Una vez más Aporrea: Explosión social y default

Se repite el momento previo a las elecciones, como si ahora mismo estuviera a punto de ocurrir algo. Todo el que tiene una pluma y le duele el país, escribe y publica para avisar. Pero el gobierno no lee ni oye “pazguatadas”, como se refirió una vez Nicolás Maduro a Aporrea, que es la ventana de quienes jalan para la izquierda humana, de quienes ponen la queja y los alertas, aman a su país soberanamente y lo quieren salvar, y abominan de la canalla derechista con su capitalismo desbocado y balas de imperios.

Pero, ¡qué va!, se repite el ciclo. El autismo cunde en las altas esferas del poder. No hay brújula. Se gastó el discurso. La gente desconfía y ya no cree, soleada como está en las calles con tanta atmósfera, y el gobierno no lo ve. Es decir, que ni lee lo que le sueltan los compatriotas numerarios que quieren aconsejar al país, ni ve lo que tiene delante de los ojos con la gente en la calle. Así se perdió el 6D y así hoy huele a una pérdida mayor, innombrable, pérdida que late en el ambiente.

No es que nadie pretenda gobernar con y desde Aporrea, pero es un hecho que el portal asoma a cualquiera a una realidad de país ignota para muchos, incluyendo a algunos no-pazguatos del gobierno. Los que escriben, entre ellos políticos, abogados constitucionalistas, candidatos, dirigentes vecinales, amas de casa, profesores, estudiantes, sencillos de la calle que hasta redactan con fallas de sintaxis, han recitado toda especie de problemas y soluciones, sin que nada les quede por dentro, lanzándole una muestra desesperada de país a los gobernantes con el propósito de ilustrarlos y darles una porción de luz, pero, hay que decirlo, en vano, según se ve que la vaina como que no tiene arreglo y el tren sigue su curso ciego y hacia las tinieblas. No se consigue un carajo y del cielo no cae pero siquiera una teja de recomposición al menos emocional que dé señal al pueblo de que se repara y se hace por salvar al país. Algo que rectifique la eventualidad de un desmoronamiento e infunda bríos de que la derecha política es sólo una ilusión o mal sueño en su posibilidad de regreso.

¿Qué será ese algo? Ese algo es incidencia sobre la forma y fondo. Lógicamente existe la convención de que el fondo es inmóvil por razones de principio ideológico, es decir, la izquierda es humanista y altruista, y la derecha explotadora y egoísta, y ello no se toca por lo menos doctrinariamente; pero no necesariamente tiene que ser así con los operadores de esencias (gobierno, partido, personeros) sobre los que se puede practicar un poco de justicia. Aquí no ha habido responsables de crisis más allá de gerentes de supermercados (recuérdense los desfalcos con los dólares y las empresas de maletín) ni se ha movido la mata partidista más allá de que el presidente Nicolás Maduro se ha ido a regañar a un montón de ineptos y a decir que hay que rectificar. Resultados: mismos operadores de fondo bajo la misma óptica errónea. Mismos hombres en los puestos claves. El mismo Presidente de la República presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Esto por decir algo.

En cuanto a forma, basta nomás con callar, no seguir con el cuento de la guerra económica que, aunque cierta, todos abominan su mención en la calle porque intuyen que sirve para esconder ineptitudes. La gente no cree, ahora mismo que está a punto de candela, y es mejor cauto silencio, ¡y bajar de las alturas, confundirse con las masas populares, identificarse con ellas y trabajar! Hasta hipócritamente funcionaría. Esto por decir algo en cuanto a forma. Hay que atender el discurso.

¿Qué hay en el ambiente y a qué huele la pérdida mayor? Ya un montón de pazguatos de Aporrea habla de peligro de explosión social y de default. Esto es, para redondearlo en su gravedad, pueblo y gobierno sumidos en la desgracia, uno impedido para comer o cobrar, y el otro incapaz de generar pábulo o pagar, en correlatividad perversa. No está prevista ahora mismo ninguna fecha tipo 6D, pero es claro que se avecina una situación traumática inducida camino a agravar la crisis económica con el fin político de defenestrar al presidente Nicolás Maduro (por ejemplo, ya la rectora de la Universidad Central de Venezuela dijo que en marzo se paraliza para aportar su parte al golpe; o ya se sabe que los chamos de la Universidad Católica del Táchira tienen su arsenal guarimbero preparado en el interior del recinto universitario). Mientras tanto, como lo hizo antes del 6D pidiendo rectificaciones, los escritores pazguatos de Aporrea teclean haciendo graznar sus teclados al viento.



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Oscar J. Camero

Escritor e investigador. Estudió Literatura en la UCV. Activista de izquierda. Apasionado por la filosofía, fotografía, viajes, ciudad, salud, música llanera y la investigación documental. Animal Político https://zoopolitico.blogspot.com/

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