Según la Real academia española, la palabra tambalear significa moverse a uno y otro lado, como si se fuese a caer; mientras que la palabra boquear, coloquialmente, es "Estar llegando al final". Precisamente, estas fueron las palabras que el presidente de Datanalisis, Luis Vicente León utilizó en su cuenta en la red social Twitter para referirse al gobierno: "no es verdad que el Gobierno se está tambaleando, ni que Maduro está boqueando". (Publicado en Aporrea el Lunes, 19/11/2018). Por su parte, y en entrevista concedida a Contrapunto, y publicada en Aporrea el Martes, 20/11/2018, un día después de lo dicho por León, Vladimir Villegas, señala que "El que crea que el 10 de enero se va a producir un quiebre en Venezuela, está equivocado". Ni más ni menos, se pueden considerar ambas opiniones, como un regalo de cumpleaños al presidente Maduro, porque en términos generales, le da confianza, le renueva y fortalece el espíritu para seguir afrontando la embestida que la oposición acomete de manera constante y persistente.
Ciertamente, se produce entre ambos personajes una coincidencia que gira en torno a la oposición y su quehacer errático frente al gobierno. Es decir, no puede estar tambaleando, ni boqueando, ni a punto de quiebre un gobierno que no ha tenido frente a si a un verdadero rival, capaz de provocar tales condiciones, porque hasta en ponerse de acuerdo de quien sería el posible rival, se ha traducido en un grave problema que en la oposición no han podido dilucidar.
Si se considera esto desde el punto de vista boxístico, según las palabras utilizadas en las opiniones de estos dos personajes, se intuye que en 20 años, la oposición no ha logrado, ni hacer tambalear, ni hacer boquear, ni mucho menos quebrar, primero al gobierno del presidente Chávez, ni ahora al de Maduro. Es decir, la oposición ha resultado ser un estilista, que solo baila y se va, pero poco pega; y no ha tenido la fuerza para fajarse electoralmente en un cuerpo a cuerpo con el gobierno. La oposición solo hace cuerdas, juego de cintura, la bicicleta, se prepara para picar como una abeja y alejarse como Cassius Clay, pero no pega y cuando lo hace es a la cara y nunca hace mella en la parte baja del rival para cansarle, solo rasga las trenzas de los guantes sobre la cara del gobierno, o utiliza el pulgar del guante para estrujarlo en el ojo, telegrafía los golpes, y siempre saben por dónde viene. Eso hace crecer al oponente.
En otras palabras, ante errores como el de rehuir el combate cuando se llama a un evento electoral, según Vladimir hace que "el Gobierno se fortalezca en cada proceso electoral" Es por eso que cree que el 10 de enero, no se puede producir ningún quiebre. En fin, la oposición está como el boxeador que abandona el gimnasio y no practica, sin embargo quiere ser campeón mundial, y sus esperanzas se depositan en los jueces, en la OEA, los Estados Unidos, las guarimbas, etc. Basta con referir lo que dice León para comprender esta realidad "Crear la falsa expectativa de que todo cambiará por ósmosis o por Marines es una estupidez muy cara" o como se lo pregunta Vladimir: "¿Es una solución democrática llamar a tropas de otro país para que vengan a resolver un conflicto interno?"
Si la oposición entendió el mensaje de León y Vladimir, entonces es hora de organizarse, hacer campañas serias y olvidarse de invasiones extranjeras, porque eso no les garantizaría ser gobierno.