Son los únicos orgamos que le quedan. Su placer son los mismos que padece Alexis Márquez Rodríguez cuando proclamó: “Todo lo malo que le pase a Venezuela me hace inmensamente feliz, mientras Hugo nos gobierne”. Palabra de Gente de “El Nacional”. A veces los orgasmos no son tan estremecedores y él se contenta con los pocos que llegan, como ese último que ocurrió en el metro. Podemos entender en el editorial de este miércoles, 1º de agosto, el siguiente mensaje: “sucedió lo que todos deseábamos, aunque fuese de poca monta: una señora murió y unas 12 personas resultaron heridas, cuando se produjo un choque entre dos trenes del Metro de Caracas. La noticia, como es natural y lógico, nos ha alegrado, pero no lo suficiente. Este señor Chávez necesita algo más crudo, más feroz y rotundo. La pava que durante tres años ha estado manteniendo Pedro León Zapata no ha traído los suficientes desastres que todos anhelamos. Y a todos debe llamar la atención sobre la necesidad de persistir en que los trabajadores del Metro sigan aumentando el descuido en el mantenimiento de los servicios públicos de transporte, para que el paro que estamos pidiendo se haga cada más impostergable.”
”En los usarios se ha instalado en la conciencia una cierta sensación de descuido por parte de quienes dirigen ese medio de transporte, y cada día se recogen en los diversos órganos de prensa cartas y reclamos. Si a eso se le agrega el hecho de que hoy, supuestamente, priva la lista Tascón para contratar personal, nos damos cuenta de que ya el Metro de Caracas entró en una fase que debe ser muy vigilada por la ciudadanía. Esta alegría pequeña y momentánea debe darnos algunas esperanzas sobre tragedias mayores que les sobrevendrán a este gobierno y al país todo. Debemos hacer lo posible por rezar junto con los miembros todos de la CEV, para que se hagan más frecuentes y enormes. En todo caso lo que más nos alegra fue que el desastre ocurrió en el "vagón de la dignidad" (donde viajan ancianos y mujeres embarazadas) nada menos que al vagón de cola, donde los choques causan más heridas y muertes, por la violencia del impacto. Dios es grande y debemos esperar de él mejores y más perdurables accidentes.”
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