Crítica ácida

Caso alocado infofrenia de un TV programa contra Venezuela

La maledicencia para aplicarle a la colectividad mundial sus criterios supremáticos es constante en el proceder estadounidense, aumenta o disminuye de acuerdo a las circunstancias que va viviendo la humanidad. "Caso Cerrado" es uno de esos programas de TV por cable, conducido por una descendiente de cubanos antifidelistas de la ultraderecha más recalcitrante. La Dra. POLO extrapola su acción o función de animadora y pésima cantante, para enjundiar a sus amos gringos. Sopotocientas veces los invitados le dicen con obsecuencia doctora al iniciar cada intervención, es zalamera con los menores de edad y los expone una vez preparados para que hablen acerca de países latinos donde el voto popular eleva a la presidencia a la izquierda y hacer anticomunismo visceral.

Al asistir participantes venezolanos, el equipo de producción del espacio y la propia Polo -Ana María creo es su nombre-, terminan por cerrar los casos a favor o en contra luego de una andanada de descalificaciones a Cuba, Nicaragua, Venezuela y recientemente contra Brasil y Colombia molestos por los triunfos de la izquierda. Advertencias de esta tosca abogada que no hace mal su papel en episodios cada vez más alocados, encuadrando los propósitos finales a una adulancia nada sutil sino vergonzosa, perorando sobre la justicia y el poder de gringolandia, donde tantos latinos venden su conciencia y se babean ante el imperialismo voraz.

La influyente pantalla chica en nuestros hogares les permite despotricar a diestra y siniestra contra gobernantes que osen enfrentar a los U S A y no únicamente en "Caso Alocado", hay varios programas similares en propósito. Ver un niño venezolano de apenas 6 años a quien entrenaron para llorar y pedirle a su mamá que está indocumentada en EE UU, lo sacara de Venezuela, es motivo de este comentario, el muchachito cumplió a cabalidad su papel de actorcito y Polo emitió opiniones contra el gobierno venezolano.

Es parte de la historia mundial la deformación requetepensada comenzada en la complicidad 1941 a 1945, cuando EE UU fue aliado de Rusia para combatir el nazi fascismo de Hitler y Mussolini. Los gringos con sus medios hegemónicos de comunicación encabezados en los años cuarenta del siglo XX por el Cine, ayuda radial y luego la todopoderosa TV, decantaron su "amor" por Rusia y hubo niños gringos que cantaron en ruso melodías comunistas. Concluida la guerra, personeros gringos descabezaron al Partido Comunista estadounidense, irrespetaron su supuesta democracia, secuestraron cerebros europeos comprados con sueldos fabulosos y paulatinamente cambiaron el panorama aliado, citando dictatorialmente ante el Congreso y la justicia a pensadores, políticos, actores y el emblemático cineasta Charlie Chaplin expulsado de los USA por comunista.

La locura antidemocrática fue creando rusofobia y la guerra fría entre las dos potencias negaba a occidente que Rusia realizaba promoción política, humanista, cultural y presentaba el mejor índice de vida ruso, comparado con el de los estadounidenses. Con rabia opacaron los beneficios rusos a la URSS, prueba inobjetable de la superioridad intelectual y de vida diaria soviética, estos llegaron al espacio primero desatando admiración mundial popular al cosmonauta Yuri Gagarin, expandiendo el nombre Yuri por el mundo entero.

La contraofensiva estadounidense gastó billones y billones en seguir los pasos espaciales adelantados por la URSS sin perder atención cabal a sus ciudadanos. EE UU por debajo de la conquista del espacio logró colocar astronautas en el satélite lunar, perdiendo sin embargo el cuidado a su sociedad, que desde la guerra de Corea años antes venía sumiéndose en el alcohol y las drogas, "Fuimos Cobardes en Corea" es un libro al que se ordenó recoger en EE UU, otra de esas medidas impropias de quienes en la mal llamada Norteamérica se digan demócratas.

EE UU podrá poner en el aire mundial cantidad de casos alocados y tratará de cerrarlos reviviendo películas, documentales y todo lo que nos retrotraiga a la rusofobia y la guerra fría, pero la humanidad que abre los ojos ante semejante ideología sin resultados alentadores, va abandonándolos en sus mentiras, llenos de mayor desconfianza diaria a campañas comunicacionales erizadas de rusofobia en la TV mundial. Las mafias son rusas, los atracadores provienen de emigrantes rusos, caracterizados por actores antipáticos y mal encarados.

Para no alargarme de manera tediosa invito a recordar como EE UU en Venezuela pretendieron con las Nuevas Tribus cristiano evangélicas jefeadas por estadounidenses, apropiarse de minas de oro, los afluentes y los minerales valiosos de nuestra Guayana, hasta que llegó Chávez y mandó a parar porque los demócrata representativos no aguantaban la tentación de hacer negocios, careciendo de sentido patrio. Entretanto en el catolicismo curamichates pronazis fascistas, recibían dinero de la amante del presidente Lusinchi. En esta era revolucionaria corrompen su condición bendiciendo guarimbas asesinas y sumiéndonos en infofrenia, intoxicación de malas noticias y matrices de opinión falaces deformando la historia.



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Luis Sánchez Ibarra


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