“Cuanto más procedamos según la razón,
tanto más nos sentiremos libres; y tanto
más esclavos cuanto más nos dejemos
gobernar por las pasiones”
Leibniz
“La libertad sin freno se ve azotada
por la desgracia”
Shakespeare
Hace ya unos treinta, o más años, escribí sobre la LIBERTAD i creo que todo lo dicho, tiene vigencia, como lo puede tener lo dicho desde Leibniz hasta Marx o en nuestros días. La cultura inmaterial, es una sólida pirámide de conceptos bien razonados i medidos por la experiencia o por la historia. En muchos otros artículos toqué el tema, pero recuerdo sobre todo este. Dije entonces.
Como hablar de la libertad sin referencias a la historia, es correr el riesgo de estar hablando de metafísica i, esta, con todo el respeto que merece, científicamente podríamos considerarla de acuerdo a ciertos autores positivistas, como enfermedad del intelecto, no quiero adornarla con palabrerío profundo a lo Heidegger, diciendo que es dejar ser al ente. Empero, con este autor podemos asentar que la libertad no es lo que el entendimiento común pone en circulación bajo tal nombre ni el antojo para presionar la elección para este o aquel lado., ni licencia para poder hacer o no hacer i finalmente, la disposición para algo exigido i necesario. La libertad, antes que todo esto, es compromiso del ente, ligado a la esencia de la verdad, de la justicia i de la existencia. La libertad pertenece a la esencia de la verdad en el hombre histórico i, en la práctica, resulta el más alto i noble valor de la existencia humana.
I si el amar, resulta a la vez motor del universo i la vibración más pura del alma humana, amar la libertad resulta la más elevada i noble de las acciones del hombre en sociedad. Para el hombre, sea instruido o analfabeto, no existe ni existirá un valor más grande i hermoso que la libertad. Si Hegel pensaba que, el desarrollo progresivo de lo que llamó el espíritu, hasta llegar al espíritu absoluto, era la libertad, podemos cuestionar todo su sistema, todos sus razonamientos, toda su audacia de pretender conocer el todo, pero jamás nos atreveríamos a negar que fue un acierto, entender ese desarrollo i la Historia misma, como la autoconciencia creciente de la idea sublime de la libertad. Por eso la libertad es poética, a tal punto que el bardo es libre, no por que le cante, sino porque la poesía vive en ella i la inspiración no tiene fronteras; por eso la libertad hace al arte, en la pintura que deja al pigmento la posibilidad de crear un mundo, o en la escultura brilla en el contorno de la piedra, allí donde el cincel ya no encontró resistencia, sino la luz i el aire que envuelve la figura. Donde quiera que haya un canto, un color o un rayo de luz, que no los crea el egoísmo humano, el aroma de la libertad estará siempre presente.
La libertad no es un sueño ni una utopía, pero tener clara conciencia de ella es, en su forma más pura, una tarea que exige al espíritu la misma sensibilidad que es necesaria a la captación de los valores éticos o estéticos. Por ello, no todos los hombres la colocan en el centro de su corazón, como la pasión más fuerte i saludable para la existencia misma; tener conciencia de la libertad, así de necesaria i vital, no se aprende en los libros solamente; aprender es reflexionar sobre la vida i la reflexión metódica i científica, es la que hace intuir los altos i sublimes valores. El pensar i la cultura inmaterial, son conquistas del género humano, no condescendencia de la providencia divina. Cuando el mundo, allá por el 1400, solamente veía como instituciones propias, inmutables i únicas, al imperio i a la iglesia, surgió con el pensamiento un tertium regne: del pensamiento humanista que a partir del Renacimiento, fue conformando la norma de cultura de las épocas i haciendo cada vez más consciente al hombre, de que no hai progreso social, mientras no se respete la idea magna de la libertad en todos sus aspectos. Violentar esos valores, es retroceder en la Historia i, cuando veo cómo en diversas latitudes o sistemas, se mancilla la libertad humana, creo que estamos ante un nuevo límite en la historia: pasando del Humanismo al Inhumanismo. El hombre da la pauta de su propio respeto, en tanto que respete la idea de la libertad. La libertad, decía Kant, no precede al deber, sino que es una consecuencia de él.
