El marico José Vicente Anonetti andaba con la cantaleta, siempre mirando de lado a su carnal Aymara Lorenzo, de que aquí ya no se puede vivir en esta delirante tiranía comunista:
- ¡No se consiguen carros, nojoda, ni de los más lujosos aunque se busquen pagados chin chin y de manera inmediata!
- ¡En las agencias de viaje no se consiguen pasajes ni en temporadas baja, qué arrechera!
- ¡Los gremios universitarios andan acongojados por les acaban de pagar el 100% por lo de la homologación salarial, y tal acción representa parte del bozal de arepa con que este régimen resuelve todo!
- ¡Han quedado sin consignas reivindicativas los pobres sindicatos, malvados del coño de este gobierno!
- ¡Los bancos están a reventar, y las colas son insufribles, maldito sea este gobierno donde no hay circulante!
- ¡Todo eso se acabaría con la tarjeta MI NEGRA!
- ¡Ya no dejan marchar a los universitarios por la espantosa represión que se siente por todas partes con tanquetas obstruyendo las avenidas y las plazas, con soldados armados hasta los dientes, con bombas lacrimógenas en todas partes. Hijos de puta, Gorilas, Viva Venezuela libre y de los venezolanos!
- ¡Tensión en los cuarteles, alarma de una crisis financiera horrible, espanto en todos los rostros con los comercios desabastecidos y el futuro terriblemente incierto!
- ¡Hambre, muertos de hambre por todas partes, alzados en los barrios, echándole plomo al ejército y a la Guardia Nacional, perros sarnosos de esta infame y brutal carnicería!
¡Hasta cuándo, hasta cuando, un esfuerzo más -grita el marico José Vicente Antonetti- y SEREMOS LIBRE!