana Donald Trump y marca lo siguiente: "Pero no será cerrando fronteras o levantando muros, como plantea el magnate y candidato a la presidencia de Estados Unidos, como se detendrá las magnitudes errantes ...." Ni un dato, ni una referencia a pesar de ese largo paseo desde la novela Restrepo hasta la crisis de los Balcanes. Nada, pura lengua y se "olvidó", con ese "se acusa a los vecinos" de los más de 150 paramilitares encontrados en una finca cerca de Caracas y de la muerte de venezolanos por parte del sicariato colombiano.
El mismo domingo 6 de septiembre y como si Eloi Yagüe Jarque viviera en otro mundo, pudo leerse "Crónica Negra" de Wilmer Poleo. Tía Felipe habló a través de la pluma de Wilmer Poleo de otra cosa y no bajo la duda de "se acusa al vecino de exportar la criminalidad". Tía Felipa habla del drama que vivió y vive el pueblo wayúu. Tía Felipa sostiene con firmeza, que la masacre que vio tuvo el "deliberado propósito de golpear a las mujeres de la etnia, por ser ellas el sostén de la cultura y del proyecto de autonomía y resistencia en su territorio"
Desde esa drama que Eloi Yagüe "ignora" o despacha con ese "se acusa al vecino de exportar la criminalidad"; Wilmer Poleo nos ofrece este punto: "Han pasado once años desde aquel oscuro y doloroso episodio. Hoy el contrabando y el paramilitarismo, manejan su propio puerto. Desde allí se continúa atacando y desangrando a nuestro país ante la mirada indiferente de las autoridades colombianas, dice Felipa, y lo peor es que los descendientes de las víctimas de entonces, jóvenes wayúu que saben de la masacre porque se la contaron, hoy trabajan para los asesinos".
En vez de irse a los Balcanes; Eloi Yagüe (periodista) pudo leerse una investigación de un equipo de colombianos cuyo título es: Leyes de la fronteras y su impacto en comercio del combustible". Un periodista dándosela de sesudo se pasea por los Balcanes para tratar un problema entre Venezuela y Colombia y "omite" situaciones, que un periodista debería conocer y manejar al tratar el caso.
Ese mismo día, en ese mismo diario y unas páginas más más adelante; Luis Brito García nos ofrece los datos que el tal Eloi Yagüe Jarque "ignora". Luis Brito García nos ofrece la siguiente información:
"El 85% de los colombianos que han dejado su país residen en Venezuela. Nuestro gobierno ha entregado 800 mil viviendas para necesitados; 25% de ellas han sido asignadas a [hermanos y hermanas] colombianos [y colombianas] (...) Táchira aloja el 4,5% de la población venezolana, pero allí desaparece 8,5% del total de alimentos del país. No tenemos frontera, sino una herida abierta". Por supuesto Eloi; Venezuela sabe que la mayoría son personas decentes y el país le ha dado sus oportunidades. Eso no está en discusión. No puedes meter en el mismo saco a Gabriel García Márquez y al asesino de Robert Serra. No es lo mismo, el "feliz e indocumentado" y los 150 paramilitares encontrados en el 2004 cerca de Caracas. ¿Puedes entender eso?
No podemos quejarnos; total libertad de expresión hasta con manipulación. Eso es posible en Venezuela, porque tenemos periodismos con crisis profunda de identidad y con huecos mas profundos que su crisis de identidad. Así, saben que hay una cosas que hay una cosa que llaman los Balcanes y que Laura Restrepo escribió una excelente novelas.