Personalmente me he percatado de la dimensión espiritual de tal palabra, i por qué es la sangre i el latido de la Historia de la Humanidad. Nada puede ser en vida más contrario a la dignidad humana, que la supresión de la libertad. Los gobiernos –i esto porque como pensó Marx, no hai que hablar de la libertad metafísica, sino de la libertad para hombres concretos de una época concreta- sean totalitarios o democráticos, no pueden vejar ni mutilar de manera más completa i dolorosa, la personalidad humana, que privándole de la libertad. Se puede escupir al rostro, se pueden mutilar miembros, se puede punzar el costado, se pude malograr los sentidos i cuanto suplicio puede imaginar la mente perversa de los hombres, pero ninguna de ellas será tan humillante i cruel como suprimir la libertad.
La libertad, entonces, más que un señuelo de gobiernos, es un compromiso del ente i una responsabilidad ante la historia. Compromiso i responsabilidad con el más noble i puro valor de la existencia; amor a la gracia más grande que ha otorgado al hombre, la razón i el conocimiento.
Un Estado democrático como el nuestro, especialmente cuando tuvo que luchar por siglos contra dictaduras que dejaron cicatrices imborrables en el corazón de la patria, debería a través de sus hombres de pensamiento, apreciar en su justa medida el significado de la libertad, i debería, en consecuencia , ser el más celoso guardián de las libertades personales. Los hombres que hemos hecho un culto de esta idea suprema de la historia i los que admiramos hasta los límites insospechados del mito i la veneración a las ideas i a la obra de nuestro Libertador –prefirió esta designación a toda otra- resulta doloroso ver que en ocasiones, la prodigiosa palabra se olvida en aras de intereses i conveniencias anti-históricas. Quienes pierden su derecho a la libertad por delitos que lo justifican, se hacen automáticamente indignos de poseerla, pero quienes la pierden por mala aplicación de las leyes, o porque en honor a ella –la libertad- levantan la voz i exteriorizan sus pensamientos (aunque sean inconformes con el orden social que les toca vivir) tienen todo el derecho del mundo a invocarla i a exigirla. La libertad completa –dijo Tagore- significa ser totalmente uno en armonía i no sólo sacudir el yugo de la esclavitud. Honrar la libertad, es el máximo galardón que puede adornar la conciencia i el corazón del hombre. ¡Amo la libertad de las palabras i las palabras de la libertad!
Para aquel entonces, como puede notarse, aunque el pensamiento de esta idea clave en el mundo, estaba al tanto de algunos pensamientos filosóficos aunque sin la experiencia con la que puedo hablar en el presente. Vinieron años de muchas lecturas de ambos lados del pensamiento filosófico i políticos i los autores clásicos i no clásicos acudieron en mi auxilio. La vida intelectual se enriquecía día a día, sintiendo como Jorge Luis Borges que, uno se siente más orgulloso de los libros que ha leído que de los que ha escrito. Pasaron repetidas veces Francois Marie Auroet Voltaire, Stuart Mill, Locke, Bertrand Roussell, i muchos otros más, fuera de los ya mencionados en este escrito. Cuando ya formado en filosofía (a Russell lo leía desde antes) conseguí la obra de Roger Garaudy, LA LIBERTAD, que es la tesis Doctoral de este pensador francés, eminente crítico i filósofo, en la Sorbona de París (Doctor en Letras) con la cual luego, en 1954, obtuvo el título de Doctor en Ciencias del Instituto de la U.R.S.S i el Premio del Kommiter. En esta importante obra podemos conocer pre historia e historia del concepto de libertad, desde el Oriente hasta llegar a la sociedad capitalista; las filosofías burguesas de la libertad, hasta las soluciones aportada por el marxismo i las revoluciones en la filosofía, pasando desde Descartes hasta Hegel. Ya más adelante aclararé conceptos, historia i nos plantearemos cada uno, el colosal esfuerzo de entender realmente o aproximadamente, que es eso que llamamos Libertad.
(continuará)
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