Cuando hay problemas comienzan las deserciones. El sapientísimo Heinz Dieterich, profesor en socialismo académico, se distancia de la Revolución Bolivariana pronosticando el suicidio económico de Chávez. Y al mismo tiempo (no hay bien que por mal no venga) la periodista Luzmely Reyes nos ofrece su valiosa asesoría con un artículo en Ultimas Noticias titulado “La desinformación”.
Ya Dieterich tuvo roces con los cubanos, que le publicaron varios libros, porque Fidel y Raúl son indiferentes a los oráculos del profesor (¿o porque no quieren ponerle su nombre al teatro Carlos Marx de La Habana?). Nada de este sabio me sorprende, salvo que se haga el sorprendido por los extraños caminos “policlasistas” de nuestro Proceso, que antes justificaba y de los que ahora se escandaliza, o que se sorprenda por la irreverencia de Chávez con las sagradas leyes económicas y su muy militar tendencia de no rendirse ante nada, ni siquiera ante la evidencia. Herr Profesor: usted se va para Francia, desencantado, cuando el gobierno republicano huye a Valencia, y nosotros nos quedamos a morir en Madrid.
Lo que sí me sorprende es que cuando las ratas abandonan el barco Luzmely Reyes se suba por la borda. Se trata de una periodista, politicona ella y muy demócrata, que dirigió la campaña de medios de Salas Romer (Proyecto Venezuela) y de Leopoldo López (Primero Justicia), es bien apreciada por la fundación Konrad Adenauer (democracia cristiana alemana), la ODCA (organización demócrata cristiana americana) y mantiene excelentes relaciones con la Embajada de Estados Unidos. Representa los intereses políticos de los propietarios de Ultimas Noticias como contrapeso de Eleazar Díaz Rangel.
Luzmely se cuida. Cuando era abiertamente antichavista tomaba precauciones. Por ejemplo, si tenía que cumplir con su parte en la campaña difamatoria contra los jóvenes extranjeros asistentes al Congreso Mundial de la Juventud que supuestamente se la pasaban comprando en el Sambil, comenzaba por aclarar que ella no frecuentaba ese centro comercial, es decir que no sabía si era cierto o no lo que de todas maneras escribía a continuación.
DE ANDRES IZARRA A WILLIAN LARA
Dos ciudadanos ministros del MINCI, Andrés Izarra y Yuri Pimentel, consideraron que había buenas razones para no recibir a Yuzmely. Pero cuando el ministro-ciudadano Willian Lara asumió el cargo, trajo una política de “no-confrontación” que implicaba honrar a periodistas como Levi Benshimol y Luzmely Reyes. Por esos días ella había publicado un artículo contra Chávez titulado “El Comandante no tiene quien le escriba” al que respondí con otro de título “La periodista no tiene quien le crea”, que fue reproducido en la página web del MINCI. Cuando Lara recibió a Luzmely Reyes, una preocupación recorrió el ministerio, y con razón porque a la media hora de estar reunidos, el Ministro dió la orden de retirar mi artículo de la página web. Fue la primera de la larga serie de censuras, autocensuras, y concesiones a la derecha mediática que distinguieron la gestión del hoy candidato a la gobernación del Estado Guárico, en su lento pero seguro desguace del aparato comunicacional del gobierno, que tanto contribuiría a la derrota electoral de la Reforma.
LAS VERDADES DE LUZMELY
Es natural y positivo que una oposición denuncie casos de corrupción. Lo malo es cuando son falsos, como el yate de Aristóbulo Isturiz, el Reverón de Jesse Chacón o la mansión de Andrés Izarra. Como es malo que los medios oficiales le dejen el monopolio de la denuncia a los opositores. Pero hacer una denuncia no convierte a una periodista de derecha en una Vanessa Davies. Como tampoco señalar las fallas comunicacionales del gobierno convierte a un escuálido en bolivariano.
El artículo de Luzmely Reyes “De la desinformación” (Ultimas Noticias 10/02/85) es un ejemplo típico de desinformación disfrazada de análisis. Según ella el caso Exxon fue mal manejado, primero por la página web Aporrea que, citando a la BBC, Reuters, VTV y YVKE publicó “Supuesta congelación de bienes de Pdvsa en tres países tras la demanda de Exxon” y dio la cifra (equivocada) de 36 mil millones de dólares. “Al día siguiente, la mayoría de los periódicos publicó la noticia sin la versión de la petrolera estatal”. ¿Cuál versión? Pdvsa fue sorprendida por el golpe bajo de la Exxon y se tomó el tiempo necesario para responder. Lo único claro era un cambio de las reglas del juego con un fuerte contenido mediático, es decir político, dentro de la ofensiva general de la Administración Bush contra Venezuela, que Luzmely Reyes conoce mejor que nadie pero desecha con la frase: “El chavismo, una vez más, se atrincheró en el argumento del atropello del Imperio”. Claro, y los cubanos se atrincheran siempre en el argumento del bloqueo… junto a 184 países que recientemente votaron contra ese crimen que Juan Pablo II llamó “injusto y éticamente inaceptable”.
Hasta ahora la culpa de la desinformación es de Aporrea y de los manidos argumentos del chavismo. Pero viene lo mejor: Pregunta Luzmely “¿Por qué Pdvsa esperó tanto para dar su punto de vista si ya debía saber por dónde venían los tiros en el arbitraje?” ¿Por qué debía saber? La movida de Exxon es justamente una ruptura de las reglas de arbitraje, un golpe inesperado con intencionalidad política, para ir creando la matriz de Venezuela como peligro para el abastecimiento de petróleo, es decir para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Pero según Luzmely ahora Pdvsa es la culpable.
¿Y la desinformación? Luzmely Reyes sostiene que Pdvsa “Con su silenció propició un vacío de información que fue llenado con especulaciones, lo cual a su vez aumentó la incertidumbre en mucha gente”. ¿Propició? Según la Real Academia, “propiciar” es “favorecer la ejecución de algo”. Es decir, Pdvsa es la culpable de la infame campaña mediática de la oposición. ¡Que talento! ¡Que elegancia! ¡Qué finura! ¡Que objetividad! Si Luzmely Reyes te dice que la tierra es redonda, llama a otra fuente para confirmarlo.
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