Esta reflexión se ubica en el marco del espíritu, propósito y razón ser del decreto de Obama: Venezuela es una amenaza inusual y extraordinaria. Por supuesto que desde la comunicación resulta de igual manera y tiene dos dimensiones. Por un lado, lo que indica el uso del espectro radioeléctrico. De cada 100 estaciones de televisión VHF, 78 están adjudicadas al sector privado. En otras palabras, el 78 por ciento de las televisoras están dispensadas al campo privado. Mientras que el 22 por ciento de ese 100 por ciento de televisoras están adjudicadas al sector público.
Por otro lado, en la banda UHF, 82 por ciento de las estaciones son operadas por el sector privado. Es decir, de cada 100 estaciones, 82 están adjudicadas al campo privado y sólo 11 de cada 100 frecuencias están asignadas a operadoras de carácter comunitario. Y de esas 100 estaciones sólo 7 son operadas por el sector público. Toda esta información ha sido aportada por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, Conatel, en el año 2007.
Para esa fecha sólo dos empresas, RCTV y Venevisión, concentraban el 85 por ciento de la inversión publicitaria; el 66 por ciento del poder de trasmisión y difusión de la señal. Además controlan, el 80 por ciento de la producción y elaboración de mensajes, informaciones y contenidos que difunden. Un verdadero oligopolio que de los 99 operadores de televisión en VHF y UHF, únicamente dos, RCTV y Venevisión se obtienen el 75 por ciento de los ingresos brutos.
La concentración de los medios de comunicación en pocas manos constituye la formación de una oligarquía mediática. Un oligopolio que impone estilos de vida, sus intereses de clase, su orientación política, gobiernos, gustos, valores, modas, actitudes y conductas, así como las maneras de asistir a la cotidianidad del venezolano y venezolana de a pie donde impera contundentemente y como asidero comunicacional un 70 por ciento de programas de producción foránea y más del 50 por ciento son anuncios publicitarios.
Pero ahora, la amenaza podrá estar ubicada en el campo de los sectores comunicacionales populares. Es algo así como la Venezuela, además de bolivariana, chavista y socialista, ahora también constituye una amenaza comunicacional. Una Venezuela peligrosamente dialogal. La Venezuela de la comunicación alternativa, popular y comunitaria, por su puesto inusual y extraordinaria. En la página Librearte, del diario Últimas Noticias, a propósito de cumplirse 15 años de CATIATV, Eduardo Parra Isturiz, en su trabajo intitulado: De TV comunitaria a red metropolitana, señala: La existencia de medios de comunicación independientes, de carácter comunitario, hoy se acepta con total normalidad. El Ministerio de Comunicación e Información, Minci, registra la existencia de 876 medios comunitarios, de los cuales 659 son radios y 75 televisoras.
Hace un buen rato histórico, el mundo se define por la comunicación y, particularmente, el orbe contemporáneo se caracteriza, culturalmente, por las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. La diferencia fundamental en el desarrollo del ser humano para alcanzar la condición de homo sapiens, en un contexto histórico determinado, y diferenciarse tanto del homo habilis como del homo erectus, es el lenguaje, vital instrumento de comunicación. Cuando el hombre y la mujer logran la condición de ser emisores-receptores y trasmitir un mensaje, a través de un canal, adquieren la condición de animales superiores. Bien lo dijo el profesor argentino, nacido en Mendoza, en el año 1942, y autor del contundente trabajo, Discurso Autoritario y Comunicación Alternativa: Comunicar es ejercer la calidad de ser humano.