Hay dos cosas que Estados Unidos tiene que controlar con determinación y urgencia, el asunto del petróleo y el de la droga. Hace ya más de veinte años que Washington descubrió que la droga es una de los más grandes negocios del planeta y que debe estar bajo la dirección de su imperio. La droga mueve miles de millones de dólares que el Citybank se encarga de lavar. El control de la droga que sale de la Nueva Granada es una de las primordiales razones por las que el Plan Colombia ha tratado de convertir a esta Nación en un enclave militar sin parangón en los anales de América Latina. Por eso Álvaro Uriba anda brincando como caucho por Europa solicitando que ni de casualidad a las FARC se le otorgue estatus de fuerza beligerante y se le elimine el mote de terrorista (impuesto por la Casa Blanca a partir del 11-S de 2001).
Todo esto esta unido además en las altas esferas del control mediático. Fujimori con su Vladimiro Montesinos controlaban todos los medios del Perú en nombre de esa misma guerra anti-terrorista, exactamente con sus redes de narcobandidos. La SIP existe primordialmente también para la protección de todos los gordos narcolavadores de dólares en América Latina. La furia de RCN contra Chávez y la FARC evidencia el plan de ese inmenso control. De modo que definitivamente la GUERRA MUNDIAL de Bush al derribar las torres gemelas en Nueva York también se hizo para una mejor manipulación del universo que tiene que ver en parte con este negocio y el del petróleo. Bush lo dijo, “esta guerra se llamará de Justicia Infinita”. Es decir, “tendremos un poder infinito para invadir, para ir donde queramos, para encarcelar sin juicio de ningún tipo a quien nos dé la gana.” Y los primeros efectos de la “Justicia Infinita” se hicieron sentir en Afganistán e Irak, luego tocaron a Venezuela (donde también hay petróleo y gas) derrocando a Chávez. Instituye tribunales militares secretos con viajes igualmente secretos por el planeta llevando centenares de presos: toda una mezcla diabólica de discurso religioso y político. Al mismo tiempo que va reforzando sus garras sobre Colombia, incrementando su poder militar también en Ecuador.
Así como las transnacionales requieren de los medios de comunicación para imponer sus productos, también el narcotráfico los necesita para ocultar a los capos que movilizan esa droga. Existe un acuerdo tácito con la SIP de que jamás se divulgue ningún tipo de información que previamente no haya sido procesada por la DEA en relación con ningún decomiso de droga. No olvidemos que en el caso IRÁN-CONTRA, en el que Oliver North cayó por adquirir armas a cambio de droga, fue producto de ese pavoroso control que el Departamento de Estado tenía sobre los medios del mundo. No fue a través de los medios como esto se supo, sino por intermedio de una comisión independiente del Congreso estadounidense.
Así pues, que el Emperador de Norte es el narco-dueño de toda la droga que circula por el mundo. Él con su política precisamente terrorista necesita inocularle ese sucedáneo a su pueblo para seguir mandando soldados al Oriente Medio; para impulsar guerras, porque evidentemente también los medios de comunicación son la madre de todas las drogas. Van íntimamente unidas medios y drogas. Y este negocio requiere que se acaben todas soberanías de los países y que sea el Departamento de Estado a través de la DEA quien controle este negocio y los mismos gobiernos donde funciona. Con medios independientes sería muchísimo más complicado el negocio de la droga, y eso lo sabe muy bien Washington. Por eso desde el mismo momento en que Chávez ordenó eliminar el funcionamiento de la DEA en Venezuela, Globovisión y El Nacional comenzaron a pegar el grito en el cielo. Ya hemos sido testigo de cómo el 21 de enero Globovisión recrudeció su ataques contra Chávez mostrándolo como consumidor de droga por unas palabras que él uso en la presentación anual de su mensaje a la Asamblea Nacional. Colocaron imágenes de Chávez con polvo de una lecha que el derramaba en un intento de identificar subliminalmente este producto con el polvo de coca.
