La Libertad, La Libertad de Expresión, i La Filosofía (I)

“Uno no puede ponerse del lado de

quienes hacen la historia, sino al

servicio de quienes la padecen”

Alberto Camus

I



Introducción



Advertencia necesaria es manifestar que esta será una serie posiblemente no mui breve de artículos sobre el tema comprendido en el título, visto desde la filosofía i la experiencia del autor, quien ya pasados tres cuartos de siglo de existencia, asumiendo sin temor una juventud de siempre en la vejez, se siente con derecho a opinar sobre temas que le han preocupado gran parte de la vida, porque recurriré a escritos publicados hace ya más de treinta años por lo menos, dejando ver la coherencia del pensamiento, reforzado por estudios universitarios de filosofía, egresando con la mención Summa Cum Laude, con estudios de Post grado en Madrid, España (con la distinción Sobresaliente) i en Lovaina, Bélgica (con la mención Gran Distinción) i absolutamente marginado por la política, o mejor politiquería de partidos (la pseudo democracia “puntofijista”) i marginado por quienes se han beneficiado de mis colaboraciones ad honoren, o también, olvidado (intencionalmente) en la misma Escuela de Filosofía, hasta en manos de los que fueron sus alumnos, algunos creyéndose super dotados.. Serán unos escritos, quizá impregnados de dureza en ocasiones, pues es un tanto reflejo de otros escritos que hago en el presente, a manera de testamento a lo Sábato, puesto que corroborando el trivial i conocido concepto de que nadie es profeta en su tierra –i a mí me han hecho sentir que no soi zuliano ni maracaibero- tengo que recurrir, pues las consigo más que acertadas, a las palabras del mismo Ernesto Sábato, científico i literato argentino de mi profunda estimación o admiración, diciendo que, cuando muchas cosas han quedado sin decirse (así se haya escrito mucho) “ENTONCES DESCUBRIMOS LA ÚLTIMA SOLEDAD: LA DEL AMANTE SIN EL AMADO, LOS HIJOS SIN SUS PADRES, EL PADRE SIN LOS HIJOS”. Este es un país que pese a una historia de grandes contradicciones, luchas, guerras, tiranos, vividores, arribistas, falsos señores, etc., durante casi siglo i medio que siguió a la Independencia i a la muerte del Libertador en 1830, siempre tuvo una historia de aconteceres criollos, netamente nacionales, matizados de herencia española, hasta que a principios del siglo pasado, siglo XX, la planta insolente de los anglosajones, de quienes Bolívar advirtió que ya nuestros enemigos no eran los españoles, sino los anglosajones por ser terribles i poderosos, han modificado la historia i la idiosincrasia del pueblo venezolano que, por tener desde que fue disuelta la primera verdadera democracia, como fue la del General Isaías Medina Angarita, una serie de lacayos, de mediocridades, de falsos hombres de la patria, desde Betancourt –de los más nefastos a mi juicios pues fundó la mafia adeca- para seguir, en pequeño formato, una de las políticas de tiranos más recordadas, como fue la de Juan Vicente Gómez; o una de las facetas del Imperio del Norte más depredadoras o voraces.. Desde entonces las ideas de Libertad i de Libertad de Expresión, para citar la idea fundamental i la más conocida de las derivadas, fueron asquerosamente falsificadas. I quien escribe, en sus escritos de toda la existencia, puede atestiguar cuál ha sido su posición en la vida. Cuando cayó Pérez Jiménez i llegaron los adecos i Rómulo, escribí que aquí no había pasado nada; que todo quedaba igual o peor; se fue un dictador i quedó otro disfrazado, pero con una “pléyade” de dictadorcitos que prostituyeron a esta supuesta democracia, matizada por la aparición de otro partido nefasto, pretendida oposición, ataviados de cristianos; simplemente, dos bandos luchando por el poder i por el ERARIO. Nada más. Luego de elecciones amañadas, llenas de trácalas, de trampas descaradas i ridículas, de actas mata votos, compra de conciencias i engaños al pueblo, etc., i cuando llegaba uno de los dos partidos al poder, todo consistía en una rebatiña de cargos públicos, de ministerios, de directores, de jefes civiles, de presidencias de institutos autónomos, de universidades…hasta los cargos de porteros i bedeles. Esa era la deprimente realidad. En eso pasamos más de cuatro décadas de país de fantoches vendidos al imperio, mostrando sólo las obras que dejó Pérez Jiménez, entregando o regalando nuestro primer recurso como es el petróleo, i desbaratando la agricultura nacional, con una mampara de engaños que se llamó Reforma Agraria. Dos estocadas de muerte: primera, despilfarrar el principal recurso económico, a costa de que le dejaran dinero a unos pocos lacayos i ladrones de cuello blanco; i, segunda estocada, hacernos un país insuficiente para alimentarse. Un país totalmente dividido en dos partes profundamente desiguales. Una mayoría de pobres (80%) i una minoría de ricos (20%, i aquí un 5% supermillonarios), repartiéndose los recursos del país, de modo inverso; 80% para los ricos i 20% para los pobres. Todo sería importado (agricultura e industrias en el suelo) i nacieron como la verdolaga los “empresarios”. Hombres con carnet “dorado”, privilegiados por el gobierno para importar, poner precio especulativo a las mercancías, estar sentado en un escritorio firmando papeles i dando órdenes, i gastar el dinero mal habido en fiestas, viajes, prostitución i borracheras.

