Cada metro cuadrado de la República Bolivariana de Venezuela, es un frente de defensa y contraataque en esta feroz batalla mediática que no se reduce sino que muta con nuevas líneas desinformativas, análisis tóxicos y comentarios sesgados. Todos los días, la repetición y manipulación de los mensajes enemigos, intenta horadar la moral y conciencia de una población que, sorpresivamente para muchos, mantiene un grado de politización capaz de repudiar acciones vandálicas que terminan siendo delitos de lesa humanidad y una dirigencia fascista y traidora. . .
La carga mediática reaccionaria genera confusión, oculta verdades, magnifica desaciertos, exalta la vocería de la mediocre dirigencia de Derecha desagrupada en ese esperpento llamado MUD. Se hace eco de fuentes “invisibles”. A ello se añade la fusión con los agentes extranjeros, monitoreados y financiados desde la Casa Blanca, USA, quienes armados con una gruesa maquinaria de medios (impreso, radial, televisivo y redes sociales) crean expectativas falsas y criminalizan la acción del gobierno, legítimamente electo, de los venezolanos y venezolanas. Al final, la intención declarada es ponerle las garras, al precio que sea, a nuestras reservas petroleras.
La realidad no es diferente en las poblaciones venezolanas ubicadas detrás los límites fronterizos con Brasil, Colombia y Guyana, países gobernados por agentes tarifados por EEUU. En estos casos específicos se añade un elemento altamente peligroso, nefasto pero confrontable: una atorrante presencia mediática de los países vecinos.
Además de la intensa relación humana y comercial (legal e ilegal) es público y notorio cómo los medios (radiales y audiovisuales) locales y nacionales de estos países, se sintonizan con total nitidez, en las frecuencias Am, Fm y en las pantallas de los televisores “fronterizos” venezolanos.
Si entendemos que “la noción de frontera se relaciona con los conceptos de país, nación, Estado, pueblo, ciudadanía, territorialidad, patria, soberanía e identidad nacional, entre otros…. También significa lo nuestro, que se materializa y representa a través de hibridaciones culturales, posibilitadas por el contacto entre grupos sociales…”originarios de diferentes lugares (dentro y fuera del país). (Elizabeth Zamora Cardozo. VIDAS DE FRONTERA. Un estudio cualitativo.) Debemos, entonces, ejecutar una política comunicacional fronteriza, “parida”, sostenida y divulgada desde donde se vulnera nuestra Identidad y Soberanía y arremete contra la revolución bolivariana.
Hace 5 años y medio comenzó la primera acción sistémica de un modelo de Televisión Fronteriza teniendo como eje político el art. 15 de la Constitución Nacional y el testamento estratégico expresado por el comandante Chávez en el Plan de la Patria 2013-2019. Al fundar el Colectivo Cultural Fronterizo Apureño “Batalla del Congrio”, inmediatamente “parimos” a Llanerana tv, porque entendimos que existe una descomunal desproporción entre el tiempo para la acusación sustentada, la crítica constructiva o denuncia repetitiva y la ejecución de acciones concretas a favor del país que merecemos.
La frontera, particularmente la ubicada entre los municipio Rómulo Gallegos y Páez (Apure-Vzla) y el Departamento de Arauca (Col) es el desafío territorial que hemos asumido, no obstante las inmensas limitaciones económicas, operativas y técnicas. Estamos construyendo el Cordón Audiovisual Fronterizo, instalando Unidades Audiovisuales Fronterizas Autosustentables (UAFA) en la modalidad de televisoras locales, unificadas con el nombre de LLANERANA /La Patria en la Frontera.
Nuestro principal aliado es la convicción absoluta en servir al país por encima de las diferencias coyunturales. Para defender la Soberanía Territorial e Identidad Cultural se necesita mucho más que la presencia militar y actos culturales escolares. Tener conciencia comunicacional sistémica, política y militante, del país por construir y una actitud irreversible ante las dificultades es lo que echamos en nuestras mochilas. No hay vuelta atrás.