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Matando al mensajero se busca aterrorizar a la prensa y periodistas críticos para que los factores sociales corruptos y organizaciones mafiosas de toda índole marchen sobre ruedas, sin obstáculos, en su afán de enriquecimiento y poder.
El mundo se ha convertido en un coto de caza para periodistas críticos, ya no es una parcela en particular, sino en todo el orbe, ya no sólo son las mafias organizadas, los carteles de drogas, intereses empresariales que se sienten afectados, hasta el propio Estado, participa en la cacería.
Se ha levantado la veda y van por ellos, ya no se trata de que son incómodos, sino que hay una nueva orden, liquidarlos, silenciarlos.
Nadie podía pensar que un profesional cuyos rasgos los caracterizaban en cualquier comiquita con lentes de cegato, una libreta en la mano, un lápiz y un sombrerito al estilo gardeliano, podía convertirse en personaje de cuidado, digno de toda sospecha, hasta llegar hoy a ser altamente peligroso.
Pero ha resultado ser así. Si el periodista proyecta tú imagen positiva, se le considera deseable. Si por el contrario, con ese mismo afán de informar y buscar la verdad, afecta intereses, resulta incómodo, porque desnuda organizaciones criminales, pone al descubierto hechos de corrupción, alerta a la sociedad sobre crímenes cometidos por los estados que quedan impunes, entonces, en esos casos, el periodista no es deseado, resulta una piedrita en el zapato para la podredumbre social y debe en consecuencia ser silenciado.
Ya lo hemos visto y denunciado en casos como el Julián Assange, fundador de Wekeleas, quien cometió el grave pecado de denunciar los crímenes de guerra de los Estados Unidos y sus aliados. Ha sido perseguido hasta el cansancio, le han violado todos sus derechos humanos y la cacería continua, mientras en languidece y lo hemos visto envejecer asediado por la jauría que no cesa en cercarlo y lo coloca al borde de la muerte o el suicidio. En esta cacería humana están involucrados, Los Estados Unidos, Suecia, El Reino Unido, Ecuador
Lo estamos viendo, casi que en vivo y en directo, como en México se asesina otro periodista, a la luz pública, prácticamente emboscada, cazada y el Estado, está de manos atadas frente a este hecho tan aberrante. Atado de manos, decimos, porque esta era una muerte anunciada, incluso la periodista Lourdes Maldonado, había hablado con el Presidente de la Republica de México, ANLO, poniéndolo en conocimiento de las amenazas de que había sido objeto, pero pudieron más las mafias, que el propio Estado, para garantizar la vida de un ciudadano. La periodista, fue objeto de una cacería en las propias calles de ciudad de México, frente a su casa. Días antes, ella en programas radiales se había referido y pedido justicia por el caso, del fotoperiodista Margarito Martínez, emboscado y asesinado, también, frente a su vivienda y cerrando este comentario, asesinan en su casa a Héber López Vásquez. Cinco Periodistas asesinados en México, en dos meses, esto resulta realmente escandaloso y debería llamar la atención urgente de los Organismos Internacionales.
En Colombia ni se diga, la revista Semana, por ejemplo ha contabilizado hasta el 2017, aproximadamente 153 periodistas asesinados, en hechos que involucran a los carteles de drogas, mafias del crimen organizado y del propio estado. No hay responsables, no hay acusados, no hay juicios en curso, forma parte de la normalidad, en el estado de violencia que allí vive.
Otro periodista incómodo Jamal Khashoggi, columnista de opinión del Washington Post, de acuerdo a las informaciones de la prensa internacional, fue asesinado en la Embajada Saudi de Estambul. Quisieron silenciar para siempre este bochornoso y horrible hecho, al punto, que luego de asesinarlo, su cadáver fue disuelto en ácido y tirado por un desagüe, no querían dejar ningún rastro del repugnante crimen. A parte del escándalo inicial, cuando se filtro la noticia, no hubo investigaciones por organismos internacionales y el caso prácticamente está cerrado. Cómo en otros casos no hay responsabilidades, no hay culpables, no hay juicio. Todo normal, pero sigue la lista de los periodistas críticos asesinados.
El Periodista David Beriain y el Camarógrafo Roberto Fraile asesinados en Burkina Faso, cuando rodaban un documental donde reflejaba la lucha contra la caza furtiva. Las mafias se protegen y asesinan a mansalva a los periodistas críticos. Lo mismo de siempre, no hay responsables, no hay culpables, no hay juicios, cero investigaciones, todo normal y sigue la lista.
Recientemente, en las controladas Ruedas de Prensa de la Casa Blanca, en este caso para una sesión de fotos, el periodista Peter Doocy, le preguntó al Presidente Biden sobre la Inflación y la posibilidad de que están significara para él un revés político. Sin saber que el micrófono estaba activo, el presidente lo insulto y le dijo: "estúpido hijo de perra".
Frente a este escándalo que inmediatamente rodó por las redes sociales, al parecer, el presidente llamó por teléfono al insultado y le dijo a la manera de la filosofía de Vito Corleone: "No es nada personal". AL preguntársele al periodista, si el presidente se había disculpado, dijo: no, sólo aclaro. A este periodista, que le resultó incómodo, Biden, le respondió, de la misma manera que la mafia norteamericana y siciliana respondían, a los que condenaban a muerte: luego de darle un beso al indiciado, le decían "No es nada personal", sólo negocios y luego daban la orden de ejecución. A Biden sólo le faltó besar y la orden de ejecución. Pero es un ejemplo, de lo que venimos comentando, como a estos personajes les inquieta las preguntas que no son arregladas por ellos para responder sonrientes en Ruedas de Prensa o en programas de televisión, previamente convenidos y controlados.
Mientras la matanza contra periodistas críticos continúa, vemos con preocupación que la Organizaciones Internacionales, las Asociaciones y Colegios de Periodistas y las Escuelas de Periodismo en el mundo, hacen mutis, como si el problema no fuera con ellos. Es lamentable, pero el silencio sobre esto hechos aumenta la impunidad contra los crímenes en ámbito de la comunicación y el periodismo. La Cacería es mundial. REZA EL CARTEL: SE BUSCA PERIODISTA CRITICO