“Cuando uno escribe lo que piensa en un periódico, está utilizando la libertad de expresión”
Ser periodista, según Gloria Cuenca, es ser “un profesional crítico, combatiente por la libertad de expresión y en búsqueda permanente de la verdad” ¿QUIÉN LO NIEGA, SEÑORA Cuenca? Nadie dice lo contrario. Lo que sucede es que “un periodista no es ningún Dios universal al que hay que lavarles los pies y la cara”. Un periodista es un profesional más de una sociedad y el hecho de ser comunicador de noticias no le da derecho a infringir la ética y tergiversar la verdad, porque no le guste tal o cual gobierno. Un periodista, según mi criterio, debe ser, en su trabajo, una persona neutral.
Por ejemplo en el año 2002 la periodista Ibéyise Pacheco LLAMÓ CRIMINAL AL PRESIDENTE CHÁVEZ sin pruebas en las manos, ¿eso está bien profesora Cuenca? El hecho de ser periodista da pie para que yo escriba, por ejemplo que USTED ASESINÓ LA PROFESIÓN? En el antiguo El Nacional había una cátedra de excelentes periodistas; los mejores de Caracas y nunca se les vio maquiavélicamente llamando asesinos a ningunos de los Presidentes por los cuales usted siente nostalgia. ¡Claro! Otros se adosaban a chuparles las medias al gobierno y hasta se hacían novias de los mismos, ¿recuerda usted a Marianella Salazar y su línea telefónica de Miraflores a su casa otorgada por el que se pone polvo en la nariz CAP? ¡Ignora usted que la señora Marta Colomina tiene una deuda con el Canal 8 y que el “Perro” Pastor se tragaba la harina de Venprés?
Un buen periodista no se explaya en sus ODIOS contra un Presidente, porque éste sea feo o no ande bebiendo Don Perignon en el MUNDO SOCIAL DE LA JAI donde Gloria Cuenca pertenece. El pueblo no es bobo, señora Cuenca. El pueblo conoce al dedillo a esos periodistas que, según usted, son los Ángeles de Bush. Ellos, los periodistas son humanos, tienen su corazoncito y sus simpatías políticas, ¿o es que a usted no se le conoce su filiación política? Usted odia a este gobierno, más ignora al odiarlo, que usted está poniendo ese mismo odio contra la mayoría que lo sigue. Ya ve que usted no es una buena periodista. Usted ofende a los periodistas, señora Cuenca, porque llama jala bolas a quienes no están de acuerdo con la oligarquía estúpida a la que usted pertenece e idolatra.
Tengo muchos amigos periodistas y jamás los he visto tan llenos de odio, aunque ellos no militan en el chavismo. En la vida de una sociedad democrática conviven todas las ideas. A usted no le gusta este gobierno, pues trabaje para que gane su preferido, pero no inmiscuya a todos los periodistas en sus peroratas idealistas. Aquí en Venezuela a nadie se le ha negado el derecho a la información, como si sucedía en los días gloriosos de sus adecos, sus copeyanos y su oligarquía. Aquí nunca se ha enviado a un “sapo”, cómo lo envió su adeco gobierno a imponer la pauta en El Nacional, aunque este periódico se ha prestado al juego del golpe, ¿no recuerda a PEDRO PABLO ALCÁNTARA? ¿No recuerda usted al grosero y borracho Jaime Lusinchi ofendiendo a un reportero? ¿Obvia usted que la BLANCA IBÁÑEZ tuvo el tupé de mandar a despedir a una locutora del Venevisión, mientras que en ese mismo canal trabaja un locutor que el 12 de abril de 2002 andaba azuzando a la gente para que dijera donde vivían los chavistas? ¡Sabe eso o no, Cuenca! Este gobierno no lo ha hecho preso por incitar al odio y al crimen.
Usted se la da de motolita, es una oposicionista de profesión, ¿cómo es eso que usted es profesora? ¿Qué tipo de clase le da usted a sus alumnos? ¿Qué odien a un gobierno electo por la mayoría democráticamente, Cuenca? ¡Lo oye, Cuenca! Usted cree que Giusty, Miguel Ángel Rodríguez, Omar Pérez, Omar Lárez, el enanito Kiko, Raúl Hernández y otros de sus colegas son unos angelitos? ¡Pues quédese con ellos! Aquí los verdaderos periodistas, que no son politiqueros aferrados a los fustanes de un editor o dueños de medios audiovisuales, son personas que respetan su profesión y saben y entienden que USTED Y SUS ACÓLITOS DE LA OLIGARQUÍA, son unos sujetos respirando por la herida. Usted no representa a nadie, señora Cuenca. No es negándose a entender la verdad histórica que usted y sus vasallos van a regresar a la palestra del mando. Usted está bien equivocada, si lo cree justo, salga a la calle y pregúntele a ese pueblo que anda vestido de rojo, que piensa de usted y su combo. No utilice la página de un periódico para desamarrar sus frustraciones de anacoreta política.
aenpelota@gmail.com