El punto débil de nuestro proceso revolucionario ha sido la política comunicacional. Han pasado un sinnúmero de ministros por la cartera de comunicación e información, y no hemos visto resultados tangibles al respecto. En tal sentido, la situación de VTV es preocupante, porque según información dada por Eleazar Díaz Rancel (EDR) en su columna del domingo 24 de junio, la sintonía de ese canal apenas roza el 9% en momentos en que Venevisión tiene el 39%.
Contamos con casi el 63% del electorado- medición de hace 6 meses-, pero la sintonía de VTV es muy pobre. Esta realidad me motivó a realizar una encuesta bajo parámetros totalmente empíricos, entre personas del proceso. La primera coincidencia se refiere a que rechazan las transmisiones especiales. Critican severamente que le interrumpan la programación que están sintonizando. Hay reclamos de que programas como Dando y Dando, el de María Teresa Gutiérrez, el Noticiero, Contragolpe, Formato Libre, los Roberto, la telenovela Amores de Barrio Adentro, y eventos deportivos como el basketboll, entre otros, son habitualmente sacados del aire de manera abrupta por las llamadas transmisiones especiales, interrupción que se hace sin valorar el respeto que se le debe tener a los televidentes, y a los invitados a esos programas quienes seguramente han abierto un espacio en su agenda para estar disponibles ese día. Han constatado hasta tres transmisiones especiales de varias horas cada una en un solo día, donde el presidente Chávez habla en cada una de ellas con discursos con contenidos más o menos similares. La totalidad de los encuestados oyen las transmisiones especiales por algunos minutos y después cambian a otro canal. Si hay dos transmisiones de este tipo en un mismo día, cuando ocurre la segunda inmediatamente sintonizan otro canal.
Con Amores de Barrio Adentro ocurrió lo impensable en un proceso revolucionario. Muchos de los artistas que conformaron el elenco de esta telenovela quedaron automáticamente vetados por los canales comerciales, fueron caceroleados en el este de Caracas, y hasta sus hijos seguramente recibieron lo suyo en los colegios privados donde estudian. Todo este esfuerzo y sacrificio- recordemos que hasta la tranquilidad familiar se les afectó-, quedó en la más absoluta frustración cuando sistemáticamente se sacó del aire la novela para conectar con alguna transmisión especial. Una señora comentó que un pintor quiere ver sus cuadros exhibiéndose, un escritor quiere ver sus libros publicados y un actor de TV quiere ver su obra en pantalla, disfrutarla con sus amigos, con su familia, recibir críticas buenas y malas, pero para ello necesita que se lo permitan. En este caso, la política comunicacional de nuestro gobierno lo impidió.
Otro problema del cual no me había percatado y que los encuestados me lo hicieron ver, es que las transmisiones especiales arrastra no sólo a VTV, sino también a la programación de Vive TV–realizada con mucho esfuerzo, participación social y creatividad-, lo cual está provocando molestias en sectores de la sociedad que participan activamente en hacer la TV que queremos, la misma que muchas veces no se puede ver en pantalla por las constantes interrupciones a la que es sometida.
Los encuestados también hicieron su propuesta: editar cada una de estas transmisiones. Un evento de 3 horas puede ser editado, con lo medular, para sólo 10 minutos. Eso es lo que hacen los grandes medios televisivos en el mundo, sólo que para ello deben contar con el personal adecuado para hacer esta labor en forma rápida y eficiente. Proponen transmitir solamente en vivo la noticia del evento, y más tarde resumirlo en una transmisión especial de sólo 10 minutos. Esto pudiera permitir al público estar informado sobre la obra de gobierno y, simultáneamente, tener acceso a la programación televisiva en VTV o Vive TV, sin ningún tipo de interrupción.
No queremos dar lecciones a nadie de cómo hacer las cosas, y menos nosotros que no somos profesionales de la comunicación. Pero igual ahí van las sugerencias. Hay que llegarle al presidente Chávez con datos en la mano y demostrarle que las transmisiones especiales no son la solución para contrarrestar la andanada de ataques que sufre la revolución desde los medios televisivos privados. Saturar con la figura de Chávez las pantallas de VTV y Vive TV - con apenas el 9% de audiencia- pudiera tener un efecto contrario a lo que se persigue, tan contrario como el que lograron los medios de comunicación golpistas con la cadena de casi sesenta días durante el paro petrolero.
Hoy casi todos los canales televisivos privados- Venevisión entre ellos - mantienen su programación de entretenimiento sin que ello signifique ceder un ápice en los anti-valores que transmiten, ni en sus ataques frontales o velados hacia el proceso revolucionario. Las emisoras de TV comprometidas con este proceso, también pudieran mantener su programación sin que ello se traduzca en claudicar en la emisión de valores revolucionarios y, a la vez, mantener perfectamente informado al televidente de las obras del gobierno nacional. Convertir a VTV en una especie de Globovisión bolivariana- que es lo que ha ocurrido hasta ahora-, es un craso error porque ello no garantiza una alta audiencia, demostrado en la medición citada por EDR donde el canal golpista aparece disputando los últimos lugares de sintonía por debajo de VTV. Tenemos que repensar a nuestra televisión comprometida y no conformarnos con superar a Globovisión. Tenemos la obligación de ser ambiciosos e ir por ese 39% de audiencia que actualmente tiene Venevisión.
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