¿Ustedes recuerdan aquel suplemento “Halcón Negro”, en el que aparecía un chino que le andaba riendo todas las vainas que hacía y le decía el fulano Halcón? Bueno, el Matacuras tiene en este caso a su china, la bobita María Isabel Párraga. Esta señora, no sé si soltera, tiene un estilo y una escritura horrible, incoherente, plagada de lugares comunes que le hacen a uno erizarle hasta los pelos del pubis. A falta de sustancia en sus argumentos, trata de recurrir a una especie de humorismo bobo como ella misma. Veamos algunas perlas de esa bazofia con la que embadurna cada lunes a El Universal; a pocos meses del Golpe de Estado del 11-A estampó: “Ese 'todo en uno' es lo que está haciendo inviable a nuestro país, imposible nuestra tranquilidad, inigualable nuestro hastío, pero, al mismo tiempo, inquebrantable nuestras ganas de que esto cambie para bien”. En todo lo que se lee no se percibe sino su risa sonsa mirando al Matacuras que seguramente será quien le aplaude y le retoca tales ripios. Con ínfulas de cabeza rapada, con su muy acicalada cara de fascista y racista, proclamaba: “Calle y más calle fue lo que tumbó a Milosevic…. sin desmayo, todos los días. Cada vez con una mayor participación. Hasta que la presión interna y, sobre todo externa, sea tan grande que al Gobierno no le quede más remedio que la renuncia y a la oposición otro camino que el de una transición en la que prive el bien común sobre las apetencias personales. ¿Ustedes se imaginan cómo sería percibida mundialmente una inmensa manifestación diaria, a la misma hora, durante 'X' tiempo? Los ojos de todas las cadenas estarían puestos aquí y los círculos chavistas imposibilitados de perpetrar cualquier acción violenta, ante la evidencia de las cámaras (sería corroborar su acción del 11A. ¿Por qué no pensarlo?”
Véase el estilo claramente golpista y que fue lo que pusieron en práctica durante todo el año 2002.
Escribe la bobita amaestrada del Matacuras, en uno de sus artículos, Malos pensamientos, lo siguiente: “Piensa mal y acertarás”, dice de entrada. En eso vive, de eso se alimenta sus programas de radio y de Aló Ciudadano. Pensó mal del referendo revocatorio y acertó, pensó mal de las Misiones y no le falló. Pensó peor de las elecciones parlamentarias y lo mismo. Piensa mal de los pobres, de Mercal, del Metro a Los Teques, del tren Caracas-Valles del Tuy, del segundo puente sobre el Orinoco, el Trolebús de Mérida y los metros muy adelantados de Valencia y Maracaibo; pero en cambio cómo ama, y cómo le hace reír la Trocha. Ella se muere de la risa cada vez que le mencionan la fulana Trocha y está plenamente de acuerdo con Bobolongo en que esa Trocha es la más majestuosa obra de gobierno de Hugo Chávez. Pero hay algo más que la trastorna a ella: LA ESPERANZA. Esta palabra le parece horrible y considera que debería ser eliminada del diccionario. Ella perdió la fe en Dios desde el 11 de abril del 2002. Desde entonces no cree en Los Evangelios, y grita: “Hay una palabra que, particularmente, en este estos tiempos que da como miedo mencionarla, no vaya a ser que se rompa "el encanto"... Algo así como cuando despiertas de lo que parecía comenzar a ser un sueño "prometedor" y en lugar de una linda música celestial, te vuelve a la vida el horrendo "riiing" del bendito despertador y, de paso, es lunes... Y es que decir "esperanza" pudiera resultar, cuando menos, ingenuo. Por no expresar que es tonto. Aun así, hay momentos que debemos correr el riesgo de pasar por bobos, admitiendo, una vez más, en este largo, duro, difícil y frustrante "proceso" que a pesar de los pesares aún creemos que hay una luz al final del túnel y que no es otro tren que se nos viene de frente”. Así andan estos loquitos y loquitas de la oposición. Enfermos de mesmedad, de idiotez y de malos pensamientos. Pobre gente de la oposición.