El fraude de Oro

Cova y mucho plástico se respiró en "El 2 de Oro". Ese evento de la "cultura tradicional popular venezolana puntofijista" que Radio Caracas Televisión creó para premiarse a sí mismo.

Autosatisfacción ha sido el objetivo de este premio que ha permitido posesionar en el mercado, utilizando la expresión más capitalista del bussines televisivo, a las actrices y actores que les tocó el turno de protagonizar.

Sin ánimos de ofender el talento artístico venezolano, que lo hay a granel (no a Granier) en el país, no es precisamente en esta etapa que RCTV ha parido los mejores, que no salieron de los certámenes de belleza femeninos y masculinos.

Los mejores actores y actrices ya no están en esa pantalla. Muchos fueron despedidos. Muchos de los que aparecieron en un video póstumo salieron de ese canal y no por la puerta grande, como Kiko Mendive, a quien después de despedirlo le prohibieron la entrada y le dieron la espalda cuando más necesitaba a "la gran familia de Barcenas". Otros, cuyos rostros no fueron tomados en cuenta para la edición del video, como es el caso de Elio Rúbens, murieron sin pena ni gloria. Por casos como el suyo escribimos este artículo.

El show que se suponía debía ser para echar el resto careció de imaginación, creatividad y se convirtió en un burdo mitin político. Quizás si todas esas lágrimas las hubieran derramado por el pueblo los días de abril de 2002 y durante el paro sabotaje petrolero, otro gallo cantaría.

Gustavo Rodríguez, uno de los mejores actores de este país. Un hombre con tan respetable trayectoria no merecía exponerse como lo hizo en ese aquelarre. El no necesita de RCTV para seguir mostrando su talento y su amor por la actuación. Precisamente para ser libres necesitamos otra televisión. Por ello es que queremos que no haya monopolios que le impida a la mayoría expresarse, crear y ofrecer su talento sin necesidad de ser victima de la operación colchón y la humillación, entre otros actos indignos y violatorios de los derechos humanos.

Este show ratificó una vez más lo poco que RCTV respeta a los ciudadanos y ciudadanas de este país. Fue una burla más de las que están acostumbrados a imponernos a través de su dictadura Marcel Granier y su combo. Una ofensa a la inteligencia y dignidad de este pueblo a quien creen capaces de engañar tan fácilmente con estos artilugios melodramáticos e histriónicos, propios de los culebrones que han transmitido en los últimos años.

La alfombra roja, que pretende aludir a la de Hollywood, no acogió al personal técnico y al que participa en la programación diaria de esa empresa ¡La igualdad no llega a tanto!

A RCTV le decimos, nosotros el pueblo: tenemos el control y tenemos con qué. Decidimos qué queremos ver y además participamos en la construcción de un nuevo paradigma de comunicación.

hindu.anderi@gmail.com


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Hindu Anderi


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