Sin pretender ser más papista que el PAPA, me intriga en función de comunicador social con 56 años y medio de experiencia en el ejercicio, el estilo aún cuarto republicano que vemos en las estaciones de televisión del sector oficial, donde la complacencia en las preguntas a los altos funcionarios guarda similitud con el período adulante e hipócrita de quinquenios, en los que AD y COPEI expulsaban periodistas de los cargos oficiales si no eran lamebotas, y en la radio y la TV privadas vigilaban las transmisiones en Oficinas de Control de Radio Y TV, en cada capital de Estado, para "sugerir" a quienes debían botar por "peligrosos".
En VTV, TVES, y televisoras que dependen del gobierno, es lógico se responden ataques de empresas privadas que son innegable partido político de oposición, sin embargo, últimamente no he visto por ejemplo a la abogada Iris Valera, Ministra de Asuntos Penitenciarios, voz terrible en sus descripciones al denunciar la hipocritocracia opositora, y la actividad execrable de las administraciones anteriores a la revolución.
Existen reclamos acerca de detenidos por razones presuntamente políticas, (sería excelente pregunta a Iris "Fosforito"), las denuncias de reclamantes incluso "de izquierda", o chavistas que dejan ver su animadversión al Presidente Maduro, las hacen familiares, compañeros de trabajo o de grupos políticos, sindicales, etc., sin enterarnos por qué están detenidos, sea a la espera legal de investigaciones o si los retienen demasiado, la causa no la preguntan los reporteros y entrevistadores.
Unicamente se exige sean puestos en libertad, sin aclararnos el por qué de cada implicado. Incumplen la norma de comunicación: dónde, quien, cómo, cuándo y por qué; nos quedamos sin saber si son presos políticos, o activistas políticos presos. En nuestra democracia, plena digan lo que digan, han dejado de hablar de "dictadura" salvo imbecilócratas y dependientes del autojuramentado de nada, que hablan de narco estado venezolano, y a ellos los apoyan gobernantes de la nación campeona mundial en producción de cocaína, Colombia.
Hay temas delicados y no se avanza en su solución, uno de ellos es el retardo procesal, reclamado por quienes nada hubiesen podido decir sin riesgo a ser detenidos en la era adecopeyana, cuando no se podía solicitarlo libremente, debido al terror, te catalogaban de comunista, eras detenido, torturado, desaparecido o asesinado, política de estado sin castigo al crimen oficialista, catalogando los hechos cual defensa a la institucionalidad bipartidista "democracia modelo de América".
Respecto a retardos procesales las quejas son de agudización de la situación con el problema de la pandemia, y una vez decretada la cuarentena estricta, familiares de los detenidos indican la paralización de causas judiciales de confinados en centros policiales o militares. Me uno a las sugerencias de abordar el tema por la TV oficial y le agrego que, en la TV privada donde abundan quejas para hacer política opositora, tampoco hacen investigaciones acerca de los retardos, solo las denuncias.