Bonita la niña, pero muy manipulable y con la boquita sucia. No sabe en qué cueva de alimañas se ha metido, nada menos que entre expertos autocolocándose bombas, niples y granadas. No olvidemos estos auto-atentados como los que se hicieron en el 2002 en “Así es la Noticia” (asqueroso pasquín de “El Nacional”) y en la propia Globovisión. Y si a eso se le añade su boca sucia, la de Norkis, su malcriadez mimada por Granier y alabada por las lloronas del lupanar de RCTV, estamos ante un pertinaz show de criminales inventos. Todos vimos a esta joven desbocada en gruesos “Carajos” para satisfacer la gula maldita y desestabilizadora de los serviles a Ravell y Granier. Luego la meten en otro show “A Puerta Cerrada” para vomitar bajezas y regodearse en ellas porque se sabe mimada, centro de atención por su capacidad para desbocarse y mentir como una bellaca. Todo previamente ensayado con la congestionada Marieta Santana, experta en mimetismos y libretos macabros. Entonces sin poder contener su lengua la boquita sucia de Norkis se desbarrancó: pulsó lo más denigrante para una mujer. Dijo que Mario Silva expresó que ELLA SE HABÍA ELEVADO DANDO LA DE ABAJO. Típico de la gente cobarde, que se sabe derrotada y perdida en sus miserias, y que se cree con derecho a apelar a cuanta basura le pase por su cabeza porque se sabe apoyada por los poderosos medios, además de rodeada de otras iguales a ella, convertida en el centro de la atención pública. Entonces nada le importa poner en boca de otro las memeces más insólitas para elevarse como víctima, a la vez que, defender los intereses de una corporación como RCTV. Lo más ridículo era ver al gallinero de otras frívolas alarmarse con los ojos desorbitados por lo que supuestamente Mario Silva había dicho de ella. Pero cómo lo tomaban por cierto y elevaban a los cielos. Si esto se hubiese dado desde algún sector que defendiese el gobierno, inmediatamente la SIP, Human Right Watch con sus Vivancos y toda la cadena mediática de la ultra derecha del mundo, habría estallado en furia lanzando sus mil dardos envenenados contra Chávez.
Por otro lado, unos jóvenes infiltrados por la CIA, se han encargado de provocar ataques a centros claves de la derecha para contribuir a una tensión que por demás no consigue elevarse. Fueron a Fedecáramas y provocaron algunos daños a la fachada y luego anoche se dirigieron a Globovisión para hacer lo mismo. Ante esto, presto, salio Federico Alberto Ravell a rechazar eufórico la acción. Estaba feliz, lleno de energía, de gloria porque al fin lo sacaban del sótano de las telarañas del olvido y lo colocaban al frente de sus cámaras, rodeado de los histéricos e históricos disociados del Este. El pobre imbécil de Pedro Luis Flores a quien la CIA le da un sueldo de vil cancerbero, corrió a asistir a su amo. Era evidente el show, pero Federico aprovechó para mentir otra vez como bellaco y decir que quienes le habían atacado lo hicieron drogados y armados. Verdad que fue una tremenda idiotez colocando unos graffiti imbéciles, proferir unos grititos desde unas motos y desde unos carros (algunos de ellos muy lujosos). Y sin duda dirigidos por alguien que ha sido pagado por la ultraderecha. ¿Quién será ese ridículo que se dirigió a Globovisión para decir que era marxista leninista y está contra la propiedad privada? Para mi no me queda duda de que es de los pagados por el Departamento de Estado. No olvidemos que se han estado repartiendo a ciertos “estudiantes” y agitadores, paquetes con veinte y treinta millones de bolívares. A la vez da risa ver a unos canallas alarmados por esos graffiti cuando los de sus bocas sucias, cuando los de sus odios sangrientos y los de sus bilis descontroladas viven brotando segundo a segundo por sus canales, por sus programas. De qué podría servir unos graffiti frente a la pantalla fija y permanentemente alentadora de violencia y atentados de todo tipo desde Globiviisón. Pero así y todo hay que decirle a los movimientos bolivarianos que estén alertas y que sean muy severos con esos supuestos radicales que quieren destruir a ciertos enemigos de manera frontal.
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