Politiporrazo inenmancipados

Transcurrió nuevamente otra gran fecha patria, 5 de Julio, para recordarnos que en 1811 con las palabras primero y la posterior rúbrica de preclaros patricios, se hizo efectiva nuestra emancipación republicana, dejando de ser provincia dependiente del imperialismo representado por los Reyes de España. Cumplida la efemérides, observamos que a pesar de casi dos siglos de aquella fecha, en la actual Venezuela hay quienes parecen más partidarios de la esclavitud, que de la emancipación republicana, porque mientras se entregaron al neo imperialismo representado por los Estados Unidos de Norteamérica y su “democracia representativa”, especialmente entre 1959 y 1999, fingieron ser respetuosos de los derechos humanos y otras reglas de una verdadera democracia o poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, ayudados por la vergonzosa actuación entreguista de una prensa que practicó la HIPOCRITORACIA NOTICIOSA y su consigna fue favorecer al pueblo...,pero al pueblo que habita en el imperio del norte, apoyar que regaláramos nuestro petróleo a los precios que quisieran los gobiernos de Washington, amén de conformarnos con que nos llamaran “la vaca lechera de los EE UU”, con el cuento de ser proveedor petrolero seguro de leche negra... y por ser el país de la OPEP más cercano a la bota imperialista yanki, acatando llenos de miedo la amenaza de invadirnos si no aceptábamos su línea política. El disparo le salió por la culata del fusil gringo a los “padres” de la democracia venezolana del siglo veinte, pues atrapados en su propia ignorancia y vendidos al poder de los petrodólares, no supieron atender al pueblo en sus necesidades elementales de educación y salud, pereciendo en la advertencia que hizo un visionario, quien murió a los 94 años y aunque nunca se arropó bajo las banderas de la izquierda, supo dejar la huella de su pensamiento, llamándole la atención a aquellos que no entendieron la fatal conducta de los regímenes bipartidistas blancos y verdes.

Fue Arturo Uslar Pietri quien les dijo, “va a llover...va a llover; si se continúa maltratando al pueblo, va a llover... y (también lo dijo Uslar Pietri cuando la fallida asonada del 4 de Febrero 1992 y se hizo patente con el voto del pueblo en Diciembre de 1998), llovió.” Desde Febrero de 1999 ha llovido en forma tal, que mientras las encuestas benefician siempre y ampliamente al proceso de cambios revolucionarios en democracia, aceptando el bolivarianismo, los autistas de la derecha venezolana y en particular una prensa desubicada y moralmente descalificada desde Abril 2002, insisten en creer que la política es un simple producto comercial objeto publicitario, que se construye a base de propagandas repetidas y hasta mentiras inventadas, atosigantes entrevistas televisivas de oposición radicalizada, casi siempre a los mismos personajes, añadiéndole la desvergüenza de practicar una censura privada en los medios privados, pero como en el cuento del delincuente que roba, sale corriendo y cuando el robado lo persigue se detiene y le grita a su víctima llamándolo “ladrón”, “ladrón”, “ladrón”, con esta actitud ciertos medios de desinformación y deformación de la política nacional, resultan menos democráticos que cualquier gobierno de la llamada cuarta república y mucho menos democráticos que los responsables del actual proceso de cambios, porque la prensa queda descubierta en su ausencia de lo que debería ser el bien intencionado, profesional, creíble y ético EQUILIBRIO INFORMATIVO.

Mediante este artículo agradezco al Colegio Nacional de Periodistas, CNP seccional Aragua, la distinción que me fue concedida el pasado siete de Julio, junto a otros comunicadores sociales, solicitándoles de todo corazón que si alguna vez han creído exageradas o inmerecidas mis opiniones estrictamente personales e independientes, vale considerar que nunca he tenido ni tendré compromiso político de militancia con ninguna organización partidista. Ruégoles por lo tanto sepan disculpar el verbo encendido de las transmisiones radiales, o el derecho a apoyar o disentir que puedan reflejar mis opiniones públicas, que son un derecho personal igual al de cualquier otro venezolano o venezolana, muy propio de una mentalidad democrática, cultural, pacífica, y en mi caso ante todo, periodística siempre.


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Luis Sánchez Ibarra


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