Al conocer nombres y apellidos de seis dirigentes opositores inhabilitados por el TSJ: Ricardo Villasmil, Alejandro Grisanti, Ricardo Haussmann, Omar Barboza, Andrés Eloy Camejo y Carlos Paparoni, “funcionarios” del falaz autojuramentado supuesto Jefe de Estado de la nada que designa Protectores de su Cueva Alí Babá, en la misma fecha un analista europeo, Ulrich Brandt de la Universidad de Viena, expuso el error de países europeos respecto a Venezuela.
El politólogo encabeza el Grupo de Investigación sobre Latinoamérica en una universidad de la capital de Austria, y describió la ligereza de gobiernos en Europa al haber reconocido a Juan Guaidó. Al respecto semanas atrás que se necesita estar atrapado en las redes del vasallaje, para dictar medidas desde un gobierno inexistente, cual arengas de un General sin tropas ni autoridad, embriaguez de entrega por traidores a la patria y a ellos mismos.
La “Deutsche Welle”, “La Voz de Alemania” noticia diciéndonos que el distinguido investigador fue tajante al decir “Los gobiernos europeos deberían corregir su error y no limitarse a hablar del bueno y del malo en Venezuela, sino promover el diálogo y apartarse de polarizaciones”. También la directora del Instituto GIGA de Estudios Latinoamericanos, en Hamburgo (la segunda ciudad más poblada de Alemania), Sabine Kurtenbach, se refirió a la mesa de diálogo entre el gobierno y la oposición venezolanos en escenarios internacionales, y destacó que la suspensión temporal es normal en procesos de negociación.
Lamentablemente en nuestra poderosa e influyente TV privada, hay quienes a fin de cuidar su quince y último y no arriesgarse a ser retirados del trabajo, compiten en quién pueda hábilmente ser más anti chavista, en el panorama informativo. Antes de marcharse de Venezuela ocultan o manipulan noticias que implican beneficios de la revolución a la población, embriagados· de odio contrarrevolucionario, y “enratonados” sufriendo jaquecas morales.
Amorales deciden marcharse de Venezuela intentando minimizar haberle dado la espalda al periodismo ético, auto llamándose “perseguidos políticos”, víctimas de la “dictadura de Maduro”, y que esa actitud les ayude a conseguir chamba en el exterior. Solo cabe lo dicho por el asceta nepalés Buda, “el odio no disminuye con el odio, el odio disminuye con el amor”. Los supremacistas quedan día tras día en el basurero de la historia política nacional y mundial, endemoniados y sin darse cuenta de su irracionalidad terrorista.