Washington sabe que si se llegara a un acuerdo de paz con las FARC, perderían sus contactos con los narcos y perderían las bases de control del narcotráfico y del negocio inmenso que reporta esta droga. Por eso están desesperados difundiendo por el mundo que Chávez está envuelto en el asunto de la droga para entonces así matar dos pájaros de un solo tiro. Nunca como antes se ha desvelado los vínculos entre la CIA, los medios poderosos y la droga. Son la misma cosa.
Sí, hay que confesarlo, en Venezuela no existe democracia. La democracia es imposible cuando el pueblo tiene que vivir bajo el bombardeo pertinaz de mentiras, de falsedades y monstruosas manipulaciones que imponen los medios de comunicación. En un país así nadie tiene manera de defenderse, ni el gobierno ni nadie. Es una masacre diaria, es una tortura diaria que se le hace sufrir con saña a millones de personas.
En el editorial de El Nacional de día 22 este medio insiste en lo mismo burlándose y descalificando al el viceministro de Seguridad Ciudadana, Tarek Al Aissami. Dice: “Ayer, en unas declaraciones que hacen recordar a ese gran marxista del siglo XX que fue Groucho Marx, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Tarek Al Aissami (vaya nombrecito), arremetió contra el denominado zar antidrogas de Estados Unidos, John Walters, un funcionario de Washington que cometió "la torpeza" de decir en voz alta lo que todos los jefes policiales de América y Europa, y los informes de las Naciones Unidas, han venido señalando con preocupante insistencia: el gobierno de Venezuela no está combatiendo al narcotráfico con la fuerza y la eficacia que la dimensión del problema exige. Para el viceministro Tarek Al Aissami esto constituye una gran ofensa y advierte que Estados Unidos "no tiene moral para hablar sobre la implementación de medidas y políticas en contra del narcotráfico". De esa manera, Al Aissami convierte, en un santiamén, un problema de coordinación policial en una épica batalla política contra el imperialismo. Para él, como alto funcionario del oficialismo, esa "infeliz declaración y esa infeliz postura que tiene ese funcionario imperialista no obedece sino a la descalificación de las acciones positivas que viene emprendiendo el Gobierno bolivariano". Pero nadie ha dicho eso, ni mucho menos se ha señalado al régimen actual de ser cooperador del narcotráfico. Lo que se ha dicho y continuará diciéndose es que Venezuela debe ser más efectiva en su combate contra el narcotráfico. ¿Cuál es el motivo de la rabia, de los insultos o de las descalificaciones si todos los venezolanos sabemos que las narcoredes se han ido extendiendo progresivamente en diversos estratos sociales de la República? Y eso sí es peligroso: que el Gobierno nacional esconda y subestime la amenaza que significa un país penetrado en sus instituciones más importantes por la corrupción que generan los narcodólares y los narcoeuros.”
“Pero si el viceministro de Seguridad Ciudadana, Tarek Al Aissami, cree que todo es una oscura maniobra del imperialismo, entonces que con su pan se lo coma. En estos casos de fanatismo nada se puede hacer para mejorar el enfermo. Claro, no está de más decirle al señor Al Aissami que, a través de su computador, puede comprobar rápidamente lo que hasta un niño de cuatro años hace por Internet: buscar cifras, informes, declaraciones de la Unión Europea, de Interpol, de las Naciones Unidas y de las policías francesas, españolas, italianas y portuguesas. Todas coinciden en señalar a Venezuela como el principal "país puente" hacia Europa, Asia y África.”
Y haciéndose eco El Nacional de lo que ya el Departamento de Estado ha inventado para atacar a Venezuela, expresa: “Cifras de la Oficina Nacional Antidrogas venezolana, recogidas por las agencias internacionales de noticias, indican que "en el año 2004 fueron incautadas en Venezuela 43 toneladas de drogas y en 2005 los decomisos sumaron 77 toneladas". Resulta fácil hacer el cálculo real de lo "exportado ilegalmente" desde nuestro territorio, si tomamos en cuenta que apenas es interceptada por las autoridades policiales una cuarta parte de la droga que sale del país.”