Transformar la sociedad implica un necesario rompimiento con la vieja manera de ser y de comportarse.
En particular, ya no leo periódicos ni veo televisión, salvo excepciones, porque eso me puede volver loco. Preferí romper con esa costumbre vieja y ahora, el panorama se ha esclarecido para mí porque dejé atrás las perturbaciones perceptivas ocasionadas por la lectura de “UN, El Nazional, El Universal, El de Poleo y otros coberos”.
Globovisión y demás de tal género, exhiben reporquetas y embustes, a diario, sin pestañear siquiera, lo que es cinismo.
Como moscas sobre el montón de basura, editores-salvo particular excepción- y “periodistas”, se paran aquí, allá y acullá sobre los restos de una información cualquiera, previamente “maquillada”, para darle los últimos toquecitos, unos minutos antes de salir el noticiario o la edición del periódico. Hay que tumbar al “Tirano Chávez” por cualesquiera vías, pero, nada más eficaz que minar sus bases de sustentación, es decir, el pueblo pobre, especialmente.
Para estos descarados sinvergüenzas- editores y “periodistas”-la ética es como un traje a la medida; usan sus “mentiras asertivas” o, acaso, sus “verdades negativas” para diseñar el “titular” que, como un cuchillo dobleafilado, trepanará la cabeza de Juán, o de Pedro, o de María, allá en el barrio más pobre de Caracas. Hay que maniatar a la gente que ama a Chávez, para desenamorarla y ponerla en su contra.
Es por lo que el “titular” lleva siempre un piquete contra el pueblo y contra el Presidente.
Ellos están convencidos de que el cerebro del pueblo es un recipiente vacío al que pueden llenar de porquerías pero, en contrario, el cerebro de cada uno de nosotros es capaz de procesar todo tipo de información y, decidir.
El rigor de la verdad no es patrimonio exclusivo de nadie en particular, precisamente por ello es que se requiere el concurso de todos los venezolanos para conformar un enfoque abierto respecto al tema de fondo: Defensa de la soberanía y la autodeterminación de Venezuela. En eso estamos claros, por lo que no debemos seguir tolerando, con los brazos cruzados, la arremetida mediática.
La oligarquía pretende esclavizar nuestro pensamiento, mediante su instrumento de tortura preferido: el “titular” de prensa.
Ir de una a otra portada del periódico es ir de la duda al miedo. La noticia de primera portada siempre trata de sembrar una duda mientras que el posterior, de seguro pretende sembrarte el miedo. Ejemplos: “El Viaducto Caracas-la Guaira tiene un tornillo flojo, por lo que el estornudo de una hormiga puede causar una implosión en el mismo”, y a renglón seguido, en la última página, dice, “De varios machetazos murió una mujer”.
O acaso así: “Caos en la salud porque se acabó el Cafenol”, y luego, “Perro callejero empreñó a una Vaca”.
Pero, que nadie crea que la anodina estrategia de la “Prensa”, en contra del pueblo, es casual e inocente; todo lo contrario, ellos saben que la mentira confunde y bloquea, mientras que la verdad desbloquea el comportamiento de la gente y le da confianza.
A diario, si las expectativas de los pobres respecto a un alcalde- que no sea de la oposición- son negativas, el periódico se da con furia, es decir, que pone el acento ahí, para magnificar las cosas y hacer de ello un escándalo que perjudique a Chávez. “Por culpa del tirano Chávez, se inundaron las cloacas de Mamera”- rezará el encabezado-.(Parece ser de un tal Cervantes Saavedra, la sentencia: “Es más fácil ponerle una puerta a la sabana que, freno a la lengua de los murmuradores”).
Si, por lo contrario, las expectativas del pueblo son positivas, ajá, entonces ellos diseñan un pretexto para disminuir el entusiasmo, así más o menos: “Cardiológico infantil Rodríguez Ochoa de Caracas, desperdicia el presupuesto operando niños pobres de Haití”. Desde luego, lo dicen solapadamente, pero lo dicen.
Desde la creación del “Correo del Orinoco”-1820- hasta la fecha, no ha habido un planteamiento más claro y nítido que el de El Libertador Simón Bolivar, con respecto a la prensa, referido a avanzar o a retroceder, en el orden social y político.
Hay que asignar a los periodistas, la tarea de leer esos mandatos, para ver si esos sinvergüenzas, cogen mínimo.
La realidad tiene niveles a los que acceder, de acuerdo a nuestra manera de pensar, y no deben ser los sinvergüenzas de la “prensa”, quienes decidan por nosotros. “Ultimas Noticias”, un diario de la derecha-por ejemplo- venía siendo más o menos moderado pero de un tiempo breve para acá, se ha plegado a los intereses antinacionales y hay que pararles el trote.
Hay que dejar en claro que el pueblo venezolano es inteligente, valiente y resuelto. Por si fuera poco, nuestro pueblo sabe que el riesgo genera recompensas. Si el pueblo no se hubiese echado a la calle luego del zarpazo del 11 de abril de 2002, el gringo se habría apropiado de PDVSA.
La contraofensiva comunicativa revolucionaria no debe empezar en el futuro sino ahora. No se trata de exhibir al pueblo una verdad elaborada sino una verdad que lo haga pensar y lo entusiasme a actuar en defensa de sus derechos.
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