Como no criticar los bodrios venidos de un país como Perú (“la Señorita Laura”), donde explotar la miseria y la decadencia de nuestros pueblos productos de una sistematizada campaña embrutecedora y sin anestesia han invadido nuestros hogares. Pretender sumergirnos en la más miserable de las miserias así como hundirnos en un atraso total en el desarrollo de nuestros pueblos. Todo gracias a la bendita libertad de expresión. El dolor y la miseria fue en un tiempo la forma más vil de explotar la realidad de nuestros pueblos, hoy retoma espacios con fuerza y con material “made in Venezuela”

Aquí en Venezuela para no quedarnos rezagados, también teníamos esa suerte de basura, muy bien representada en su tiempo por Julio Burgués en su programa Justicia para Todos. Pero como dicen, todo lo pasado regresa, hoy las televisoras comerciales en su bien llamada programación cultural, educativa que tanto pregonan y defienden, acta para “TODO PUBLICO” nos llevan al resurgimiento nuevamente de programas donde explotar a los “tierrúos” es una forma de obtener raiting. Estereotipar a la mujer, como mensajes, claros como por ejemplo “si no tienes tetas grandes cargadas de siliconas no vas a conocer el paraíso”

La morbosidad por el dolor ajeno no tiene límites, desde la infidelidad hasta dar un recorrido por el hijo disfuncional, sin contar con los padres drogadictos sean hombres o mujeres que abandonan a sus hijos. La idea de estos programas lejos de educar y enseñar es darle al televidente un “sano esparcimiento”, mostrarle que Juan, Petra e Isidora son unos mal hablados, sin educación que nos les importa exponer sus problemas, sus pesares ante el publico teleespectador. ¿Todo a cambio de qué?

Sembrar la semilla de la condescendencia porque a Maria no le celebraron sus quince años, con ojos llorosos Maria lo relata, pero ella con sus tres muchachos que ha levantado sola, si piensa celebrarle los quince años a su primogénita Maria, así tenga que robar para hacerlo. Llenar de una hora de AFLICCIÓN el espectro radioeléctrico, sin soluciones que permitan subsanar sus problemas es la forma más vulgar de mediatizarnos. La desventura de ser pobres es lo más sobresaliente de estos programas, mientras más pobres son sus participantes, más retorcido es su contenido.

¿Cual es la intención de estos programas de TV tan aberrantes?
¿Hacerle ver a nuestros hijos e hijas que existen toda clase de vilezas y desviaciones sociales en nuestra sociedad?
¿Cuál es el contenido cultural y educativo que pueden recibir nuestros jóvenes cuando por desgracia ven estos programas basuras?
¿Este es el tipo de “periodismo investigativo” que realizan los conductores de estos programas? Solo mostrar el problema, exponer al ridículo, a la humillación, al regaño por parte de sus conductores (no calificados por cierto) a estos compatriotas que no son más que el producto de cuarenta años de desidia gubernamental adeco-copeyana.
¿Es esta la televisión que tenemos que aceptar en épocas de revolución, bajo la consigna de “libertad de expresión y de pensamiento”?
¿Por que exponer al escarnio publico a estos venezolanos, compatriotas nuestros, simplemente por su condición social”?
¿No es suficiente con el bombardeo diario de RCTV, Globovisión, prensa escrita, y radio su continuo y despiadado ataque en contra del estado de derecho, contra la sanidad mental de pueblo venezolano, así como los espacios dramáticos donde ponen a soñar a toda clase de quinceañera con el posible encuentro de ese, su príncipe azul que nos venden en todos los culebrones? Donde los valores morales es una suerte de antitesis de nuestra cotidianidad.

¿Por qué algunos padres permiten el abuso infantil a que son sometidos sus hijos e hijas en esos programas, donde pretenden explotar incluso de manera abierta y descarada a esas criaturas, con bailes sugestivos propios de los adultos, hasta llegar a usar el lenguaje soez y de doble sentido? ¿Eres tu virgo mi amor? ¿Seguro eres virgo? Para luego agregar ¿Ah no sabes tu signo?

Lo más triste es preguntarse:
¿Dónde esta la Comisión de Medios y a Ley Resorte, de que sirven?
¿Donde carajo esta CONATEL?
¿Dónde coño están Las autoridades del gobierno encargados de aplicar la LOPNA?

Todas estas preguntas me llevan a una sola conclusión, debemos recuperar a Venezuela de la desdicha de esos más de 40 años de maldad y perversión de parte de estos degenerados dueños de los canales comerciales.

Hoy la revolución Bolivariana vive uno de sus etapas críticas, una lucha frontal en contra de estos mercenarios de la comunicación del “entretenimiento” que ha de devenir en una de las más resonantes victorias en procura por la recuperación de nuestra vida. Es necesario batallar duro día a día, y no seguir permitiendo estos desafueros, entendiendo a la televisión comercial como un NEGOCIO mil millonario, donde su única razón de ser, es el DINERO y los privilegios políticos, privilegios que la revolución ha venido confiscando en aras del bienestar de todos los venezolanos.

La voracidad de esta gente (dueño de los medios) es insaciable sin cortapisa, sus grumetes mercenarios de la comunicación o “periodistas”, son los encargados de la tarea sucia, quienes sumidos en la arrogancia y escondidos en el jalabolismo intelectual dosifican la basura, y ofuscan al teleespectador. Especies de sanguijuelas postmodernistas que nos desangran bajo el lema DE LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y PENSAMIENTO. Realizar una profilaxis a los medios es tarea de todos, unirnos es la consigna.

Por una televisión digna

NO A LA RENOVACIÓN DE LA CONCESIÓN A RCTV
CIERRE DE GLOBOVISIÓN YA
NO A LA PROGRAMACIÓN BASURA

P.D. Pregunta suelta, ¿Será que Maria Corina no se ha enterado todavía que ya termino la campaña electoral o es que ya piensan inscribir a SUMATE como partido político de manera oficial? ¿Cual es la obsesión de esta señora con las captahuellas?
¿Será que una tal llamada BICHA no ha podido zurcir la objetividad en su forma de hacer “periodismo de investigación”? Pobrecita la agarraron de bobita, le motaron un peine, quisiera ella que la montaran en un peine de verdad verdad, que la ungieran de amor para APLACAR tanto resentimiento y odio, que horror.

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