Y a el caso Rctv cansa. No es acertado que el gobierno venezolano preste tanta atención a ese asunto habiendo otros aspectos que sí requieren disertación como la delincuencia, la cual una vez controlada hará callar a unos cuantos y le devolvería la confianza a muchos.
Por consiguiente, una vez que finalice el amparo aprobado por el Tribunal Supremo de Justicia, resulta mejor ignorar la señal de Marcel Granier, para que, de ese modo, poco a poco, caiga por su propio peso.
Sobre esto les presento algunas consideraciones.
1) Cualquiera –en su sano juicio– que tenga la posibilidad de disfrutar de señales internacionales que ofrecen más distracción –tales como Fox, Sony Entertainment, HBO, por dar sólo algunos nombres– no va a sacrificar su tiempo de ocio viendo Rctv, como se quiera definir, ya sea nacional o internacional, ya que no interesa gastar pólvora en zamuro. Quizá, al principio, aquél lo haga dejándose conducir por una especie de curiosidad morbosa que –seguro– pronto cederá ante una programación que no deje mucho al intelecto.
2) Seguir insistiendo en el mismo tópico de Rctv no es sano para el gobierno actual. La no renovación levantó críticas por la bulla provocada por los simpatizantes de la derecha, para evitar así la salida del aire del referido canal. Si se continúa con la misma música, pero con diferente letra, se está justificando lo que aquéllos dicen que ocurre en Venezuela, entiéndase, un régimen autoritario.
3) Es pertinente poner a valer a Vive, Telesur, TVes, con una buena programación, que compita con la de otros canales en la medición de audiencia, para que Rctv sea sólo recordada a ratos por Globovisión.
Las novelas brasileñas, en primer lugar, y las de Colombia, en segundo, podrían ser una buena opción para atraer al público. Valdría la pena pensar en un canal, con una ideología opuesta, que informe las 24 horas para que represente otra opción al que dirige Alberto Federico Ravell, también con una contraparte de comiquitas que parodian a personeros gubernamentales sobre la participación, ya innegable, de la CIA y otras agencias de inteligencia de EEUU en Venezuela. De esa forma se justificaría la inversión que se ha hecho en dichos canales, que hasta el sol de hoy no se han aprovechado debidamente.
4) No es justo que otras señales se tengan que incluir en el mismo saco que Rctv, ya que como las cadenas afectan la publicidad esta situación puede generar más desconcierto.
5) Lo que más duele es la indiferencia. Frente a lo que se dice en Aló ciudadano o en otros espacios del canal de La Florida, se debe practicar aquel mentado refrán que dice: "A palabras tontas, oídos sordos".
Entonces, por todo lo anterior, ¿para qué continuar con la misma tonada? Como reza su eslogan publicitario, si Rctv `ta o no conmigo en el aire, no lo había notado.
Cambiando el tema, el viernes 3 de agosto, en la noche, como a las 7, la línea de mi celular Movistar fue reportada como robada y el aparato móvil siempre estuvo conmigo. ¿Será por lo que he escrito aquí últimamente? Cuando existe gente de poco seso y capaz de hacer lo inaudito por defender sus intereses, se puede esperar cualquier acción por más despreciable que parezca.
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