Por inédita, la Revolución Bolivariana debe pasar sobre miles de cosas que no serían permitidas en una revolución tipo Cuba o China. Yo recuerdo que el 12 de abril, cuando el pueblo estaba glomerado a las puertas de Miraflores y dentro aún se encontraban los golpistas, llegó el Fiscal General y le leyó sus derechos a los fascinerosos, que el día anterior se habían confabulados con traidores y comemierda para romper el hilo constitucional. El COBARDE, PUSILÁNIME, MEDIO HOMBRE, Guacaipuro la mierda, perdón, Lameda, no encontraba donde meterse. Era un una árbol de frágiles ramas soportando la fuerte brisa ocasionada por el pueblo, que iba defender sus derechos. Su rostro era un poema, al miedo. Temblaba como una mariposa de colores. No era aquel valentón al que la periodista de voz altanera de Venevisión había admirado cuando él, en una moto se abría paso entre la multitud..."Mira es Guaicaipuro..."
Los mismos cobardes, pelagatos y rameras que hoy hablan desde radios y televisoras, medios impresos y marchas, léase, Patricia Poleo, Marta Colomina, Pablo Medina, Ratonsky, Borges, Blyde, Gonzalo, Velásquez, Rosales y otros, salieron corriendo, como alma que lleva el diablo de Miraflores. Carlos Ortega, ese infeliz, ese mediocre, esa ofensa a la varolinidad, había sido tragado por el miedo. MARTA COLOMINA LA GALLEGA, LA OFENSA COMO MUJER DIGNA, aún habla por los medios. No tiene una micra de dignidad. No sabe lo que es dicotomía; perder y ganar. Ella y sus acólitos, cobardes traidores, fueron perdedores, pero siguen jodiendo, siguen atravesando baches en la vía democrática, siguen jugando al rompimiento de la estabilidad revolucionaria. Digo que lo inédito de la Revolución, los salvó de la muerte. Al estilo de esas revoluciones que utilizaban EL PAREDÓN, NO HUBIERAN TENIDO VIDA. Y otra cosa que en sus mediocridades no son capaces de entender: Chávez los salvó de la ira del pueblo. De esa arrechera que el soberano cargaba entre el corazón y el esófago, porque vamos a ser claros, ninguna fuerza era capaz de detener a aquel gigante si a alguien se le hubiera ocurrido dar una orden en contra de los golpistas en Miraflores. Chávez los salvó, porque el pueblo ama y obedece a Chávez. Pero un día no es igual a otro. Eso deben saberlo los politiqueros, porque dentro de esta Revolución inédita, pueden suceder muchas cosas, que después sería muy doloroso entender.
El pueblo es un volcán dormido y esto no segrega a nadie. Los golpistas, los mantuanos, los que anhelan enquistar ideologías y filosofías fuera del contexto pensante de la gran mayoría, también son venezolanos. Pero no deben obviar que son minoría. La democracia les da la oportunidad de crecer. De fortalecerse, de hacerse partícipe de los social, pero sin esclavitud, sin, creerse superior a la gran masa, sin ofender ni denigrar de los que no viven al Este de la ciudad. Sin meterse con sus costumbres, sus anhelos, sus sueños, SU GOBIERNO. Resulta imposible creer que el pueblo le dará un voto, a quienes en sus locuras, en sus gulas políticas, fueran capaces de atentar contra el gobierno que ellos, la mayoría se dio en varias etapas eleccionarias. La rabia de los urdanetas, de los gonzález, de los que desde allende la patria planifican maldades contra la Revolución, no son más que travesuras de viejo-niño. Las calles de los pueblos, de las ciudades, de las aldeas, de los barrios, de las urbanizaciones populares, ya no podrán ser transitadas por ellos, ni que se busquen a Israel para bombardearnos. La primera derrota fue tolerante: la segunda no lo será y esto no es una amenaza.
Es un murmullo, que si usted se acerca a las grandes masas, podrá escuchar con claridad. Ninguna Carta Democrática, ninguna potencia del exterior, ningún Mariner drogado, va a detener al pueblo, cuando se arreche ante la violación de sus derechos conquistados. El pueblo cree y es democrático. Quienes adversan a Chávez deben derrotarlo en limpia lid.En asépticas elecciones Sólo así el pueblo se retirará a pensan en la reconquista, si es que eso sucede. Pero, que no se les ocurra a esos trogloditas, que van a venir con otro paro petrolero, otra huelga, otro golpe militar, mediático, porque el pueblo es quien ahora dirige la orquesta y si esta no sigue el acorde escrito en el pentagrama con simetría, puede que no haya baile nunca más.
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