Esta consideraciones i mi condición de ser periodista con formación aunque sin título de Comunicador Social, porque desde el bachillerato sentí pasión por escribir, publicando con mi inolvidable amigo i compañero Nerio Morillo Pérez, luego abogado de la república, i pocos años después fallecido dolorosamente, un periodiquito de un solo ejemplar, escrito a máquina, con la sola “novedosa” variación de algunas cosas en rojo, pues recordemos, aquellas viejas máquinas de escribir, traían cintas de dos colores. Los dibujos, muchas ilustraciones i caricaturas, las hacía yo como dibujante autodidacta. Luego en la Universidad, en el segundo año de medicina sacaba uno en multígrafo, titulado al comienzo (unos dos o tres ejemplares que no pasaban de diez, titulado “Y es poco”, fundado en un dicho popular de cantinflas. Después se llamó EL ESCALPELO, del cual afortunadamente guardo varios ejemplares. Ya terminando mis estudios de medicina, colaboré con un periódico tabloide que dirigía Alfredo Tarre Murzi, titulado LA SEMANA, donde me inicié como caricaturista, que luego también hice en PANORAMA. Ya graduado, empecé a colaborar con este diario que para mí era i sigue siendo uno de los mejores de Venezuela i creo que hoi es el más antiguo si no me equivoco (fundado en 1914) cuando era Sub-Director Responsable (una figura que ha mantenido el diario) Don José Antonio Ugas Morán, estaba un Dr. Céspedes Rivera, boliviano i todo un caballero, además de gran cultura, i empezaba Hésnor Rivera, uno de los grandes poetas zulianos contemporáneos (empezó medicina conmigo i luego se retiró), ya fallecido i entraba como administrado el buen amigo de entonces, Roberto Baittiner igualmente un hombre de excelentes cualidades ciudadanas. Comencé en 5ª página, que era una segunda página editorial, pero apenas en uno o dos meses fui pasado como autor de 4ª página (la Página Editorial, como el cuarto bate en béisbol) donde me llegaron a publicar artículos acompañados de fotos. Desde ese entonces, me convertí en el principal escritor de opinión i de muchos otros tópicos en el diario PANORAMA, hasta hace unos 10 años atrás aproximadamente, o sea unos 45 años de labor intelectual AD HONOREN. Estos pormenores los cito, para demostrar lo que es realmente cercenar la LIBERTAD DE EXPRESIÓN, no las trivialidades que se dicen ahora. Debo advertir que PANORAMA permitió siempre que escribiera en otros periódicos i así escribí en el DIARIO DE OCCIDENTE DE Don Rodolfo Auvert; en LA COLUMNA i mucho en CRÍTICA, cuando la dirigía mi amigo Gastón Guisantes López. También en algunos vespertinos, varias revistas, i además fundé un periódico médico-gremial llamado ALTERNATIVA MÉDICA (de los médicos de izquierda en el Colegio Médico) aunque apenas sacamos dos buenos números, pero carecíamos de recursos. También fundé la REVISTA DEL COLEGIO DE MÉDICOS. La dirigí en dos ocasiones, la segunda vez un solo número porque conflictos políticos gremiales me hicieron renunciar, pero ese único ejemplar lo puedo exhibir hoi, como una revista de vanguardia por sus características extraordinarias. Un ejemplar único, i sin casi colaboración intelectual. Por esta actividad, en dos ocasiones amigos periodistas me ofrecieron que podía entrar en el Colegio de Periodistas del Estado Zulia, i por simplemente considerar que no tenía el título universitario, no acepté; pero ahora pienso que he debido hacerlo. Tengo más credenciales de periodista i escritor, que muchos famosos. Recuerdo a José León Tapia: la diferencia entre los dos es que, yo escribí en Barinas i publiqué en Caracas; tú escribiste en Maracaibo, i publicaste allí. Por eso, a mí se me conoce; a ti, no te conoce nadie. Hecho este recuento de por qué, me encuentro entre los problemas del gremio, antes de exponer cómo se me cercenó o violó mi libertad de expresión, hablaré del concepto de LIBERTAD, desde la filosofía, la sociología i la ciencia, i luego de la libertad de expresión. Me excuso ante los que quieran saltar contra mí porque doi las “razones de mis razones”, mas les advierto que ni busco notoriedad, ni cargo alguno ni el fetiche que enloquece a la mayoría. Al final de todo, como mi querido i respetado Ernesto Sábato, acaso estas narraciones vitales, sean algo así como el título de uno de sus libros más bellos: ANTES DEL FIN.

robertojjm@hotmail.com


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Roberto Jiménez Maggiolo


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