“Ayer el perro de la vecina, “Paquita”, salió a saludarnos moviendo su bella cola y nos siguió hasta el final de la vereda. Paquita nos conoce y sabe cómo tratarnos. Va por todas partes tan segura, tan tranquila, tan linda de ser mimada por todo el que la conoce. Porque mira las nubes, y sabe como yo que ellas nos siguen a todas partes. Detrás de esas nubes están los que saben quienes son los que hacen algo malo…”. Esto trozo de texto de una carta, me lo envió una preciosa niña, de siete años, a quien le pedí redactara algo sobre el por qué sus vecinos no se ponen de acuerdo para resolver los problemas de su urbanización. Conmovido por esta carta de pronto me topo en Internet con la del “honorable” cerdo de Laureano Márquez quien ahora se planta en la calle para recibir los ricos aportes de la clase alta que se siente hondamente herida por la multa impuesta a la bazofia de Tal Cual. No puedo ver! en la redacción de su carta a Rosa Inéz sino al típico sádico que se devana los sesos para procurar ofender al Presidente donde más le duela, a donde no le hayan llegado las bombas y los misiles que sus amariconados pero peligrosísimos enemigos han deseado lanzarle. Porque si no lo afectó la mentada de madre de aquel Mujica del MAS (que golpes de cacerolas en las tascas del Este y en las mansiones de Altamira; si no logró hacerle mella el beso de aquel trasveti (disfrazado de Marta Colomina) a Shapiro; si no lo consiguió Liliana Hernando cantando aquel estribillo ante una multitud en La Carlota: “Chávez está cagao… Chávez está cagao…”; ni tampoco las amenazas del Orlando Urdaneta, ni la metralla persistente e imparable de RCTV con su Granielito, o del Matacuras de Globovisión,… “sueno –se dijo Laureano- vamos a ver si continúa tan inmutable cuando me meta con su hijita querida. Ahí sí es verdad que le voy a dar más allá de todas las madres santas y purificadas…”. Entonces ! se puso manos a sus sobras, y comenzó a redactar su asquerosa misiva.
(Me vienen a la memoria muchos otros insultos y barbaridades contra el Presidente como aquel de Enrique Mendoza cuando declaró a un periodista español que 27 millones de venezolanos deseaban matar a Chávez).
¿Por qué, Mister Big Pig Laureano, buscaste a una niña, de apenas cinco o seis años, para descargar tus impotencias de redomado cerdo contra Chávez? ¿Por qué tenía que suponer que la niña estaba viendo lo que tú ves y lo que siempre has visto por la maldita telebasura? ¿Lo que te dejaron a ti ver de siempre, el oso Yogui, la pantera rosa, la hormiga atómica, Simbad, Shazzan…? ¿De dónde sacas que la niña se preocupa por el “caballo del Escudo Nacional mirando hacia atrás”, y le adjudicas tu mierda de que coincides plenamente con ella de que “Todos los escudos tienen leones rampantes (Cuando se paran en las dos paticas de atrás), águilas, caballos, pero ninguno tiene un Goleen Retriever, por ejemplo?” ¿Por qué supones que ella se pueda estar preocupando por lo que bulle en tu vientre y ventosidades de miserable sin patria? ¿Por qué la tomas como blanco de tus ardorosas y burdas memeces y le hablas de algo que absoluto es propio de su edad, sobre “el ! modelo capitalista como algo natural y propio del hombre que existía incluso desde las cavernas”?
Y entonces te revuelves en tus quehaceres de mamarracho amargado que no puede contra Chávez para endilgarle tus críticas, otra vez utilizándola, y balbuceas: “Con lo nobles que son esos animales. Yo le pondría al escudo un Golden con un palito en la boca a los pies del amo. O una morrocoya, como la que tú tienes; un buen emblema de nuestra lentitud para todo. En todo caso, si le vamos a dejar un caballo, que sea uno de la Rinconada, con su numerito, jinete y todo. Porque si algo nos identifica, es el azar y las apuestas.”
Tú sabes grandísimo hijo de puta que aquí nadie se dedica más a las pocilgas del invite y azar que la gente farandulera como tú, que los patiquines de Primero Justicia, que los hijitos de papi del Este, que los Carlos Hortera y su pandilla de ambivalentes que han cogido para Miami en balsas para VIP.
Y todo tu culillo de mierda, de lobo infeliz, otra vez, soplándoselo a ella que ya tus sucias pezuñas son para las acaricias, que tus colmillos y tus ojos abotargados son para la paz y tu pelambre de peluche para la dulzura, por lo que le imploras ayuda porque “Ustedes los niños tienen mucho poder y yo sé que tu papá te hace caso. Probablemente, eres la única persona a la que escucha con atención. Además, tú y tus sobrinitos son los únicos capaces de hablar francamente con papá, sin el miedo que nos da a nosotros. El otro día, tu papi nos contó que su nieto le había dicho: "¡pirata tú!... Una última cosa para que le pidas: que no se ponga tan bravo con los que no pensamos como él y que no nos regañe tanto. A veces nos llama golpistas y fascistas y le provoca a uno responderle como tu sobrinito: "!pirata tú!" ¡Qué envidia!” La envidia del canalla que careciendo de valor propio, de talento, de moral, de fortaleza personal y humana, tie! ne que recurrir al disfraz del meloso consejero (¡cerdo!) ante una niña para vomitar sus insultos.