Marcel Granier con aquella pinta de francesito muy bien educado, con su corte de pelo a Luis Augusto, bigotes a lo hotentote, siempre pepito con sus trajes oscuros y su andar de tentetieso. Finish. RIP, End. La película terminó. Pero hubo un tiempo que pensó que el “tiranuelo de Sabaneta” podía irse a pique con el anzuelo de una buena barragana. Pensaba en la fórmula de Betancourt de que a los militares con un bistec y una puta se conformaban. La cosa no le funcionó.
Como una película podemos ver la vida de Marcel como gerente de RCTV, bajo la dirección de Meter Bottome. Ya carajito, en la época de Leoni, comenzó a participar en los negocios que le dejara su padre, el viejo Marcel (muy querido por el dictador Pérez Jiménez). Marcel observó que en Venezuela el grave problema era el desorden de los partidos políticos que defendían el sistema y cuyos dirigentes eran casi todos unos alpargatudos sin cultura ni educación. Entonces Marcel propuso la creación de un fuerte movimiento de derecha al estilo de los nazis. No debemos olvidar que en cierta ocasión Marieta Santana invitó a su programa en RCTV a unos pandilleros del Este que se presentaron con la swástica, promoviendo un movimiento de ultraderecha en Venezuela, y por allí aparecía entre el montón el cabeza rapada de Leopoldo López. Ese programa fue especialmente propuesto por Marcel. Cuando Caldera se enfrenta a Gonzalo Barrios, Marcel suspira: “Le ha llegado la hora a los conservadores y el próximo gobierno debe ceder a los intereses de una generación de relevo.”
Comenzaron sus contactos con altos oficiales, sus viajes a EE UU y sus negocios con los cubanos batisteros. A él le era imprescindible sacar del juego al otro proto-batistero de Gustavo Cisneros. La guerra sería cruenta. Triunfa CAP y él decide jugársela con este agente de la central de Inteligencia, aunque sabe que tendrá que vérselas feas con los Capriles (y por lo tanto con Rafael Poleo) y con Cisneros. Es cuando ve como imprescindible la creación de un periódico que dispare por mampuesto contra cualquiera que intente oponerse a sus intereses y proyectos. Claro, Cisneros busca un perro de presa feroz y lo encuentra en Rafael Poleo, que se lo echa con fiereza. Marcel ya está fuerte, y se dispone a jugar a la caída de CAP. Llega Luis Herrera y es cuando se pone sobre el tapete su papel de perro de la guerra. Trabaja con Bottome en la oferta de los aviones F-16 y desde El Diario de Caracas dispara grueso contra el gobierno. Es entonces cuando hace sus primeros escarceos con los militares para poner contra las cuerdas a un Presidente de la República. Luis Herrera reacciona y le dice que si quiere gobernar al país que sepa que cada cinco años tenemos elecciones en Venezuela. Marcel se retrae porque sabe que puede perder la concesión. Cuando CAP vuelve a Miraflores como mandamás, Marcel tiene un poder inmenso y le disputa el Gocho de manera obscena a Cisneros. Su poder máximo lo obtiene el 11-A, cuando llama a Washington y dice: “Hemos recobrado la democracia. Nos costó algunos muertos, el país está conmocionado y herido en lo más profundo, pero lo importante es que ya tenemos el control nuevamente en nuestras manos y nunca más lo debemos dejar perder. Tendremos que ser duro, lo exigen las actuales circunstancias…”
Ahora Marcel, sacando sus cuentas finales para la entrega del canal recuerda todo este pasado y dice que al perderse RCTV se perderá la democracia; es decir:
- la bella era de los barraganajes, con sus barraganas encachuchadas.
- de aquellas tribus de David y sus Allan Brewer Carías.
- de los Eleazar Pinto, Vinicio Carrera y Diego Arria.
- de las parlamatracas y de los petroespías.
- de la dulce época de las espantosas estafas como la del “Sierra Nevada”.
- de los planes ecocidas para intervenir ríos y páramos, cuencas y bosques.
- de los consuetudinarios fraudes electorales.
- de la espantosa deuda externa.
- de las recetas del FMI.
- de los perros y perras de la guerra que ni una “navajita” le vendieron al Estado.
- de los eternos paquetes económicos para sacarnos del “atraso”.
- de las nunca resueltas masacres de campesinos, estudiantes y obreros.
- de las torturas, desapariciones y represiones.
- de las miserables becas alimentarias.
- de las espantosas crisis financieras y de las quiebras de bancos.
- de aquellos “gloriosos” narcotraficantes que financiaban partidos y a políticos.
- de las frecuentes suspensiones de las garantías constitucionales.
- de las eternas plegarias de cada día de los pensionados en la calle.
- de las invasiones de los garimperios.
- de las espeluznantes deudas en la Educación y en la Salud.
- del oro negro por los suelos, y con los sueldos de los magnates de Pdvsa por las nubes.
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