He venido observando, ¡explícamelo Mario!, que a la entrada y salida del programa La Hojilla están metiendo unos colores grises o azules mortecinos, que ya en el pasado causaron estragos en VTV, es decir, provocó una espantosa desmovilización de la gente. ¿Se acuerdan que nos comenzamos a arrechar contra los que dirigían a VTV, y hubo protestas a todo lo largo de Venezuela? Bueno, camaradas, estamos volviendo a lo mismo.
Un programa tan ágil y vivo como La Hojilla no puede además estar siendo interrumpido a cada rato por pases y entradas sobre cosas totalmente inicuas como pasaba anoche, cuando por transmitir unos cortos sobre el viaje del Presidente colocaban informes donde ni siquiera el Presidente aparecía. Esto lo estamos viendo ahora con más frecuencia. Claro que nos encanta escuchar al Presidente, pero cuando vemos que lo que te están armando es un truco para decirte que va a hablar Chávez, luego te encuentras con que NO, que se trata de algo realmente intrascendente y una pérdida de tiempo precioso para lo que nos debe informar Mario, entonces se te mete la mosca en la oreja, y llegas a pensar que se está armando un complot para destrozar el programa.
Esto es un grandísimo irrespeto al televidente y me imagino las arrecheras por las que tendrá que pasar Mario cada vez que le sacan la madre con esos pases. Porque es igualmente cortarle la inspiración al moderador, porque en estos programas no se puede perder hilo so pena de que pongas una plasta; es exigente estar ante unas cámaras y mantenerse sumamente coherente, claro, preciso. Por ejemplo, anoche yo me di cuenta que Mario comenzó diciendo: “Qué buena respuesta le dio el Presidente a la periodista…”, y percibí que alguien lo estaba jodiendo seguramente que le estaban haciendo seña pidiéndole un pase. Claro, se perdió él y nos perdimos todos nosotros.
Yo que sé muy bien cómo se bate la manteca en estos casos, le comenté a mi esposa: “Le están saboteando el trabajo a Mario. Qué te parece. Ahora sí es verdad que la gata se montó en la batea…”
El pueblo no es pendejo y se está dando cuenta que se está atentando contra el Presidente tratando de desmovilizar, de desencantar, perturbar y fastidiar al televidente. Esto es sumamente grave, porque imagínense que La Hojilla llegue a salir del aire en momentos precisamente cuando Teodoro Petkoff está chillando de que la saquen, cuando Globovisión está en campaña propagando que fue por culpa de Mario que dispararon contra Mónica Fernández y cuando PODEMOS se encuentra en una campaña feroz desde el Estado Aragua con todo un tren de infiltrados en la revolución para que acaben con Mario. Un programa como La Hojilla tiene que ser muy bueno para que tengan enemigos tan asquerosos y miserables, ¿y cómo va a ser posible, NOJODA, de que los vaya a tener también dentro del alto gobierno?
Pero si además pareciera que personas que se dicen chavistas de ese alto gobierno también se estén uniendo al combo de los saboteadores de la derecha para desmotivar al televidente. Uno se asusta.
Ahora bien, ¿para eso hubo ese enroque de sacar a William Lara para colocar al amigo y camarada Andrés Izarra? Yo recuerdo que La Hojilla en una oportunidad salió del aire cuando Andrés Izarra estaba también de Ministro de Información y Comunicación. Yo sé que ahí hubo un grandísimo peo.
La Hojilla, caballeros, no es cualquier concha de ajo, y como dice la Biblia, cada cosa en su lugar. El lugar de Mario Silva no es estar en un ministerio, no es colocarlo de candidato a gobernador en Aragua (aunque yo sé que le echaría bolas como el mejor), ni ser un burócrata arrellanado en una oficina impartiendo órdenes, sino la de ocupar el mando del programa revolucionario por excelencia, la de ser el promotor y guía de las estrategias fundamentales que va definiendo el Comandante en Jefe Hugo Chávez, en un mundo minado interna y externamente por la internacional de los lacayos del imperio.
Realmente me voy de culo porque no entiendo este cambio en el Gabinete. Yo esperaba otra cosa y principalmente tratándose de los medios, y pensar que ya no queda casi tiempo para resolver un coño. A veces me dan ganas de comenzar a escribir la “HISTORIA DE UNA REVOLUCIÓN TRAICIONADA”, como aquella trilogía del troskista Isaac Dautscher.
Estoy preocupado, porque yo sé que mucho de los “chavistas” metidos en este gobierno ya tiene protección para el día en que la derecha entre a saco y nos escoñeten a todos, pero el pueblo, nosotros vamos a tener que salir a morir, y entonces será cuando el dique y el fleco de la locura se apodere de todo y la matazón será de padre y señor nuestro. Entonces todo lo que tanto se quiso detener, se desatará en un mismo día los campos se llenarán de osamentas. Eso fue lo que pasó después de 1830. Más muertos tuvimos por nuestras guerras internas que la que nos ocasionaron los realistas. Esta vaina no es juego. Si La Hojilla desparece, amigos, vayamos entendiendo que aquí los cambios no eran para otra cosa que para desarmarnos, desmovilizarnos y mandarnos para el matadero, para coño. Lástima.
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