La manipulación mediática, trampa para un pueblo oprimido

La participación ciudadana, permite a los pueblos ingerir dosis de conciencia política necesarias para el entendimiento del como funciona la sociedad donde se arraiga.

Participar en actividades que dan vida al pueblo, mediante luchas por su bienestar y reconocimientos de su verdadera autenticidad, genera estimulo para transformar el modelo político que dificulta el avance hacia la libertad.

La libertad como principio, como sueño, como horizonte cercano, motoriza las entrañas del pueblo para sembrar una vida de justicia e igualdad. La libertad, elimina las amarras de quienes ignoran la potencia de una población conciente.

Cuando un pueblo aprende las lecciones que le da resistencia, aprende a volar y no hay poder sobrehumano que incida en el papel que debe jugar para mantener el yugo de lo que ya conoce como innecesario para su ascenso por ser libre y soberano.

El conocimiento de su realidad, de su historia, de su vida en el barrio, le lleva a entender los mensajes que una vez hizo del árbol caído, leña para la hoguera opresora. La educación formal y los aprendizajes obtenidos mediante su interrelación social, le permite entender la manipulación mediática protegiéndose con el gran escudo de la dignidad obtenido de esa fortaleza innata para sobrevivir las injusticias.

Es hermoso observar al pueblo venezolano, victorioso y riguroso ante las sacudidas que le da la oligarquía criolla, quien se empeña en mantener bajo sus lineamientos, un modelo de sociedad vergonzoso y elitista, atado al imperialismo norteamericano, que siempre impuso al pueblo rasgos de mendicidad, al apropiarse de sus recursos y de su historia valerosa.

Al observar el contexto venezolano, desde adentro, se percibe un aire de libertad, ese aire que siempre extrañamos, los revolucionarios de la cuarta república elitista, anclados en la tierra de Simón, mirando pasar la vida, con las ansias de un viraje que arremolinara al pueblo y lo hiciera despertar. Aquellas canciones, aquellas miradas dulces a José Vicente, como uno de los grandes líderes que entendía los sueños y que soñaba con nosotros.

Ese aire de libertad que se avista, es un aire con entendimiento, con conciencia de lo que se tiene y por lo que se debe luchar. Anhelos que se lanzan y se elevan como mariposas pero que tocan la verdad y ahora tienen espacio donde llegar, florecer y crecer.

Un pueblo que estimula a la batalla para la construcción del socialismo, es nuestro heroico pueblo venezolano. Esta voluntad, se entiende cuando se observan los deseos de participar y aportar para el desarrollo económico y social del país. Los Consejos Comunales, son el motor del poder del pueblo, que es entendido gracias a las enseñanzas y el amor que ha dado el presidente Chávez. El presidente ha otorgado a su pueblo las herramientas para ese salto limpio hacia la nueva sociedad, de justicias y solidaridad.

La manipulación mediática, solo llega a ciudadanos desprovistos de conciencia, donde el individualismo y la disputa por ser una réplica del otro, desatiende la auténtica identidad de los pueblos. Es la típica conducta capitalista que induce al desprecio por el otro, a la rivalidad por lo material y a un consumo exagerado aliado del derroche y la vida desordenada.

La manipulación mediática, es la trampa para un pueblo oprimido, un pueblo que no ha encontrado su verdadero camino, destruye la construcción social en equidad y permite la edificación de puentes o barreras para el avance de la conciencia

Los medios privados venezolanos, no ha podido mantener las barreras del pasado, esas murallas, que permitían verle sumiso y consentidor de los designios de quienes usurpaban la riqueza de la patria. Su embestida hoy es un irrespeto a la voluntad popular, a su decisión de seguir la vía socialista como la verdadera alternativa para su bienestar. Por eso el pueblo consciente de su realidad, exige la aplicación de la ley de responsabilidad social a medios destructores y manipuladores de la conciencia social.

Injusto es, que trabajando y alcanzando los logros para vivir en dignidad, el pueblo venezolano, tenga que tolerar una arremetida mediática que desvanezca su participación protagónica, por ello demanda la real censura de los medios apátridas, mediante la vigilancia y responsabilidad del Estado ante los permisos que otorga sobre el uso del espacio radioeléctrico en el país.

Al no renovar la concesión a Radio Caracas Televisión, canal golpista y manipulador sobre los grandes logros de la Revolución Bolivariana, el Estado venezolano, estará consumando la acción más combativa y justa de servicio y respeto para su pueblo.

La participación protagónica del pueblo venezolano, ha generado en los hermanos latinoamericanos, un hermoso estimulo para su reivindicación histórica. Ahora somos una Latinoamérica unida por ideales, por padecimientos, por saqueos, por unidad y por una diversidad, que se torna enriquecedora para la lucha, para los propósitos integracionistas. Somos una sola América Latina reconociendo no solo la importancia de vivir en hermandad, sino también, la relevancia de rescatar lo que nos han quitado por siglos, en nombre de un concepto de democracia impregnado de desprecio por las mayorías y si anuente a la usurpación de bienes nacionales por parte de la oligarquía y el imperialismo norteamericano.

El camino hacia el socialismo es nuestra gran verdad. Ya no somos un pueblo oprimido.

(*)Socióloga


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Carmen Arelis Contreras M.(*)


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