La imagino como una marea roja rojita, con ramificaciones desde La Bandera, desde Petare, desde Catia, con columnas que llegan de Vargas, del Centro, de Oriente. Con pancartas contra GOOGLE y YOUTUBE, TELEVISA, TELEMUNDO, CNN; contra EL PAIS (España), CLARÍN (Argentina), contra O GLOBO (de Brasil), El Comercio (de Perú), El Mercurio (de Chile), El Tiempo (de Bogotá), El Universal (de México), El Nuevo Herald (de Miami)…; protestando a Globovisión, a la misma TELEVEN y VENEVISIÓN; a El Nacional, El Universal, y desde cada región contra todos los medios locales de prensa y televisión. Porque es un milagro ver alguna vez un titular que no sea criminal y discriminatoriamente dirigido contra el gobierno, contra el pueblo.
Debemos incluso organizar una GRAN MARCHA INTERNACIONAL EN CARACAS, con la participación de todos los medios alternativos de EE UU, España, Ecuador, Bolivia, Chile, Brasil, Argentina, Uruguay, etc, así como se concentraron en Madrid en 1935 las Brigadas internacionales, bajo el mando del General Kleber.
Nosotros los chavistas aparecemos en todos esos medios cada día como “asesinos”, “carniceros”, “ladrones”, “malandros”, “bandidos”, “chusma irredenta e inmunda”, “malditos perros”, “violentos incontenibles”… Como representante del MES ante Consejo Universitario, CU, de la ULA he podido comprobar como allí cada vez que se habla de chavistas es como mencionar la palabra más monstruosa, horripilante y maldita que se pueda imaginar. Se piensa en metralla, puñales, sangre, peligro, terror, amenaza, veneno, violación, saña, muerte. Cuando resulta que los grandes campeones del crimen y del odio, de la más cruda y repugnante violencia son los que controlan desde ese propio CU a los asesinos que armados hasta los dientes disponen a su antojo de La Liria, el sector de las Facultades de Ciencias Jurídicas y Ciencias Económicas. En La Liria se han herido de bala a más de 70 policías desde las propias instalaciones de la ULA, y no pasan de una docena estos asesinos. Eso es chévere, eso es justo, eso es valeroso y digno, y por eso se muestra en pancartas “”todos somos Nixon”, “Viva Nixon, el valiente”.
Es decir, el valiente violador. Así se le retuerce el cuello y la moral por los medios.
Pero cuando la policía, asqueada de este juego, no acude a controlar a estos paramilitares, entonces se dirigen a la Plaza de Toro, a la UNEFA, a cuantas instalaciones cercanas existan a su paso, y las destrozan con la mayor furia, además de llevarse cableados, reflectores, pocetas, lavamanos, ventanas, puertas, llaves, grifos, etc. Y aprovechan para escribir en las paredes enormes graffiti que dicen: “Chávez, ¿hasta cuándo odias?”
Entonces, las veces que yo he salido a declarar contra estos desarmados y sus desmanes, mis declaraciones no salen por ninguna parte. Sólo aparecen las del Rector llamando maldito al presidente FCU, Jheyson Guzmán; las del Vicerrector Humberto Ruiz anunciando más marchas a favor de la libertad de expresión o del Vicerrector Mario Bounuchi proclamando que la universidad ha sido allanada por la policía. Día tras día, hora tras hora, segundo tras segundo. Y uno se siente ahogado, asfixiado, cuando al ver las noticias y al encender el televisor lo que lee o escucha es que el gobierno tiene planes para otra “arremetida contra los estudiantes”, “sigue amenazada la institucionalidad”, “el gobierno será culpable de lo que ocurra”, “Mérida ya no soporta más esta dictadura”… entonces se proclama que se sabe qué hace San Roz, por dónde andan sus pasos y que lo va a pagar bien caro.
Todas estas desbordadas avalanchas de barbaridades, inventos y epítetos acabaron por producir un severo revés en los resultados electorales para el co-gobieno estudiantil reciente. Es impresionantemente increíble que a pesar de los inmensos beneficios que el gobierno les aporta a las universidades autónomas, como nunca en toda su historia, todos estos beneficios sean monopolizados por sus oponentes para hacer sus campañas personalistas, y el proceso bolivariano en cambio no aumente ni siquiera en un voto su poder, sino que va en rodada hacia el abismo, lo vaya perdiendo todo a raudales.
Este es el mundo de la “libertad de expresión” que sufrimos en todas partes, que nos persigue, que nos acosa, que nos tortura. En días pasados le reclamé a una periodista del diario “Frontera” (en el que nuestro gobierno regional inunda con propaganda a color) por qué no habían publicado unas declaraciones mías, y me dijo que cumplía sólo con llevarlas al periódico pero que lo demás no dependía de ella.
Claro, la pobre no manda, y he aquí como el dueño es el que define, prefigura y orienta lo que es y lo que no es noticia.
Finalmente, se puede apreciar en todo el país, a nivel de los organismos públicos, que los chavistas vivimos en una especie de perenne clandestinidad; hablando a escondidas, temerosos muchos de los jefes, de los funcionarios, del que escucha, del que incluso gobierna porque hasta los echan del trabajo si deciden apoyar con vehemencia al Comandante. Este fenómeno se está dando de manera frecuente y alarmante. A este extremo nos ha llevado la criminalización de cuanto significa chavismo difundido torcidamente por los medios, día tras día.
Por favor, organicemos una gran marcha por la libertad de expresión y despojémonos de una vez para siempre de esta perversa camisa de fuerza con que todos los criminales del mundo tienden sobre nosotros; ellos que están atentando contra Venezuela, contra nuestra soberanía, contra nuestra independencia y que pretenden dirigir a fuerza de calumnias, mentiras y pertinaces atentados a la libertad de expresión nuestro propio destino. Echémosle bolas, pues.