¡Bien guardado se lo tenían! Telesur lleva 10 años en la Argentina y sólo ahora La Nación editorializa contra ella, ("El malicioso modus operandi de Telesur") atacando desde el amparo del Poder como es costumbre de la casa: La Nación apoyó a todos los golpes de estado desde 1930 hasta 1976 y todas las medidas represivas de los últimos 145 años.
En 1870, cuando Bartolomé Mitre fundó La Nación con el dinero que sacó de la presidencia de Argentina, no sabía que esta sería su única victoria, y una victoria perdurable: Con La Nación, el famoso general mata-indios, perdedor de medio centenar de batallas en varios países, le ponía letra al degüello, armaba de razones al rico contra el pobre, al poderoso contra el débil, a la metrópoli contra la región, a la ciudad contra el campo, al capital contra el trabajo. ¿Qué podía esperarse del diario de Mitre, el genocida que ordenó a sus hombres ejecutar a los prisioneros porque "Quiero hacer en La Rioja una guerra de policía. Declarando ladrones a los montoneros, sin hacerles el honor de partidarios políticos, lo que hay que hacer es muy sencillo."
Los sucesivos dueños y editores de La Nación se han mantenido a la altura de los principios éticos de su fundador: "continuidad en su estilo y orientación a lo largo de su casi siglo y medio de existencia" nos dice Wikipedia. De hecho, hasta el papel en que se imprime está manchado de crimen, porque La Nación (junto con Clarín) movió los hilos para que la dictadura despojara al empresario Graiver de la empresa Papel Prensa y se la traspasara. Esto declaró Lidia Elba Papaleo, viuda de Graiver, ante la Ley:
"...torturas que me provocaron graves quemaduras en mis genitales, abdomen y pechos, y que los golpes recibidos provocaron un tumor cerebral, el cual se me operó en la cárcel.
Todo el horror que fue mi vida después de mi secuestro es indescriptible en la serie de perversiones, vejaciones y tormentos a la que fui sometida, no obstante que deseo concluir con la presente reiterando que prefiero ver los ojos y la cara de mis torturadores, antes que ver los ojos de Magnetto el momento en que me amenazaba para que firmara." Héctor Magnetto es hoy el Director Ejecutivo del Grupo Clarín, del cual forma parte La Nación.
¿Qué le reprocha esta gentuza a Telesur? Que no esconde su apoyo a los gobiernos progresistas (que La Nación llama "populistas") ni sus simpatías por los Kirchner, que crítica las medidas neoliberales de Macri, y comete el "crimen" de defenderse de su persecución y censura. Pero lo que en el fondo le reprochan a Telesur es su cobertura estelar de momentos cruciales en la historia reciente: los golpes de Estado en Bolivia, Honduras, Ecuador, Paraguay, la guerra en Libia y Siria, el genocidio del pueblo palestino. Y que en esas coberturas Telesur siempre esté del lado de las víctimas, justo al contrario de La Nación.
Pero, además de ser la infamia que siempre fue, lo que infama particularmente a La Nación en este caso, es su adhesión a la censura: puede no gustarle el "estilo de populismo errático y ramplón" que atribuye a Telesur, y hasta aprobar que el Gobierno se retire del Canal Multiestatal, pero de ahí a aplaudir que Telesur sea sacada del aire, de la TV digital y de las cableras en Argentina, hay un paso largo de censor, un paso de negación de la pluralidad y de la libertad de expresión, un paso que sólo da el delator, el informante, el confidente, el esbirro, el soplón, el chivato, el sapo, el sayón: La Nación.
